Un rostro femenino reducido a la mirada –con mujeres desnudas en los ojos– y a los labios carmesíes; la centelleante escena de un parque de atracciones; un fondo azul que marca la ambientación nocturna...
La cubierta de la primera edición de (para ser más exactos, la sobrecubierta o dust jacket, camisa o forro del volumen), de cuya publicación se cumplieron anteayer cien años, ha brindado al mundo de la edición y a los seguidores de Francis Scott Fitzgerald una imagen icónica.
Leyendo . Apuntes para la teoría de una gran novela, de Rodrigo Fresán ( Debate), he ampliado información sobre un tema ya apuntado por Mauricio Bach en este suplemento el pasado 11 de enero. Esta ilustración –“que mira al lector quien la mira”– se debe a Francis Cugat (1893-1981), hermano mayor del músico Xavier Cugat, que cobró cien dólares por el trabajo.

Cubierta original de 'El gran Gatsby' , obra de Francis Cugat, actualiazada con Inteligencia Artificial
En su minienciclopedia sobre una de las obras literarias más emblemáticas y maravillosas del siglo XX, Fresán recuerda que esta cubierta no gustó en su día a todo el mundo (a Ernest Hemingway le pareció “estridente y viscosa, digna de una novela de ciencia ficción”) y en la editorial, una vez empleado, lanzaron el original al contenedor, de donde lo recuperó un amante del arte, primo del editor Scribner, gracias a cuya atención se conserva en los archivos de la Universidad de Princeton.
⁄ El hermano mayor del músico catalán trabajó a partir de una sinopsis para la primera edición de abril de 1925

El ilustrador y escenógrafo Francis Cugat, hermano mayor de Xavier Cugat
Un reportaje de Joan Barbarà en Revista de Girona (número 278, 2013) y un artículo reciente en Barnebys Magazine, publicación especializada en coleccionismo, añaden datos sobre Francis Cugat.
Nació en Barcelona, estudió Bellas Artes en París y vivió en América del Sur y Cuba hasta su traslado a Chicago, y luego a Nueva York en 1920. Maxwell Perkins, el editor de confianza de Scott Fitzgerald, le encargó esta sobrecubierta a partir de una sinopsis cuando el libro aún no estaba acabado. De inspiración surrealista, Cugat tituló su gouache Ojos celestiales (a diferencia de los inquietantes del doctor T.J. Ecleburg que, en la novela, dominan la carretera entre la ciudad y Long Island).
El novelista la pudo ver antes de acabar su obra maestra, en cuya versión final la poderosa imagen influyó.
Tras la primera edición, El gran Gatsby tuvo muchas cubiertas diferentes hasta que el editor Charles Scribner III recuperó la de Cugat en 1979. Los ejemplares del lanzamiento originario de 1925 son hoy pasto de coleccionistas, y un ejemplar subastado en Sotheby’s en junio del 2024 alcanzó los 336.000 dólares. Francis Cugat, por su parte, tras esta breve incursión editorial, se mudó a Hollywood, donde trabajó como director artístico y cartelista.
Los fitzgeraldianos pasarán un rato delicioso con el libro de Rodrigo Fresán. (118 páginas) repasa y actualiza temas, secretos y anécdotas de la redacción, lanzamiento y vida pública de la obra.
El autor argentino identifica figuras reales inspiradoras de los personajes, con destinos prosaicos (Ginevra King, el modelo de Daisy, “la chica dorada”, acabó casada con el dueño de una cadena de tiendas de Chicago); lanza preguntas: ¿tuvo Jay Gatsby buena o mala suerte?; reivindica su influencia sobre la novela negra, en especial las que tienen como tema “la amistad, la lealtad y la traición”; sobre las canciones de Dylan y sobre películas como Érase una vez en América; recrea el desdichado encuentro de Fitzgerald con Edith Wharton...
Y deja patente la gracia inaprensible, la grandeza y el enorme encanto de esta novela sobre un gángster fiestero, soñador y enamorado de los años 20, hace ahora un siglo.