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Un sempiterno viaje a la condición humana

ESPECIAL SANT JORDI/CLÁSICOS

Un sempiterno viaje a la condición humana

Siempre es así: los clásicos universales vuelven una y otra vez, resistiendo la prueba del tiempo para ofrecernos una fuente inagotable de reflexión, emoción y aprendizaje. Uno de los títulos que se suman a este legado es uno muy desconocido, (Edhasa), de Michel Zevaco, un relato de capa y espada que se desarrolla en el siglo XVII.

Siguiendo en territorio francés, tenemos a Colette, que en 1920 publicó (LaBreu Edicions , basada en la relación amorosa entre una mujer madura y un joven. De una manera igualmente intensa, la estadounidense Edith Wharton, en su obra (Comanegra ), describe lo que hizo característica su prosa: la vida social de la clase acomodada de Nueva York.

En el ámbito de las novelas históricas, cabe destacar (Galaxia Gutenberg ), del italiano Alessandro Manzoni. Es la historia de una pareja cuyo amor se verá obstaculizado por las intrigas de los poderosos, en el siglo XVII. Otra gran historia es (Folioscopio ), de Emanuele Arioli, todo un descubrimiento de ambiente artúrico.

En esta línea que cruza lo mítico con lo real, encontramos una edición de (Destino) , de Ana María Matute, que narra la expansión del Reino de Olar y está protagonizada por una niña que conocerá a personajes tan singulares como un mágico hechicero.

En un plano de no ficción, reaparece el francés Michel de Montaigne con una (Alianza) que abarca una enorme diversidad de temas, que van desde la política y el sexo hasta la educación, la muerte y la religión.

⁄ Relatos de capa y espada conviven con las reflexiones de Pavese y las tramas de Guy de Maupassant

En un ámbito más poético, se halla Rafael Pérez Estrada, con (Galaxia Gutenberg); ahí el autor malagueño presenta una serie de aforismos y relatos pequeños cargados de ironía. Continuando con la poesía, tenemos al alemán Friedrich Hölderlin, con (âԱܰ), una novela filosófica y lírica con frases tan memorables como la que dice: “El hombre es un dios cuando sueña y un mendigo cuando reflexiona”.

Sin embargo, si el lector quiere una buena dosis de tensión psicológica en pos de explorar las emociones humanas, que acuda a Vernon Lee, seudónimo de la británica Violet Paget, en especial a su relato (áٱ). Y qué decir del suizo Robert Walser, que con sus ( âԱܰ ), a través de una serie de cuentos, nos invita a hacer lo propio a la hora de calibrar las consecuencias que generan las relaciones personales.

No menos relevante es la obra de Joan Maragall, cuyas (Edicions 62) gozan de nueva edición que reúne gran cantidad de material: artículos, discursos y ensayos, lo cual nos habla de su pensamiento y de la influencia que tuvo en su tiempo. Otro autor de eterna buena prensa, el norteamericano que se nacionalizó inglés Henry James, ofrece en (Ediciones Invisibles ) una historia que indaga, como suele ocurrir en casi todas sus obras, las diferencias de clase y el choque cultural entre Europa y EE.UU.

Asimismo, en este terreno inabarcable de la tradición literaria anglosajona que tenemos disponible en catalán o español, hay que recordar este título de 1851: (Ediciones Invisibles), de Elizabeth Gaskell; se trata de una trama con elementos humorísticos que sucede en una comunidad rural, donde un joven médico se enfrenta a los prejuicios de los lugareños mientras lidia con las costumbres de sus pacientes.

Saltando el océano en fechas cercanas, vemos la prosa de tinte macabro y psicológico del bostoniano Edgar Allan Poe, del que se editan, en nueva traducción y con varios prólogos, sus (Páginas de Espuma), que nos abren a un mundo sobradamente conocido pleno de oscuridad, misterio y hasta locura.

⁄ Los cuentos de Némirovsky y las críticas al poder de Pérez Galdós coinciden en los estantes con Poe

Igual de asfixiante, pero en clave realista, puede interpretarse el libro del italiano Cesare Pavese (Reino de Cordelia), que constituye una reflexión sobre la soledad y la desesperanza en tiempos de opresión política. No en vano, eternamente el poder y las jerarquías sociales sirven de trasfondo novelístico; por ejemplo, el galo Guy de Maupassant, en (Alba) , concibió al personaje de Georges Duroy, un tipo ambicioso que, muy astutamente, busca ascender en la sociedad parisina aprovechándose de diversas mujeres.

No abandonamos este contexto, pues el parisino J.-K. Huysmans, en (Alba), propuso igualmente una serie de ideas filosóficas sobre el arte, la vida y la sociedad en un siglo XIX que empezaba a dejar atrás sus viejos hábitos. Ciertamente, los buenos escritores se dedican a cuestionar el statu quo imperante o a sumergirse en las contradicciones del alma humana, como demostró la ucraniana Irène Némirovsky, de la que se publica (Edhasa ) y una novela de juventud, (Salamandra).

Por último, cerramos esta ventana de clásicos inmarcesibles con Benito Pérez Galdós y su (áٱ), donde desarrolló una crítica al poder mediante dilemas espirituales y sociales; y una gran novedad del francés Louis-Ferdinand Céline, (Anagrama), en que, como no podía ser de otra manera habida cuenta del resto de su escritura, ofrece al lector una perspectiva sombría tras algo tan atroz como una guerra.

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