El apagón trastocó la semana pasada el día de autónomos, pymes y comercio. El corte de suministro eléctrico y en las telecomunicaciones dejó a muchos con la jornada de ventas perdida, género desperdiciado y cuentas por hacer. Reclamar los daños será clave para minimizar el impacto.
Entre seguros y energéticas, el factor clave será dirimir qué ocurrió para saber a quién reclamar, o si es posible. “Es fundamental conocer la causa, los seguros vienen definidos por causas y daños”, expone Alberto García de la Cal, director técnico de Howden Iberia, grupo asegurador. Los seguros de pymes y autónomos van más a medida que los de particulares. “Hay muchos supuestos, muchas compañías y condiciones”, señala. “Habrá que ver cada póliza, qué cubre y deja de cubrir, no hay un estándar o solución genérica”, coincide el corredor de seguros Carlos Lluch.
Así, el redactado de las cláusulas puede suponer o no protección. “Lo primero es hacer la reclamación a la compañía aseguradora, abrir el siniestro, pero antes revisando previamente exclusiones en la póliza, leyendo al detalle el contrato”, dice Isabel Soria, abogada del área civil y mercantil en Pimec. Por ejemplo, es habitual que en casos de pymes existan mínimos de afectación. “Nos hemos encontrado casos que si no pasan 48 horas desconectado, el seguro no cubre”, relata tras revisar consultas de asociados. Estos dos días serían algo general, expone la Asociación Española de Gerencia de Riesgos y Seguros. “Estamos supeditados a las condiciones, que pueden cambiar”, sigue.
Hay que revisar las condiciones: puede requerirse un corte de mínimo un día para cubrir
Suele contarse un plazo de siete días desde los hechos para reportar el siniestro. Soria recomienda en términos generales “localizar facturas, fotos” para tener demostrada la afectación sufrida. Si la compañía descarta un informe pericial por el siniestro, aunque no es normal, el mismo afectado podría valorar pagar uno propio. García de la Cal reitera que “habrá que ver caso a caso, no se puede generalizar porque siempre puede haber condicionantes”.
La pérdida de género o equipos es uno de los frentes. Generalmente hay coberturas por daños eléctricos y productos refrigerados, comentan en Howden Iberia. Tocará ver las horas a partir de las que cubre, qué lo causa –si un fallo de suministro o un daño del equipo– y el redactado. Sobre la causa, las aseguradoras pueden argumentar una “fuerza mayor” que las exima, como que el problema fuese imposible de prever o evitar, como un fenómeno atmosférico. De ahí que se recomiende esperar a que se sepa la causa para valorar reclamar directamente a la compañía eléctrica. En caso de que el seguro no cubra, se podría llegar a valorar una demanda de responsabilidad civil contra la energética. De nuevo, tocará revisar lo que especifica sobre responsabilidades el contrato de suministro, y la eléctrica puede alegar a su vez “fuerza mayor”.
Aunque no se sufrieran daños materiales, sí se estuvo sin trabajar. Aquí entra en juego el factor del lucro cesante, que dependerá de si está incluido en el seguro. “El lucro cesante se tendrá que determinar por informe pericial objetivo, como lo que se podría haber generado, o el coste de personal afrontado”, dicen en Pimec. Lluch advierte que no será tan fácil la cobertura, porque “si no hay daño material, pueden no entrar si así lo contemplan”, como ya ocurrió en pandemia, y pueden haber tiempos mínimos para que se active. “Es una cobertura complicada, sobre todo si no se ha actualizado la información declarada o hay factura en negro”, alerta.
Sin teléfono e internet, el contacto con clientes fue imposible. Tocará comprobar que en la factura no se cobre por el servicio no prestado, indica el Ministerio de Consumo. Si se va más allá y se cree que los contactos que no se pudieron hacer implican un lucro cesante, se puede reclamar por ello, pero requerirá un informe de pruebas que puede ser costoso y difícil de demostrar.
Tirón en la ciberseguridad
Los últimos años han dejado episodios inesperados, como la pandemia, la guerra en Europa o la dana, que han obligado a reconsiderar los seguros. Antes inusuales, “las pólizas de ciberseguridad se están convirtiendo en comunes, también las coberturas de pérdidas de beneficio y averías de maquinaria”, detalla Alberto García de la Cal sobre las empresas. Requieren más datos para contratarlas.