Sam Altman, dueño de ChatGPT, y su fórmula del éxito: “Si lo consigues, has hecho un 80% del trabajo”
Empresarios exitosos
El CEO de OpenAI revela cuál es, para él, la clave para construir un negocio imparable: crear algo que la gente recomiende sin que se lo pidas.

Sam Altman CEO de OpenAI

Sam Altman no solo es una de las figuras más influyentes del panorama tecnológico actual por liderar OpenAI, la compañía que está detrás de ChatGPT. También es una de las voces más escuchadas en el mundo del emprendimiento. Desde hace más de una década, comparte en charlas y coloquios sus ideas sobre cómo triunfar en un mercado cada vez más competitivo.
Pero entre todos los consejos, hay uno que destaca por encima del resto: el poder de la recomendación espontánea.
Crear algo que la gente no pueda dejar de compartir
En una charla que ofreció en agosto de 2018, titulada How to Succeed With a Startup, Altman fue rotundo: “El grado de éxito se aproxima al grado en que creas un producto tan bueno que la gente se lo cuenta espontáneamente a sus amigos”.

Ese, según el CEO de OpenAI, es el listón que todo emprendedor debe tener en mente: crear algo que entusiasme tanto a los usuarios que no puedan evitar hablar de ello con las personas de su entorno. Un fenómeno que multiplica el alcance del producto sin necesidad de invertir grandes cantidades en publicidad.
“Si consigues eso, has hecho el 80% del trabajo necesario para ser una empresa emergente realmente exitosa”, afirmó con rotundidad.

El ejemplo de Google, Facebook y otros gigantes. Altman, que lleva años observando cómo nacen, crecen y caen empresas emergentes, no dudó en respaldar sus palabras con ejemplos reales. Según él, compañías como Google o Facebook lograron conquistar al mundo precisamente por ese efecto boca a boca: “Probablemente las descubriste porque un amigo te dijo: ‘Tienes que probar esto, es genial’”.
Para el empresario, el éxito no comienza en el marketing ni en los fondos de inversión, sino en la experiencia de usuario. Si esa experiencia es buena, y sobre todo memorable, el producto se promociona solo. Si no lo es, da igual cuánto dinero pongas sobre la mesa: será difícil escalarlo.

Emprender con propósito y excelencia
La filosofía de Altman se puede resumir en una idea sencilla pero poderosa: si no haces algo que merezca ser compartido, el crecimiento será artificial. Y eso, en un mundo saturado de propuestas, es más evidente que nunca.
Por eso, su consejo para cualquier persona que esté comenzando con una startup es claro: antes de pensar en inversores o métricas, piensa en cómo hacer algo que emocione tanto a los usuarios que quieran hablar de ello por su cuenta.