Los mejores trucos para no recurrir a la ira y gestionar el enfado a tu favor: “Es una señal de alarma para detenernos y reflexionar”
MENTE
Analizar el enfado puede darte pistas de lo que sucede realmente en tu interior

Un globo apunto de estallar

El enfado es una emoción natural que surge cuando sentimos que algo es injusto, frustrante o nos amenaza. Aunque puede ser útil para defender nuestros límites, un mal manejo del enfado puede afectar nuestras relaciones y bienestar.
Sonia Díaz Rois es experta en gestión de la ira y en uno de sus libros afirma que el enfado permanente es una señal de alarma para detenernos y reflexionar sobre si es necesario cambiar algo en nuestra vida: “Es como si nuestra paciencia tuviera un depósito y, cuando está lleno, cualquier chispa lo desborda: dormir mal, el estrés, una respiración superficial…” ,afirma.

á. Analizar con posterioridad por qué nos hemos enfadado puede darnos pistas sobre lo que ocurre en nuestro interior: “”Tal vez estás acostumbrada a enfocarte en lo negativo, pretender tener siempre la razón, controlar o perseguir el perfeccionismo…», continúa.
¿Cómo gestiono mi enfado?
Puede parecer obvio pero el primer paso es darte cuenta de que te has enfadado. A partir de ese momento Sonia Díaz recomienda autorregularnos des de cerebro, mente y cuerpo:
- Reconoce el patrón. Se trata de una reacción instintiva e impulsiva. Hay que identificar si es una reacción habitual o puntual: “Es como si saltara una alarma interna. Se activan estructuras del cerebro como la amígdala, que es la responsable de desencadenar esa sensación de enfado», explica. Si eliges responder con calma estarás reforzando un nuevo camino mental.
- Cuestiona tus pensamientos. La emoción del enfado dura una media de 90 segundos, pero si añadimos pensamientos negativos la emoción se alega y se convierte en un sentimiento persistente. Si nos damos cuenta de lo que estamos pensando tendremos más poder para transformar nuestra respuesta. Hay que detenerse y prestar atención a tus pensamientos para saber si estamos aumentando la sensación de enfado con nuestra propia negatividad.
- Respira y cuida tu cuerpo. Al enfadarnos nuestro cuerpo se pone en modo alerta, acelera el pulso y aumenta la respiración. Esa sensación puede llevarnos a sentirnos agotados o tener problemas de salud. Puede ser útil la respiración diafragmática: ”Esa respiración consciente y profunda permite que el aire llegue hasta el abdomen. Lo que conseguimos respirando de este modo es que nuestro sistema nervioso parasimpático se active y nos conecte con la calma“”, afirma la experta.

Utiliza el enfado a tu favor
Conocer mejor el origen de tu enfado y las emociones que despierta en ti puede ayudarte a conocerte mejor. Aprender a escuchar esta emoción nos ayuda identificar patrones, conocer mejor lo que necesitamos y actuar de manera más consciente. El enfado, bien gestionado, se convierte en una guía que nos muestra lo que realmente es importante para nosotros. Díaz Rois termina reflexionando sobre lo útil que puede ser comprender el enfado: “Enfadarse no es malo, lo importante es aprender a gestionarlo con respeto hacia ti misma y hacia los demás. Al hacerlo, no solo te entiendes mejor, sino que también ayudas a los demás a conocerte y a entender qué es lo que realmente necesitas” concluye.