La reflexión del empresario Emilio Duró tras conocer a uno de los supervivientes del accidente de avión de los Andes: “La esperanza es lo primero que se pierde”
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El experto recuerda una charla que mantuvo con Gustavo Zerbino, uno de los supervivientes del accidente aéreo de los Andes

Fragmento de la película “La Sociedad de la Nieve”

La preocupación es una reacción natural ante los problemas, pero la forma en que los percibimos y enfrentamos puede marcar una gran diferencia en nuestro bienestar.
Emilio Duró es un empresario, consultor y conferenciante español reconocido por su labor en el ámbito de la motivación y el desarrollo personal. En una de sus intervenciones en el canal de ha hablado de aquellas cinco cosas de las que nunca deberíamos arrepentirnos antes de morir.

“Sin esperanza cualquier obstáculo parece insuperable”
Historia. Para hablar sobre ello ha recordado una charla que mantuvo con Gustavo Zerbino, uno de los dieciséis supervivientes del accidente aéreo de los Andes ocurrido el 13 de octubre de 1972: “Me enseñó una serie de cosas que me impactaron, por ejemplo que la esperanza es lo primero que se pierde. Sin ella, cualquier obstáculo parece insuperable”, empieza diciendo.
Nadie les dijo que no podían sobrevivir, así que lo hicieron. A veces, el mayor límite es creer que algo es imposible.

Sobrevivieron gracias al amor y al trabajo en equipo. Apoyarse mutuamente en los momentos más difíciles marca la diferencia: “Sobrevivimos por amor, ahí nos queríamos todos, éramos un equipo. Cuando el avión se estrelló mi compañero se rompió la femoral y me dijo que me fuera a ayudar al resto porque lo suyo no tenía solución”, le comentó Zerbino a Emilio.

Queda prohibido quejarse. La queja desgasta, mientras que enfocarse en lo positivo da fuerza para seguir adelante: “Solo que uno de nosotros se hubiese quejado no hubiésemos sobrevivido. Con lo cuál, cada mañana , en cada momento nosotros teníamos que hablar de la parte buena”, afirmó el superviviente.

Cuando supieron que nadie los buscaba, entendieron que solo dependían de ellos mismos. Aceptar la realidad es el primer paso para cambiarla: “Es la mejor noticia que tuvimos jamás. Porque a partir de ese momento supimos que si teníamos que salir dependía de nosotros”, recordó Zerbino.
La mente no puede estar preocupada y ocupada al mismo tiempo. Centrarse en soluciones aleja el miedo y permite avanzar.