L o que en otras circunstancias hubiera sido una gran noticia, el regreso de un campeón a donde forjó su leyenda, esta vez tiene demasiadas aristas como para merecer calificativo alguno. Ángel Cabrera, golfista argentino de 55 años y campeón del US Open en el 2007 y del Masters en el 2009, ha anunciado su regreso al Augusta National en abril para el estreno de la temporada de grandes en el mundo del golf profesional. El Pato no disputaba el torneo desde el 2019, cuando no pudo superar el corte. En el 2020, no pudo participar por una lesión y, desde el 2021 hasta ahora, el motivo de sus ausencias es el mismo que ha generado controversia en torno a su regreso.
La organización del torneo le da la bienvenida, pero hay sectores que han mostrado su rechazo
A principios del 2021, Cabrera era detenido en Río de Janeiro por dos agentes federales siguiendo órdenes de la Interpol. El motivo no era que el golfista había abandonado Argentina sin permiso estando pendiente de juicio. La hasta entonces leyenda del golf argentino había sido acusada por su expareja, Cecilia Torres, de varios cargos de lesiones, acoso, abusos verbales y amenazas, además de desacato a la autoridad. Cargos por los que fue condenado a dos años de prisión. El caso se agravó por la presentación de una segunda denuncia de otra expareja, Micaela Escudero, por la que también fue condenado, obligándole a estar más tiempo en prisión. En total, se pasó 30 meses en la cárcel de Bouwer, situada en Córdoba, su ciudad natal, llamada también el penal del infierno, donde es habitual la presencia de barras bravas de Talleres y Belgrano, a los que no les dejan cruzarse en el patio.
El argentino, que no pisa Augusta desde el 2019, ha logrado renovar el visado con el Gobierno de EE.UU.
Cabrera salía en libertad condicional en el 2023 y concedía unos meses después una entrevista a Golf Digest en la que pedía perdón por sus actos y se mostraba arrepentido. “Estoy avergonzado porque he decepcionado a la gente más cercana a mí. Durante un tiempo, no escuchaba a nadie y hacía las cosas cómo y cuándo quería. He pedido perdón a Cecilia y a Micaela, entraron en mi vida cuando estaba en mi peor momento”, subrayaba. La misma información confirmaba los graves problemas con el alcohol que había sufrido el jugador cordobés.
Cabrera fue detenido en Brasil en el 2021 y luego extraditado a Argentina, donde pasó 30 meses en prisión
Meses después de lograr la libertad condicional, el Pato –apodado así por su manera de andar– recibía la luz verde para competir en un torneo del PGA Champions Tour, el circuito senior estadounidense, en el que acabó jugando 12 torneos el 2024. Como todo campeón del Masters, Cabrera tenía derecho a jugar en Augusta y el año pasado ya lo intentó. Pero temas burocráticos relacionados con su condena lo impidieron. Básicamente, se le caducó el visado y no pudo cumplir los requisitos para disputar el torneo.
Una vez renovado su visado, este año ya ha manifestado su intención de disputar el Masters y recibirá una invitación de la organización, como sucede con todos los participantes del torneo. “Como todos sabemos, no ha podido jugar el Masters los últimos años por sus problemas legales, pero, una vez superados, tenemos claro que le vamos a dar la bienvenida de nuevo, es un gran campeón”, aseguraba hace unas semanas tímidamente Fred Riley, el mandamás del Augusta National, rector del Masters.
Pero, lejos de las formalidades que acompañan el cargo de Riley, los primeros signos de que dados sus antecedentes su regreso no será tan bien acogido por todos ya han salido a la luz. A través de redes sociales y de varias encuestas de medios norteamericanos, muchos aficionados han expresado su profundo rechazo a verle de nuevo en Augusta. Habrá que ver si alguno de ellos ha sido de los afortunados que ha logrado entradas para el torneo y expresa
ese malestar públicamente. De lo que no hay duda es de que el de Cabrera al Masters será un regreso controvertido.