Los países europeos que tienen frontera terrestre con Rusia o con su satélite Bielorrusia, habituados por su geografía y su historia a ser muy conscientes de la amenaza rusa, leen la guerra que Ucrania libra contra el invasor en una clave de proximidad y riesgo que los aliados occidentales no sienten de igual modo. Como miembros de la OTAN, Polonia, los países bálticos y Finlandia se saben cubiertos por las garantías del artículo 5 de la alianza, que estipula que un ataque armado contra uno de los países miembros se considera un ataque contra todos.
Sin embargo, para mayor seguridad prefieren invertir en defensa nacional como elemento defensivo y disuasorio. Así, Polonia empezó a finales del 2024 a blindar su frontera oriental con Bielorrusia y el enclave ruso de Kaliningrado dentro del llamado Escudo del Este, un plan de fortificaciones militares (obstáculos antitanque, ú, barreras y zanjas) combinadas con sistemas de drones. Costará unos 2.300 millones de euros y Varsovia, que ha pedido respaldo financiero a la Comisión Europea, espera que esté operativo en el 2028.
“Sobre si la amenaza rusa a territorio polaco o a territorio de la OTAN es algo real, miramos los comportamientos agresivos rusos y es como un ritmo”, dice Zbigniew Pisarski, presidente de la Fundación Casimir Pulaski, think tank polaco de política exterior y seguridad internacional.
“Rusia atacó Ucrania hace tres años y ahora no está en condiciones de abrir otro frente de guerra convencional, en particular contra una entidad fuerte como la OTAN. Pero en cinco o seis años sí es imaginable –alerta Pisarski–. Pongamos que este año la guerra en Ucrania termina y Rusia sale de ella sin castigo. Rusia funciona ya con economía de guerra, y en los próximos años la mantendrá porque necesita reconstruir su potencia militar. Así que, en cinco o seis años, Rusia podría intentar poner a prueba la integridad del artículo 5 de la OTAN”.
En este contexto de amenaza latente, también los países bálticos fortifican sus fronteras. Estonia, Letonia y Lituania acordaron en enero del 2024 un plan conjunto denominado Línea de Defensa Báltica, para proteger sus confines.

Los ú en Estonia
Aspecto del búnker
600 ú
ubicados a hasta
40 km de la frontera
Superficie: 35 m²
Resistencia al impacto directo de un
proyectil de calibre 152 mm
1
Zanja profunda adecuada en el lugar seleccionado
2
Búnker colocado dentro de la tolva
3
Cobertura de protección del acceso al búnker desde la trinchera
4
Búnker y acceso recubiertos de
protección contra la artillería enemiga
Fuente: Ministerio de Defensa de Estonia
LA VANGUARDIA

Los ú en Estonia
600 ú ubicados a hasta 40 km de la frontera
Superficie: 35 m²
Resistencia al impacto directo de un proyectil de calibre 152 mm
Aspecto del búnker
1
2
Zanja profunda adecuada en el lugar seleccionado
Búnker colocado dentro de la tolva
4
Búnker y acceso
recubiertos de
protección contra la artillería enemiga
3
Cobertura de protección del acceso al búnker desde la trinchera
LA VANGUARDIA
Fuente: Ministerio de Defensa de Estonia

Los ú en Estonia
Aspecto del búnker
600 ú ubicados a hasta 40 km
de la frontera
Superficie: 35 m²
Resistencia al impacto directo
de un proyectil de calibre 152 mm
1
2
Zanja profunda adecuada en el lugar seleccionado
Búnker colocado dentro de la tolva
3
4
Cobertura de protección del acceso al búnker desde la trinchera
Búnker y acceso recubiertos de protección contra la artillería enemiga
Fuente: Ministerio de Defensa de Estonia
LA VANGUARDIA

Aunque con elementos comunes, cada país enfatiza un aspecto u otro. Estonia, que cuenta con dos lagos que son frontera natural, instalará 600 ú de aquí a finales del 2026. Letonia apuesta por defensas clásicas, como los llamados dientes de dragón, obstáculos de hormigón de forma piramidal que ralentizan el avance de tanques e infantería mecanizada. Lituania planea acumular obstáculos antitanque y otras fortificaciones en los próximos tres años.
La doctrina militar finlandesa
Finlandia ve inviable fortificar toda su larga frontera de 1.340 km y, en caso de invasión, planea contraatacar con el enemigo ya dentro, amparada en sus barreras naturales y en el conocimiento del terreno
Por su ubicación en el mapa, los países bálticos, pequeños en tamaño y población, son los que sienten el peligro más cerca. “Dada la presencia de minorías rusas en su territorio, Letonia y Estonia son los dos países más vulnerables. Pero, pensando en Kaliningrado, Lituania es mucho más importante para Rusia, porque ocupándola podría construir una conexión terrestre entre Kaliningrado y Bielorrusia”, advierte Łukasz Przybyło, profesor adjunto en la Academia de Estudios de Guerra, institución académica militar polaca a la que van militares a partir del rango de teniente a actualizar conocimientos.
Más al norte, Finlandia maneja otro concepto defensivo. Fortificar su larga frontera de 1.340 kilómetros con Rusia resultaría económicamente muy costoso, y sus estrategas evalúan que las barreras naturales –el 70% de la superficie del país son bosques y lagos– frenarían al enemigo si traspasa la frontera y facilitarían el contraataque finlandés, con la ventaja del conocimiento del terreno. Noruega, que forma parte de la OTAN pero no de la UE, no ha anunciado planes de fortificación de su pequeña frontera terrestre con Rusia.

Obstáculos antitanque en forma de bloques de hormigón y de erizos metálicos en Karsava, en la frontera de Letonia con Rusia, en agosto del 2024 (
Todos estos países poseen algún tipo de valla en sus fronteras contra el uso de la migración como arma híbrida por Moscú y Minsk, pero estas vallas carecen de fines de defensa militar.
“Cada país tiene su doctrina de defensa, y Finlandia tiene la suya basada en su experiencia histórica. Pero el caso polaco es distinto; nuestra frontera es más densa, está más poblada -dice el politólogo Zbigniew Pisarski–. Por primitivo que suene, las fortificaciones en guerra convencional funcionan”.

La fortificación polaca
Presa de ingeniería integrada
Empalizada
100-200 metros
1 kilómetro
Zanja antitanque
Barrera fija
Concertina
Empalizada
Toma de resistencia
Búnkeres para civiles
ձٲó
Pantano
ձٲó
Zona de drenaje más profunda
Erizos de hormigón armado
Campos de minas
Fuente: Ministerio de Defensa de Polonia
LV

La fortificación polaca
Presa de ingeniería integrada
Empalizada
100-200 metros
1 kilómetro
Zanja antitanque
Erizos de hormigón armado
Barrera fija
Concertina
Búnkeres para civiles
Toma de resistencia
Empalizada
ձٲó
Pantano
ձٲó
Zona de drenaje más profunda
Erizos de hormigón armado
Campos de minas
Fuente: Ministerio de Defensa de Polonia
LV

La fortificación polaca
Búnkeres para civiles
Presa de ingeniería integrada
Empalizada
Toma de resistencia
ձٲó
100-200 metros
Pantano
ձٲó
1 kilómetro
Zona de drenaje más profunda
Erizos de hormigón armado
Campos de minas
Zanja antitanque
Barrera fija
Concertina
Fuente: Ministerio de Defensa de Polonia
LA VANGUARDIA

Polonia, los bálticos y Finlandia sí han coincidido en una decisión controvertida: quieren retirarse del tratado de Ottawa de 1997, que prohíbe el uso, fabricación y tenencia de minas antipersona. Tanto en el Escudo del Este como en la Línea de Defensa Báltica, los respectivos Gobiernos prevén plantar miles de minas terrestres, si bien solo en caso de conflicto armado inminente.
“Las amenazas militares a los Estados miembros de la OTAN fronterizos con Rusia y Bielorrusia han aumentado significativamente; con esta decisión enviamos un mensaje claro: nuestros países están preparados y pueden utilizar todas las medidas necesarias”, afirmaron los ministros de Defensa de los cuatro países en una nota sobre las minas en marzo. Finlandia se sumó a inicios de abril.
“El tratado de Ottawa se introdujo debido a 40 años de guerras en países no europeos en las que los bandos esparcían minas en el campo, en la selva, con lo que los civiles sufrieron las consecuencias –arguye Łukasz Przybyło, de la Academia de Estudios de Guerra–. Polonia va a reintroducir las minas terrestres, pero lo hará el ejército con mapas de ubicación y con procedimientos especiales. Las minas terrestres son una forma muy barata y eficaz de defensa, así que no podemos omitirla”.
Una decisión controvertida
Polonia, los países bálticos y Finlandia planean retirarse del tratado de Ottawa que prohíbe las minas antipersona para poder plantar minas terrestres en sus fronteras
Polonia y los países bálticos estiman que la inversión necesaria para sus proyectos ronda entre 8.000 y 10.000 millones de euros, y en un documento de febrero pidieron apoyo financiero a Bruselas, señalando que esta protección fronteriza es clave para la defensa de la Unión Europea (UE).
“Los rusos van a tantear si el artículo 5 de la OTAN funciona bien. Harán tests; estos tests rusos no tienen por qué ser un ataque frontal con tanques, sino otras medidas híbridas para desestabilizar Europa”, prosigue Łukasz Przybyło. “Podrían ser grupos partisanos, operaciones especiales, movimientos cibernéticos, utilizar a la minoría rusa de los países bálticos para una guerra híbrida informativa. Ellos probarán, probarán, probarán… buscando nuestra reacción. Si es débil, entonces irán elevando el nivel, tal vez incluso con tanques al final. Esta cuestión es en realidad sobre Ucrania, porque mientras Ucrania luche y mantenga a los rusos ocupados, estaremos mucho más seguros que sin Ucrania luchando”.