Bryan Post, experto internacional en comportamiento infantil: “Forzar a un niño a apagar la televisión sin previo aviso es una receta segura para el conflicto”
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Muchos padres estresados gestionan mal el momento de acostar a sus hijos
Bryan Post en un momento del podcast
El momento de tensión entre padres e hijos cuando llega la hora de acostarse es una escena universal. Los niños, con su energía inagotable y su deseo de seguir jugando, no entienden por qué deben detenerse, mientras que los padres, agotados después de un día largo, solo quieren un poco de orden y descanso.
Bryan Post es un destacado experto estadounidense en comportamiento infantil y adopción. En una de sus últimas intervenciones en el canal de YouTube de James Whittaker habló de esta escena rutinaria que es un quebradero de cabeza para muchas familias: “Cuando un padre dice que es hora de ir a la cama y el niño responde que no, el adulto se estresa inmediatamente”, empieza diciendo.
“Un niño desafiante es en realidad un niño asustado”
El cerebro infantil no está preparado para transiciones bruscas. Post explica lo que hay detrás de la negativa de un niño: “Estás pidiéndole a un niño que haga un cambio inmediato cuando ni siquiera los adultos somos capaces de hacerlo sin dificultad. Un niño oposicionista o desafiante es en realidad un niño asustado. Cuando dicen que no, su cerebro entra en modo estrés y se congela”, comenta.
¿Qué podemos hacer? El experto recomienda no decir nada, dar espacio y volver a intentarlo en unos minutos.: “Cuando puedes calmar todo ese ruido mental que te dice ‘tienes que obligarle a acostarse ahora’, entonces puedes volver y decir: ‘Cariño, es hora de dormir. ¿Qué cuento quieres leer hoy?”, recomienda.
Herencia de generaciones anteriores. Post añade que hemos heredado ese comportamiento impetuoso de nuestros padres: “Esas viejas historias que te dicen que tienes que imponer el respeto ya, con miedo, son las que nos hacen perder el control”, explica.
Familia feliz. El experto termina explicando que una buena rutina de apagar la televisión y meterse en la cama puede convertirse en un momento de conexión, en lugar de una lucha de poder.