El Madrid se equivocó. No es fácil, ni es nuevo, pero el club más beneficiado de la historia no puede hacer un comunicado poniendo en duda la competición por errores arbitrales. El club blanco está en la lucha. Dice que intenta proteger sus intereses y, curiosamente, destila bilis cuando hace tiempo que Negreira ha dejado de estar en las portadas. Mientras el exárbitro hacía informes para el FC Barcelona, el Madrid no se quejaba de los colegiados. Ahora, sí. Y con vehemencia.
Es lo mismo de siempre. Solo cambia el color. Pero el auténtico problema vuelve a ser el mismo y tiene que ver con los agravios. Y con las quejas. El Madrid ha puesto de los nervios a los colegiados y a través de su televisión oficial les hace un juicio sumarísimo solo con una parte de sus decisiones, algunas sacadas de contexto y sin incluir los aciertos o cuando se les beneficia. Además, lanzó un comunicado durísimo, en un precedente inédito.
El Madrid se equivocó, pero los baremos de las infracciones deben ser aplicados sin agravios
El actual Madrid está enfrentado a LaLiga y a su presidente Javier Tebas; a la Federación y a su presidente Rafael Louzán; a la UEFA y su presidente Aleksander Ceferin; a la mayoría de clubs españoles que lo cuestionaron en la última reunión después de la carta arbitral y presiona siempre para obtener lo mejor para sus intereses. Lidera el proyecto de la Superliga, en contra de la Champions y, según sus opositores, de las Ligas nacionales.

Florentino Pérez y Javier Tebas, en imágenes de archivo
Entre sus objetivos está cambiar al actual presidente del Comité Nacional de Árbitros y parece que tiene un candidato para sucederlo, el ex árbitro Mateu Lahoz, que en su día llegó a pitar un penalti a favor del Madrid por un empujón de un jugador blanco (James) a otro futbolista de su equipo (Marcelo). El Madrid baraja los datos de las decisiones erróneas a su conveniencia, pero no dice que solo le han pitado en contra tres penaltis en los últimos 83 partidos y que en esta Liga lleva un promedio de 10 a favor y uno en contra (muy criticado).
Que el Madrid se equivoque no significa que el colectivo arbitral no deba hacer un esfuerzo para unificar sus decisiones. Difícil. Pero no imposible. La primera fijación fueron las manos (se formó un popurrí de decisiones contradictorias) después vinieron los agarrones (de ser cruciales pasaron casi a no existir) y ahora están las entradas fuertes (con diferente criterio si se aplica tarjeta amarilla o roja). Los árbitros, es cierto, se reúnen, hacen autocrítica interna y trabajan para mejorar. Es indudable. Nadie los ayuda. Pero de eso se ha pasado a que hay alguien que los perjudica, cada semana, a través de una televisión oficial de club. El VAR ha llegado para mejorar y lo ha hecho. ¿Es perfecto? no. ¿Es perfecto el fútbol? Pues tampoco.