Hay una razón muy importante que hace que los pericos vayamos con ilusión a Cornellà. Tiene nombre propio. Les hablo de nuestro portero, Joan Garcia. Es como ir al cine con tus hijos, que es como yo voy a Cornellà, entendiendo que vamos a ver a un superhéroe. Alguien que te va a ofrecer mucho más que una actuación deportiva. Joan es un crack en todos los aspectos, su comportamiento humano en cuanto a templanza, serenidad, madurez o educación hace que los pericos nos sintamos orgullosos de que vista nuestros colores. Pero tratar de describirlo deportivamente es algo que requiere muchas líneas porque lo que hace en ocasiones Joan alcanza lo incomprensible. Hace cosas al igual que otros cracks deportivos que van mucho más allá de la posible formación recibida. Tiene características físicas y mentales que están por encima de las normales y por eso en casa creemos que tiene superpoderes. Cuando el Espanyol se siente amenazado, el rival va llegando al área y goza de una clara ocasión, ves que disparan a puerta y piensas si Joan conseguirá rechazar el remate. Y, de repente, sin saber cómo, nuestro portero se encuentra en la línea de la trayectoria de la pelota. En muchas ocasiones sin necesidad de haberse lanzado a por el balón. Es decir tiene una intuición fuera de lo común de hacia donde el delantero dirige el balón. Existen grandes porteros en el mundo, gente que hace grandes paradas, pero son muy pocos los que consiguen tener esa intuición y colocación. Es esa virtud de hacer fácil, muy fácil, lo difícil.

Joan Garcia, portero del Espanyol
Otra de sus grandes cualidades es lo bien que cierra el ángulo respecto al disparo del rival, acompañándolo de una gran serenidad. No se deja llevar por el dramatismo de la gravedad de la situación, lo que le hace eficiente hasta el último segundo. Hasta que el balón no le ha superado siempre tenemos la sensación que algo beneficioso hará. Otras veces ha sido su capacidad de alargarse como consecuencia de la suma de su envergadura, su impulso y su intuición la que ha permitido rechazar lo que eran goles cantados. Y luego, como los grandes porteros actuales, con buena altura que sorprendentemente en la línea de Oblak o Courtois, son capaces de llegar al suelo a una velocidad endiablada. Virtud que también tenía mi querido y admirado compañero N’Kono, que muchas veces hasta me hizo reír de incredulidad cuando le remataba a tres metros de él, raso y despejaba la pelota como si nada.
El portero del Espanyol atesora una intuición fuera de lo común de hacia donde el delantero dirige el balón
Joan no nos va a durar mucho, es lógico y merece triunfar en lo más alto. Pero por su compromiso, por su comportamiento, esté donde esté, juegue con quien juegue, será siempre nuestro superhéroe.