El doctor Alexandre Olmos advierte sobre un hábito en la cama que puede llegar a ser peligroso: “Si no es del lado izquierdo, podrías estar afectando tu salud sin saberlo”
SALUD
Dormir del lado izquierdo es una estrategia que mejora tu digestión, circulación y desintoxicación
Dos de las imágenes que podemos ver en el vídeo del Doctor Alexandre Olmos
Muchas personas prefieren dormir de un lado específico debido a costumbres adquiridas desde la infancia, a la disposición de la cama en la habitación o incluso a la necesidad de estar en una posición que les haga sentir protegidos.
El doctor Alexandre Olmos explica que dormir del lado derecho podría estar afectando a nuestra salud de forma negativa: “Puede parecer una simple postura pero la posición de tus órganos es clave para tu salud. Dormir del lado izquierdo favorece el funcionamiento natural de tu cuerpo, mientras que dormir del lado derecho puede provocar problemas que ni siquiera imaginas”, empieza diciendo.
Tres motivos para dormir del lado izquierdo
Mejora la digestión y evita el reflujo. Tu estómago y páncreas están ubicados ligeramente hacia la izquierda y cuando duermes hacia ese lado la gravedad ayuda a que los jugos gástricos se mantengan en su lugar, reduciendo la acidez y el reflujo.
Favorece la circulación y reduce la carga del corazón. Tu corazón está ligeramente inclinado hacia la izquierda y dormir de ese lado facilita el retorno venoso, reduciendo la presión sobre este órgano y mejorando la circulación. Esto es especialmente beneficioso para personas con hipertensión o problemas cardiovasculares.
Facilita el drenaje linfático y la eliminación de toxinas. El sistema linfático es el encargado de eliminar toxinas y desechos celulares. La mayor parte de este sistema se encuentra en el lado izquierdo de tu cuerpo, por lo que dormir de ese lado permite que la linfa se mueva con mayor facilidad, ayudando a la desintoxicación y reduciendo la inflamación.
ڱ澱ó. Más allá de la postura, lo importante es que cada persona encuentre la posición en la que se sienta más cómoda y descanse mejor. Al final, la forma en la que dormimos refleja en cierta medida nuestra personalidad, nuestras necesidades físicas y nuestras emociones.