En estos días no hay casi nadie que tenga algo positivo que decir sobre las políticas comerciales de Trump. Sin embargo, para preparar un examen sobre comercio internacional e incentivar a los alumnos a estudiar este tema, la delirante política arancelaria de Trump es una bendición. Les adelanto las preguntas del examen y sus respuestas.
Primera. ¿Cuánto más compran los EE.UU. que lo que venden o las rentas que reciben de la zona euro? Ojo, pregunta trampa. La balanza de bienes, servicio y rentas primarias (o balanza por cuenta corriente) de EE.UU. con la zona euro tiene normalmente superávit o está muy equilibrada. EE.UU. tiene un gran déficit comercial (bienes) pero un superávit enorme en venta de servicios (consultoría, servicios técnicos, servicios científicos y de ingeniería, propiedad intelectual, etcétera) y rentas primarias por sus inversiones en la zona euro. Dado que la balanza de pagos es una identidad contable, si se quiere reducir el déficit comercial (suponiendo que no cambia la balanza de capitales y rentas primarias), hay que reducir el superávit de venta de servicios de EE.UU. a la zona euro. ¿Tendría sentido como política comercial? ¿Por qué Trump siempre se refiere al déficit comercial y olvida el superávit en servicios? En cualquier caso, tener déficit en la balanza por cuenta corriente (por ejemplo, con la UE) solo quiere decir que una economía consume e invierte más que los ahorros que genera. Esto permite que los consumidores tengan una mayor variedad de productos disponibles y una mayor inversión que la que se podría permitir con sus propios ahorros, lo que genera mayor productividad y crecimiento futuro.

La delirante política arancelaria de Trump puede tener una lectura positiva desde el punto de vista académico
Segunda. Es mejor exportar manufacturas que servicios, pues se generan mejores empleos. Falso. En EE.UU. desde hace siete años el salario de los trabajadores de los servicios supera el salario de los empleados en la industria manufacturera. Además, es lógico que los países a medida que se desarrollan tiendan a concentrar más actividad económica y empleo en el sector terciario en detrimento del secundario.
Tercera. Los aranceles aumentarán el empleo en las manufacturas. Incierto. Estudios realizados por la Reserva Federal sobre los aranceles aprobados por la primera administración Trump muestran que se produjo un pequeño efecto positivo por la protección de las importaciones, pero un gran efecto negativo por el aumento de los costes de los bienes intermedios. Mayores aranceles incrementan el precio de los materiales, que son el 50% de los bienes importados por EE.UU., lo que aumenta el precio de estos productos y reduce su demanda. Por tanto, la política solo favorece a aquellos productores nacionales poco competitivos.
Gran lección de economía
Para preparar un examen sobre comercio internacional e incentivar a los alumnos a estudiar este tema, la delirante política arancelaría de Trump es una bendición
Cuarta. Los aranceles incentivarán que las empresas trasladen su producción manufacturera a EE.UU. Falso. Trump ha dicho repetidamente que ya había conseguido miles de millones en compromisos de inversión en EE.UU., pero estos son independientes de los aranceles. Se produjeron con anterioridad como consecuencia de la reorganización de las cadenas de suministro internacionales y de la nueva geopolítica, como por ejemplo, las inversiones de la empresa de chips taiwanesa TSMC que está construyendo varias plantas en EE.UU. La traslación de los aranceles en inversión directa en EE.UU. requeriría que estos fueran permanentes para justificar inversiones que tienen un retorno en el muy largo plazo. Nadie puede garantizar que, si hay un cambio de gobierno en cuatro años, o la marea contra Trump arrecia (otros países, grandes empresas de EE.UU., caída sostenida de las bolsas, reducción del apoyo popular y efecto sobre las contiendas electorales de otros republicanos siguen presionando) no haya más cambios de políticas como los que estamos observando en los últimos días. En un ambiente de tanta incertidumbre es imposible que se produzcan traslados significativos de la producción a EE.UU.
Quinta. Los aranceles aumentarán la recaudación de la Administración Trump y permitirán reducir los impuestos. Incierto. Si sube el precio de los productos importados, su demanda se reducirá, lo que reducirá la capacidad recaudatoria de la medida. Todo dependerá de la elasticidad de las importaciones al precio. Con una elasticidad normal la recaudación será muy limitada. En ningún caso se podrá recaudar tanto como para eliminar el impuesto sobre la renta.
Sexta. Como el precio del petróleo está bajando y los tipos de interés también, entonces la inflación se reducirá. Incierto. El petróleo y los tipos están bajando porque la probabilidad de recesión en EE.UU. ha subido alarmantemente. La caída del dólar y los aranceles seguirán siendo más importantes en las tensiones alcistas de la inflación.
Séptima. Se puede negociar con Trump como hace por ejemplo Vietnam: reduciendo los aranceles a cero. Falso. Los “aranceles recíprocos” de Trump se basan en dividir el déficit comercial por las importaciones multiplicadas por la elasticidad precio de las mismas y el coeficiente de traslado del arancel a los precios. Incluso sin aranceles las ventajas comparativas de Vietnam (sobre todo salariales) producirían un gran déficit comercial de EE.UU. frente al país, lo que seguiría garantizando un “arancel recíproco” elevado.
Respuesta
La caída del dólar y los aranceles seguirán siendo más importantes en las tensiones alcistas de la inflación
Octava. ¿Cuál es la filosofía de Trump sobre el comercio internacional? Respuesta a desarrollar. “Un déficit es una pérdida”. No hace falta poner nada más para conseguir máxima puntuación en esta pregunta.
Pero sin duda Trump no es el único político que apoya ideas económicas decimonónicas que incluso en su momento ya eran calificadas como erróneas por los economistas destacados de la época. Principios mágicos que desafían el avance de la ciencia económica durante cientos de años. Es como Liz Truss anunciando una bajada de impuestos de 45.000 millones de libras sin medidas para compensar el déficit y esperando que los mercados de deuda no reaccionen. Hay ejemplos en casi todos los países, incluyendo a España. Es difícil olvidar a esa ministra española argumentando que, si se retrasaba la edad de jubilación, los jóvenes no podrían encontrar empleos. Como diría el humorista José Mota, la economía de “las gallinas que entran por las que salen”.