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Trump desmantela la investigación médica en EE.UU.

Ataque a la ciencia

Los recortes en nombre de la eficiencia se centran en las áreas más ideologizadas

FILE - A vial of the Phase 3 Novavax coronavirus vaccine prepared for use in a trial at St. George's University hospital in London, Oct. 7, 2020. (AP Photo/Alastair Grant, File)

Las vacunas contra la covid se han convertido en un campo de batalla ideológico

Alastair Grant / Ap-LaPresse

“Este quedará como uno de los días más oscuros de la historia científica moderna”, declaró el epidemiólogo Michael Osterholm, especialista en infecciones y en bioterrorismo que ha asesorado a gobiernos demócratas y republicanos de EE.UU., después de que miles de investigadores médicos y trabajadores de salud pública fueran despedidos el 1 de abril, muchos de ellos sin previo aviso.

Los recortes masivos afectan a las tres principales organizaciones médicas del gobierno estadounidense:

  • los Institutos Nacionales de la Salud (NIH), que son la principal organización de investigación biomédica del mundo y que pierden a 3.400 trabajadores (un 16% de su plantilla)

  • el Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC), que tiene la misión de proteger la salud de la población de EE.UU., y que pierde a 2.400 trabajadores (18% de la plantilla)

  • la Agencia de Alimentos y Fármacos (FDA), que supervisa y regula la seguridad alimentaria y los productos médicos y farmacológicos y que echa a 3.500 trabajadores (20%).

Las tres organizaciones forman parte del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS), que dirige el controvertido Robert F. Kennedy Jr., activista antivacunas a quien Donald Trump ha situado al mando de los servicios de salud de EE.UU.

“El clima dominante es de incertidumbre, que es muy perjudicial para la investigación”, declara Valentín Fuster, director médico del hospital Monte Sinaí en Nueva York. “Hay muchos investigadores que no saben qué futuro les espera”.

Kennedy, que quiere reducir la plantilla del HHS en 20.000 trabajadores, una cuarta parte del total, defiende los recortes en nombre de la eficiencia. Pero los despidos y la cancelación de programas científicos se concentran de manera desproporcionada en investigaciones a las que la administración Trump es hostil.

El clima dominante es de incertidumbre; es muy perjudicial para la investigación”

Doctor Valentín Fuster, director del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), presidente del Mount Sinaí Fuster Heart Hospital y 'Physician-in-Chief' del Mount Sinai Medical Center de Nueva York (EEUU).
Valentín FusterCardiólogo en Nueva York

La división de salud reproductiva del CDC, que velaba por la salud materno-infantil y la salud sexual de las mujeres, ha sido desmantelada, como podría ocurrir en el país de Gilead, escenario de El cuento de la criada de Margaret Atwood.

Las investigaciones sobre discapacidad, igualmente desmanteladas, en coherencia con la ideología de un presidente que cree en la ley del más fuerte y aborrece los programas de diversidad, equidad e inclusión (DEI).

La guillotina también ha caído sobre el Centro Nacional para la Prevención y Control de Heridas, que estudiaba cómo prevenir los daños causados por armas de fuego, y el Instituto Nacional para la Seguridad Laboral, que protegía la salud de los trabajadores.

La financiación para estudios sobre la salud de las personas trans ha sido cortada de cuajo, incluso para proyectos en curso donde el recorte supone perder lo invertido hasta ahora. También se han recortado masivamente los estudios sobre calidad del aire, sobre vacunación y sobre prevención del VIH.

Los recortes tendrán repercusiones a largo plazo en el tratamiento del cáncer”

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Antoni RibasOncólogo en Los Ángeles

“No hay duda de que las instituciones de salud se pueden gestionar de manera más eficiente. Pero derribar sin un plan para reconstruir no es transformación. Es sabotaje”, ha criticado Katelyn Jetelina, de la Escuela de Salud Pública de Yale, en su newsletter Your Local Epidemiologist .

Igual de abruptos que los recortes han sido las formas en que se han producido los despidos. Según ha informado el New York Times , el 1 de abril a las cinco de la mañana se empezaron a enviar correos a miles de trabajadores informando de cambios. Muchos de ellos descubrieron que se habían quedado sin empleo al intentar acceder a sus puestos de trabajo y descubrir que sus tarjetas de entrada habían sido bloqueadas. Otros se enteraron al intentarse conectar por ordenador y recibir un mensaje de acceso denegado.

Aunque Kennedy había dicho que los recortes afectarían sobre todo a personal administrativo para mejorar la eficiencia, también han afectado masivamente a personal científico, especialmente en áreas de investigación perseguidas.

Perjudican de manera desproporcionada a jóvenes que están en los inicios de sus carreras, pero también a científicos consolidados con trayectorias intachables. Los directores de cuatro de los institutos del NIH fueron informados el 31 de marzo por la tarde de que habían sido relevados, ha informado Nature . Entre ellos, Jeanne Marrazzo, directora del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, el cargo que Anthony Fauci había ocupado durante la pandemia.

Si esto continúa, vamos a ver una bajada de la innovación tecnológica en EE.UU.”

Adolfo García-Sastre, virólogo del hospital Mount Sinai de Nueva York
Adolfo García-SastreVirólogo en Nueva York

Pocos días antes había perdido el cargo Peter Marks, director del centro responsable de la evaluación de productos biológicos en la FDA, por haberse negado a difundir datos falsos sobre las vacunas y a relajar la regulación de tratamientos con células madre no probados como le exigía Kennedy.

A algunos de los altos cargos relevados les dieron 24 horas para decidir si aceptaban ser reasignados a otros puestos en Oklahoma, Nuevo México o Alaska, el equivalente americano de deportar a los díscolos a Siberia.

Las consecuencias de la purga no se limitan a las áreas políticamente más sensibles sino que se extenderán a toda la investigación médica. “Los recortes drásticos de personal en el NIH harán que los avances para mejorar el tratamiento del cáncer sean más lentos y tendrán repercusiones a largo plazo”, declara el oncólogo Antoni Ribas, de la Universidad de California en Los Ángeles.

Los daños pueden afectar al liderazgo científico de EE.UU. “Hay investigadores que se quedan sin trabajo y tendrán que abandonar la ciencia”, advierte el virólogo Adolfo García-Sastre, director del Instituto de Salud Global y Patógenos Emergentes en el hospital Monte Sinaí de Nueva York. El desempleo inesperado afecta especialmente a investigadores que están al inicio de sus carreras y que deben convertirse en la próxima generación de líderes científicos. “Si esto continúa, vamos a ver una bajada en el futuro próximo de la innovación tecnológica en que EE.UU. ha sido pionero en los últimos cien años”, vaticina García-Sastre.

Según resumía el Financial Times en el título de su editorial del 6 de abril, es “una hora oscura para la ciencia en América”.

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