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Clint Smith: “La educación en EE.UU. promueve la grandeza y evita temas incómodos como la esclavitud”

Entrevista

Capitán Swing publica 'El legado de la esclavitud', un ensayo del escritor y poeta estadounidense que explora la huella de esta práctica a lo largo de los siglos

Casimiro. Varón, negro y esclavo. Así eran las cédulas de propiedad de la esclavitud en España

El ensayista y poeta Clint Smith

El ensayista y poeta Clint Smith

Carletta Girma

Clint Smith (Nueva Orleans, 1988) sabía que su tatarabuelo nació como esclavo, pero no conocía los detalles. Generación a generación, la familia fue transmitiendo esa realidad, pero sin aportar más datos de los necesarios. No fue hasta que el poeta y ensayista preguntó, que supo la historia completa. La comparte, en pequeñas dosis, en (Capitán Swing), que acaba de llegar a las librerías. Un ensayo que empieza por su Nueva Orleans natal y que ofrece una visión panorámica de cómo la esclavitud ha sido fundamental para dar forma a la historia colectiva de Estados Unidos y sus habitantes.

En sus páginas, reconoce que este libro surge de un impulso.

En 2017 vi cómo derribaban varias estatuas en mi ciudad natal, Nueva Orleans. De PGT Beauregard, Jefferson Davis y Robert E. Lee, líderes del Ejército Confederado. Mientras veía derribar estas estatuas, pensaba en lo que significaba haber crecido en una ciudad de mayoría negra. La calle donde viven mis padres, por ejemplo, lleva el nombre de alguien que fue dueño de cientos de personas esclavizadas.

¿Qué opinan ellos?

Al final, tratas de no pensar en ello cada día. Pero, cuando te detienes a pensar, pues no hace gracia a nadie, claro. Los símbolos, los nombres y la iconografía reflejan las historias que la gente cuenta. Y esas historias moldean las narrativas de las comunidades, de las políticas públicas y de las condiciones materiales de las personas. Eso no significa que si se derriba una estatua o se cambia el nombre de una calle o una escuela, se elimine repentinamente la brecha racial y de riqueza, ni tampoco que se cree una educación económica más igualitaria desde el punto de vista racial.

¿Qué significa entonces?

Pues, cuando eso ocurre, pienso que puede ayudar a reconocer cómo evoluciona un ecosistema y cómo la sociedad, con la perspectiva que da el tiempo, empieza a reflexionar sobre cómo ciertas comunidades han sido perjudicadas de forma desproporcionada e intencional a lo largo de la historia.

¿En las escuelas estadounidenses se trata en profundidad el tema de la esclavitud?

Cuando yo fui a la escuela, en Nueva Orleans, no se hablaba demasiado, y eso que mi ciudad fue el corazón de la trata de esclavos doméstica del país. En 1808, Estados Unidos prohibió la importación de esclavos, aunque esta actividad continuó debido a la demanda de mano de obra en las plantaciones del sur del país. Nueva Orleans se convirtió en una especie de puerto principal de la trata. Pero en clase, lo que nos enseñaron, aunque no lo dijeran explícitamente de esta forma, era que la razón por la que la gente negra experimentaba tanta violencia, pobreza y desigualdad se debía a algo que ellos mismos habían hecho mal.

Culpabilidad.

Total. Y, cuando eres niño, si eso es lo único que escuchas, empiezas a interiorizar ese mensaje. Este modo de operar provocó que varias generaciones no entendiéramos en profundidad el papel que el color de piel configuró en la configuración de la desigualdad. No sé que se enseñará hoy, pero el problema persiste y, para colmo, tenemos un presidente que intenta impedir que las escuelas hablen de historia, en concreto, de las cosas que Estados Unidos ha hecho mal.

¿Una educación patriótica?

Efectivamente, pues promueve que solo se celebre la grandeza. Es cierto que Estados Unidos ha brindado grandes oportunidades a lo largo de las generaciones, pero, también, millones de personas han sido subyugadas y oprimidas. Tenemos que aceptar las dos vertientes del país. Hay que hablar de lo bueno, sí, y, también de lo malo. Por suerte, el movimiento Black Lives Matter ha despertado muchas conciencias y también hay que realzar la labor de muchos docentes que se esmeran por contar la verdad. Pero, no negaré que me preocupe que otros, por miedo, prefieran evitar ciertos temas.

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Usted la señala como la cultura del miedo.

Es lo que están fomentando ahora mismo nuestros líderes políticos al evitar hablar de los aspectos difíciles de nuestra historia. Solo podemos entender quiénes somos como país si analizamos de donde venimos.

Con datos como, por ejemplo, que Thomas Jefferson redactó la Declaración de Independencia y, a la vez, poseía esclavos. ¿Cuántas paradojas existen a lo largo de la historia estadounidense?

Estamos repletos de contradicciones. Jefferson escribió uno de los documentos más importantes de la historia del mundo occidental y, también, arruinó a más de 600 personas a lo largo de su vida, incluyendo a cuatro de sus propios hijos. Escribió en la Declaración de Independencia que todos los hombres son iguales. Y luego escribió en su libro, Notas sobre el Estado de Virginia, que las personas negras eran inferiores a las blancas tanto en cuerpo como en mente.

Dedica un capítulo entero a Nueva York, el segundo puerto esclavista más grande del país. Algo que ha sido olvidado por muchos.

Sí, el primero fue Charleston, en Carolina del Sur. En el sur era donde la esclavitud estaba más arraigada, pero eso no quiere decir que no existiera en el norte. La infraestructura financiera y política de Nueva York estuvo durante mucho tiempo profundamente enredada y atada a la esclavocracia. La esclavitud en el sur pudo existir porque fue financiada por banqueros e instituciones financieras en ciudades del norte.

¿De ahí el cambio de significado de la Estatua de la Libertad?

El monumento fue un regalo de los franceses para honrar la abolición de la esclavitud después de la Guerra Civil. El diseño original contaba con unos grilletes rotos que simbolizaban esta emancipación. Muchos lo vieron como algo polémico, dado que justo acababa de terminar la contienda y querían que fuera unificador. Se cambió el diseño y los grilletes, quitaron la cadena de las manos y la trasladaron discretamente a sus pies. Es difícil de ver porque se escabulle debajo de su túnica y solo se aprecia si estás junto a sus pies. En muchos sentidos, creo que es una especie de metáfora de la historia de la esclavitud, donde gran parte de ella, incluso estando de pie junto a ella, no puedes verla aunque esté ahí, a plena vista.

La mujer que inauguró el Museo Nacional de Historia y Cultura Afroamericana junto a la familia Obama en 2016 era hija de una persona esclavizada.

Hay personas vivas hoy que conocieron o que fueron criadas y amadas por personas esclavas. Por increíble que parezca, no ha pasado tanto tiempo.

El Juneteenth conmemora la emancipación de los esclavos en EE.UU. Este era un festivo federal que Biden terminó aprobando para que fuera nacional ¿Cree que el gobierno de Trump dará pasos hacia atrás?

No lo creo porque sabe que no le favorecería aparentar racista a ojos del mundo. Revocar algo así sería demasiado. Nunca negará que la esclavitud existió. Pero, en cambio, sí rechaza que siga moldeando el mundo en el que vivimos hoy. Siempre dicen que son cosas del pasado que no tienen que ver con nosotros. Y, olvidarnos del pasado, es lo más peligroso que puede suceder.

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