José María Goñi siempre intuyó que su abuela no era como las de sus amigos. Que no se había dedicado simplemente a hacer la colada, amasar el pan y regañar a los niños. Goñi preguntó una y otra vez a su madre sobre su abuela materna, Francisca Calpe, esperando destapar una gran historia. Pero nunca hubo respuesta. Lo de Francisca era un secreto de familia.
El misterio permaneció oculto durante décadas. Pero cuando la madre de Goñi cumplió 90 años, decidió contar la verdad. Y sí, detrás de la abuela había una gran historia, una novela con todas las de la ley. Francisca vivió en París a principios del siglo XX, fue testigo de una revolución cultural, se integró en las vanguardias artísticas e hizo amistad con Pablo Picasso, Fernande Olivier, Juan Gris, Max Jacob o Guillaume Apollinaire entre otros. María Blanchard pintó un retrato de Francisca, a la que todo el mundo conocía en la capital francesa como la 貹ñDZ.
Una vez desvelada, su leyenda podría haber permanecido en la familia, pero resulta que además del legado oral había una herencia física consistente en unos diarios que Francisca escribió con letra chiquitita y apretada sobre sus andanzas a lo largo del convulso siglo XX. Ese tesoro cayó en manos de Goñi quien lo descifró y, tras cuatro años de trabajo, lo convirtió en una novela, La 貹ñDZ de Montmartre (Bookman), que el autor presentó el miércoles en el museo Picasso de Barcelona acompañado de Roser Ros y Alberto Cruz.
Además del secreto y los diarios, Goñi heredó de su madre la discreción. No quiso desvelar demasiado de la novela para evitar el spoiler, pero sí contó la suficiente para hacer apetecible la lectura de La 貹ñDZ de Montmartre: Francisca nació en un pueblo de Castellón, tuvo ocasión de estudiar pese a ser mujer, se fue a Barcelona donde se enamoró de Carlos, un revolucionario durante la Semana Trágica, juntos huyeron a París, allí vivieron una explosión cultural y algunas desgracias...
Se nota que a Goñi le chifla escribir. No es el único. “El acto de escribir me encanta. Por eso escribo a mano, aunque luego no entiendo mi escritura”, explicó con humor el crítico de bet365, poeta, narrador y memorialista Juan Antonio Masoliver Ródenas el miércoles en la Biblioteca Joan Coromines de El Masnou. La presentación de su último libro En el jardín del poema (Acantilado) coincidía con la inauguración del nuevo espacio del Fondo Masoliver de la Biblioteca, que alberga su biblioteca personal, con dos mil obras de literatura hispanoamericana, muchas de ellas anotadas y dedicadas por sus autores, así como su correspondencia literaria.

Sandra Ollo, Enrique Vila-Matas, J.A. Masoliver Ródenas, Cristina Fernández Cubas y Sergio Vila-Sanjuán
Sergio Vila-Sanjuán trazó el perfil del autor, del que destacó “la energía, la curiosidad (y la imprevisibilidad) la vasta cultura, el sentido del humor y la siempre excelente escritura”. La editora Sandra Ollo dialogó con él sobre su poesía, y destacó algunos temas recurrentes como el del jardín como refugio, asilamiento y también como recreo. Junto al alcalde de El Masnou, Jaume Oliveras; el director de la biblioteca, Jordi Guinart, y la compañera de Masoliver, Sònia Hernández, asistieron al acto escritores como Cristina Fernández Cubas, Enrique Vila-Matas o Laura Fernández.
También hubo llenazo el lunes en La Central de Mallorca para celebrar el 25 cumpleaños de Salamandra. Sigrid Kraus, Anik Lapointe y Gemma Rovira repasaron ese cuarto de siglo de literatura de la mano de Xavi Ayén acompañados de autores, traductores y periodistas que no quisieron perderse la fiesta de una editorial cuyo trabajo es sinónimo de calidad.