En Las posibilidades econ贸micas de nuestros nietos, John Maynard Keynes predijo hace casi un siglo que, gracias al desarrollo tecnol贸gico, la semana laboral en Europa hoy ser铆a de 15 horas. La productividad ha crecido de forma sostenida como 茅l previ贸, pero ni las horas trabajadas ni la remuneraci贸n han seguido una evoluci贸n proporcional.
Mientras le铆a Jo era un noi, de Fer Rivas, pensaba que un conflicto no resuelto a escala individual es aquel por el que nos proponemos no repetir el patr贸n de nuestros padres, que se deslomaron. El padre que aparece en el libro, docente y director de un centro, apenas hablaba del abuelo, gallego, obrero de la Seat en la Zona Franca y que se hab铆a desvivido por sacar adelante a la familia. Quiz谩 el padre se refugiara en el trabajo, o quiz谩 el trabajo le apasionara. En cualquier caso, su muerte prematura por un infarto hace que (entre otras cosas) el narrador redimensione la importancia del trabajo.
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Suele ser as铆. En vez de enorgullecernos por los derechos que consiguieron nuestros padres y madres, los progresos que propiciaron, el lugar que alcanzaron y las oportunidades que nos dieron, nos fijamos en el da帽o que eso les provoc贸. Dolor f铆sico, ansiedad, insomnio y otros problemas de salud, la angustia por no ser lo suficientemente atentos en casa. No lo queremos para nosotros. 驴Vale la pena dedicar tantas horas (las laborales, m谩s las preocupaciones que genera) a la profesi贸n? 驴Y por qu茅 nos identifica aquello en lo que trabajamos? 驴No somos mucho m谩s que un enfermero, una investigadora, una taxista o un abogado?
Mi generaci贸n no se plante贸 trabajar menos, pero s铆 hacer algo que nos gustara
Mi generaci贸n no se plante贸 trabajar menos. Pero, conscientes de que el trabajo ocupar铆a la mayor parte de nuestro tiempo (y nuestra vida), procuramos enfocarlo hacia algo que nos gustara. Es una trampa. El entusiasmo tolera todo tipo de injusticias y funciona como la gula: sabes que no puedes comer tanto porque te va a sentar mal; por otro lado, no puedes parar. Si fuera una droga, intentar铆as desintoxicarte, pero hay que comer para vivir. 驴C贸mo controlar la cantidad saludable?
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Los que han llegado despu茅s intentan no caer en los errores de sus predecesores. La cuesti贸n es si, sin la lucha de clase de sus abuelos, ni el workaholismo de sus padres, ni el entusiasmo de sus hermanos mayores, conseguir谩n, por fin, trabajar menos.