Una mujer puso fin simbólicamente al pontificado de Francisco. El anillo del Papa argentino y los sellos oficiales fueron rotos ayer por una artesana romana, encargada por el camarlengo, monseñor Kevin Farrell. Así se abre también, de manera formal, la nueva etapa de la Iglesia: la elección del nuevo pontífice.
Ayer tuvo lugar la última congregación, las reuniones preliminares que preparan a los cardenales para votar al 267.º Papa en la historia de la Iglesia.
El rito
El primer acto será a las 10.30 h con la misa pro eligendo romano pontifice, que será presidida por el decano del Colegio Cardenalicio, Giovanni Battista Re. Por la tarde, a partir de las 16.30 h, la procesión llevará a los 133 purpurados a la Capilla Sixtina, donde prestarán juramento y luego se pronunciará el “Extra omnes”
Ya por la noche se producirá la primera y única fumata del día. Si es negra, se continuará con cuatro votaciones diarias hasta el sábado, jornada de pausa y reflexión.

El cardenal Francis Leo camina por la plaza de San Pedro horas antes del inicio del cónclave
La Capilla Sixtina ha sido amueblada con sillas de cerezo, marcadas con el nombre y apellido de cada cardenal, y mesas de madera sin tratar, cubiertas con una tela beige y satén burdeos, dispuestas en dos filas a diferentes niveles. Frente al altar, bajo el Juicio Universal, una mesa para la urna de madera donde se depositarán las papeletas con los votos y un atril con el Evangelio sobre el cual los purpurados prestarán
juramento.
El aislamiento
Algunos cardenales ya han ocupado sus habitaciones en la residencia de Santa Marta, donde vivió el papa Francisco, y en el edificio adyacente, conocido como Santa Marta vieja, habilitado para la ocasión.

DIRECTO: Comienza el cónclave en la Capilla Sixtina para elegir al nuevo papa
En la última reunión, los cardenales pidieron continuar con las reformas de Bergoglio
“Ya dejé la maleta, ahora disfruto los últimos momentos de
libertad”, bromea Jean-Paul Vesco, arzobispo francés de Argel, fuera de la columnata de San Pedro. Después de la misa matutina, los purpurados deberán entregar sus teléfonos y todos los dispositivos electrónicos al personal de la gendarmería, que los devolverá solo al finalizar el cónclave.
No obstante, desconfiando un poco, el Governatorato (el órgano que gestiona el Estado vaticano) ha ordenado desconectar los repetidores de las compañías telefónicas. Probablemente también bloquearán la señal que llega desde territorio italiano.

Todo listo en la Capilla Sixtina, incluida su famosa chimenea
Las mismas medidas se aplican al personal de asistencia a los cardenales: encargados del comedor, conductores, enfermeros, médicos y técnicos de ascensores, todos ellos comprometidos bajo juramento de secreto.
Las últimas reuniones
La congregación, última antes del cónclave, ha sido quizás la que dio las orientaciones más claras sobre las expectativas de los cardenales hacia el próximo papa.
Los temas abordados muestran que la mayoría de los purpurados pidieron una continuidad sustancial con el pontificado de Francisco, relegando a un segundo plano las críticas surgidas en los primeros días de estas reuniones.
Muchas de las reformas impulsadas por Jorge Mario Bergoglio “necesitan ser continuadas”: desde la lucha contra los abusos hasta la transparencia económica, la sinodalidad y el compromiso con la paz y el medio ambiente.
Tras la misa ‘pro eligendo’ en San Pedro, se requisarán los teléfonos de los electores
La congregación concluyó con la lectura de una declaración oficial: un llamamiento a las partes involucradas en diversos conflictos internacionales. Los cardenales pidieron un alto el fuego permanente y el inicio de negociaciones que conduzcan a
una paz justa y duradera, con respeto a la dignidad humana y al bien común.
Los favoritos
Se entra en el cónclave con dos nombres que sobresalen: Pietro Parolin y Luis Antonio Tagle.
El secretario de Estado contaría con un bloque de al menos
40 votos, una buena cifra, pero aún lejos de los 89 necesarios para ser elegido. Según algunas fuentes, el cardenal italiano habría logrado también el apoyo de la mayoría de los electores africanos, no necesariamente progresistas pero fundamentales para inclinar los equilibrios.

Las entradas al Palacio Apostólico se cerraron antes del cónclave
La opción asiática, en cambio, sigue presente en muchos cardenales, manteniendo viva la candidatura de Tagle a pesar de los continuos ataques provenientes de sectores conservadores.
Los outsiders
Si los dos favoritos no logran aumentar sus apoyos en la segunda votación (mañana por la mañana), podrían entrar en juego otros nombres.
Las congregaciones indican la búsqueda de un perfil que no se limite a representar un continente o país, sino que pueda tener una visión transversal.
Entre los nombres más fuertes en estas horas figura Robert Francis Prevost, prefecto del Dicasterio para los Obispos, nacido en Chicago pero muy vinculado a América Latina.
Parolin y Tagle se mantienen al frente, pero ganan terreno Prevost, Grech, Artime y López Romero
Pierbattista Pizzaballa, patriarca latino de Jerusalén, con décadas de experiencia en Oriente Próximo, y Cristóbal López Romero, salesiano de Vélez Rubio (Almería), con estudios en Barcelona y arzobispo de Rabat.
Ángel Fernández Artime, asturiano, rector mayor de los Salesianos, con amplia experiencia en América Latina y bien considerado en Roma.

Vista de la 'Sala de las Lágrimas', una pequeña sala junto a la Capilla Sixtina
También están en la lista Matteo Zuppi, presidente de los obispos italianos, y Mario Grech, cardenal maltés elegido por el papa Francisco para avanzar en el proceso de sinodalidad.
Los ‘kingmakers’
También son decisivos estos días los cardenales más experimentados que participarán en el cónclave, cuyos nombres no figuran entre los favoritos pero cuyo papel es fundamental para inclinar los equilibrios.
Entre ellos: Jean-Claude Hollerich, jesuita luxemburgués y relator del Sínodo. Juan José Omella, arzobispo de Barcelona y miembro del llamado C9, creado por Bergoglio en el 2013 para asistirle en el gobierno de la Iglesia y en la reforma de la Curia Romana. En el campo conservador tendrán peso Robert Sarah, Raymond Leo Burke y Gerhard Ludwig Müller, quien ha criticado abiertamente el pontificado de Francisco, especialmente por el acuerdo con China sobre el nombramiento de obispos.
Aunque no participará en la Capilla Sixtina, ha desempeñado un papel importante en estos días el decano del Colegio Cardenalicio, Giovanni Battista Re.

Vista de la Capilla Sixtina, acondicionada con mesas y sillas, donde esta tarde comenzarán las votaciones del cónclave
Omella y Hollerich, entre los cardenales veteranos que pueden decantar la balanza en las votaciones
En los primeros días de las congregaciones llamó mucho la atención la intervención de otro histórico representante del clero italiano, Camillo Ruini, quien pidió una discontinuidad con Francisco.
Otra voz escuchada ha sido la de Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, arzobispo emérito de Tegucigalpa, quien fue clave en la elección de Bergoglio en el 2013.