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Gabor Maté, doctor y escritor, sobre uno de los secretos de la crianza: “Si eres un buen padre, vas a frustrar a tu hijo de 2 años”

Visto en TikTok 

Para Gabor Maté, una crianza saludable implica permitir que el niño exprese tanto la alegría como el enfado o la tristeza.

Gabor Maté, médico, 81 años

California Institute of Integral Studies

El reconocido médico y autor Gabor Maté ha vuelto a poner el foco sobre una de las cuestiones más sensibles en el mundo de la crianza: la relación entre el apego emocional y la autenticidad en los primeros años de vida. En una reciente intervención, el experto abordó una idea que puede sorprender a muchos padres: frustrar a un niño de dos años es una parte necesaria de ser un buen progenitor.

“Si eres un buen padre, vas a frustrar a tu hijo de 2 años”, afirmaba con contundencia Maté, haciendo referencia a situaciones cotidianas como negar una galleta antes de la cena. Para él, este tipo de límites son esenciales en el desarrollo infantil, aunque provoquen rabietas o enfados. Lo importante, sin embargo, no es evitar esa frustración, sino cómo se acompaña emocionalmente al niño cuando la experimenta.

Una clave emocional

No aislar al niño cuando se enfada. Maté critica una práctica bastante extendida entre algunos padres y educadores: aislar al niño cuando se enfada hasta que se calme. A su juicio, esto transmite un mensaje perjudicial a nivel emocional: que mostrar emociones genuinas puede poner en peligro el vínculo afectivo con los adultos. “El niño entiende que si va a experimentar su yo genuino, va a perder su apego”, advierte el especialista.

Un niño muestra su enfadoSIphotography

Esto, según Maté, genera un patrón muy dañino que puede durar toda la vida: el de reprimir los sentimientos auténticos para no ser rechazado. Es decir, aprender a complacer para ser querido. Y aunque esta actitud puede ser valorada socialmente en la infancia, en la adultez puede desembocar en una pérdida de autenticidad e incluso en crisis de identidad.

Gabor Maté

La necesidad de aceptar las emociones negativas. Para Gabor Maté, una crianza saludable implica permitir que el niño exprese tanto la alegría como el enfado o la tristeza. Su enfoque plantea que no se trata de evitar los conflictos emocionales, sino de estar presentes para acompañarlos sin poner en riesgo el amor incondicional que todo niño necesita.

“La cultura nos recompensa por complacer”, señala Maté, subrayando cómo los niños que siempre son obedientes y agradables reciben más aprobación, lo que refuerza la idea de que el amor y el valor personal están condicionados.

Un padre jugando con su hijo.Getty Images

El impacto en la edad adulta. El doctor alerta de que muchos adultos llegan a los 30, 40 o incluso 50 años sintiéndose desconectados de sí mismos, preguntándose por qué han vivido de cierta manera o por qué no logran sentirse plenos emocionalmente. Detrás de muchas de esas crisis de identidad, apunta, hay una infancia marcada por la necesidad de adaptarse para no perder el amor de los padres.

Educar con límites y afecto, la clave del equilibrio

El mensaje de Maté no es evitar frustraciones, sino enseñar a gestionarlas con sensibilidad. La clave no está en ceder a todos los deseos del niño, sino en establecer límites sin rechazar su emoción. Acompañar al pequeño, aunque esté enfadado, le ayuda a integrar esas experiencias de forma segura y a crecer emocionalmente con autenticidad.

Redactor especializado en redes sociales, tendencias virales y del mundo del entretenimiento. Graduado en Periodismo por Facultat de Comunicació Blanquerna (URL)