España tiene un déficit de 500.000 viviendas, según cálculos del Banco de España, y todo hace indicar que esa cifra irá en aumento porque la producción de inmuebles se encuentra muy por debajo de la formación de hogares. Las administraciones públicas, junto a las promotoras y constructoras privadas, fueron capaces el año pasado de habilitar 127.000 nuevas viviendas, pero el problema es que la formación de hogares crece más rápido y rondará las 200.000 anuales, según las cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE).
El efecto de este desajuste se traslada directamente a los precios del mercado residencial, como muestran los datos publicados esta misma semana, en los que se puede ver un encarecimiento del 6,3% interanual en España. Y este dato es solo la media, ya que en algunas zonas la subida de precios es muy superior. El Gobierno y los empresarios tienen claro que la solución pasa por incrementar la producción de vivienda, y para ello, el pasado jueves, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, presentó el Perte de la construcción industrializada con un presupuesto de 1.300 millones de euros.
El Perte tiene como objetivo impulsar 15.000 viviendas anuales a corto plazo y 20.000 en diez años
El Perte tendrá tres ejes. El primero buscará aumentar la producción de vivienda mediante procesos industrializados. Para ello, habrá líneas financieras concretas para que las compañías más modestas puedan crecer. El horizonte es construir una media de 15.000 viviendas industrializadas al año y llegar a las 20.000 anuales en diez años. El segundo eje será promover la rapidez de la construcción (la industrialización del sector puede reducir los tiempos entre un 20% y un 60%). El tercer eje del paquete de ayudas se centrará en la mano de obra. El objetivo es “dignificar la profesión”, en palabras de Sánchez, y atraer a jóvenes a la misma.
El anuncio de Pedro Sánchez tuvo lugar en la feria Rebuild, que esta semana se ha celebrado en Madrid, y que reunió a los primeros espadas del sector inmobiliario. David Martínez, consejero delegado de Aedas, presidente de la feria Rebuild y un claro defensor de las soluciones industrializadas para dar un golpe de pedal en la construcción de vivienda, señala que “hay una ausencia de mano de obra y un problema de costes, por lo que las fábricas han de convertirse en plantas de ensamblaje de partes de la vivienda”.
Construir una vivienda de forma industrializada implica que las paredes, los baños, las cocinas o los balcones se creen en una fábrica y luego se ensamblen en el inmueble. Con ello se ahorra mano de obra, algo importante ante el problema actual. Por ejemplo, la profesión de instalador de ladrillos está desapareciendo y ya hay empresas que venden paneles con los ladrillos instalados, relata el consejero delegado de Aedas. La principal promotora del país ya produce el 25% de sus viviendas con soluciones industrializadas. Pero hay un problema: estas soluciones de momento solo se aplican en inmuebles unifamiliares. En los bloques de pisos aún hay un camino por recorrer.
La producción en fábrica ofrece más control de calidad, es más rápida, más sostenible y permite afrontar la falta de mano de obra
La vivienda industrializada en España empieza a coger tracción con alrededor de una cincuentena de empresas relevantes, en estimaciones del director del Congreso Nacional de Arquitectura Avanzada y Construcción 4.0, Ignasi Pérez. Las empresas de este sector se suelen clasificar en dos tipologías: 2D, cuando se fabrican paredes individuales, o 3D, cuando se producen unidades modulares. “Hace unos años, estas empresas producían decenas de unidades, ahora estamos hablando de centenares y algunas empiezan a llegar a las 1.000 unidades”, señala Pérez. Algunos nombres destacados del sector en España son Avintia, CompactHabit, Smart Living, 011h o Atom Modular.
Una de estas empresas es Pret-à-Porter Cases, con sede en Lleida. La compañía entrega unos 100 proyectos al año entre viviendas unifamiliares, plurifamiliares e instalaciones. El año pasado cerró con una facturación de 16 millones de euros. “Empezamos como fabricante de 3D, pero hemos ido evolucionando hasta el 2D”, explica el director de expansión de la compañía, Antoni Postius. La razón del cambio es que en la construcción modular necesitas transportes especiales; a su vez, acabas transportando aire, lo que supone un mayor peso; y finalmente porque es más complicado para transportarlo a grandes distancias. Las viviendas de Pret-à-Porter Cases salen construidas de fábrica en un 80% y en su emplazamiento solo se debe montar la estructura, pintar, colocar baldosas, cocina y lavabos.
Las estimaciones del sector son que un 1%, entre 8.000 y 10.000 unidades, de las nuevas viviendas en España se construyen mediante sistemas industrializados. Así lo certifica un informe reciente de Analistas Financieros Internacionales (AFI). “Tenemos camino por recorrer. En Suecia, la referencia mundial, casi el 50% de las nuevas viviendas se construyen a partir de procesos industrializados y la mayoría incorporan elementos industriales”, comenta Pérez. De hecho, es tan popular que Ikea mantiene una asociación con la constructora Skanska desde hace más de 20 años para producir las casas unifamiliares modulares Boklok. Uno de los factores clave de la vivienda en Suecia es el uso de madera para crear los módulos. En España, este material está empezando a coger fuerza frente al más tradicional uso de hormigón o de estructuras metálicas.
El 1% de nuevas viviendas se construyen con soluciones industrializadas, unas 8.000: el objetivo es llegar a 20.000
El presidente de la Asociación de Promotores Constructores de España (APCEspaña), Xavier Vilajoana, destaca que este método de construcción presenta algunas ventajas sobre la construcción tradicional. “Tienes mas seguridad y capacidad de control porque todo se desarrolla dentro de una factoría. También permite incorporar mano de obra femenina, uno de los problemas endémicos del sector. Otra característica es que permite reducir los tiempos de construcción prácticamente a la mitad y presenta una menor huella de carbono”, enumera.
Sin embargo, advierte que también presenta problemas, como la financiación. “Los bancos financian la obra a medida que vas completando fases. En la construcción industrializada, a la banca le cuesta mucho amoldarse a las necesidades financieras”, apunta. Por otra parte, señala que también se debe tener en cuenta la ubicación de los módulos y su transporte en el impacto medioambiental.

El cálculo del Gobierno es que la construcción industrializada podría reducir entre un 20% y un 60% los tiempos actuales
El nuevo Perte, que se aprobará en Consejo de Ministros el próximo martes, viene a solventar el problema de la financiación, una auténtica losa para el sector. Juan Antonio Gómez-Pintado, consejero delegado de Vía Ágora y responsable del Clúster de la Edificación, afirma que la ayuda financiera pública servirá para que el sector inmobiliario pueda acceder a préstamos blandos que no ofrece la banca privada.
Las administraciones públicas van también poco a poco tomando conciencia de la oportunidad que ofrece la industrialización del sector de la construcción. Denis Itxaso, consejero de Vivienda del Gobierno de Euskadi, explicó en la feria Rebuild que esta modalidad permitirá “construir más rápido, más seguro, más sostenible y, a medio plazo, de manera más económica”. “Para acelerar esta transición, el Gobierno vasco está acordando una estrategia de industrialización”, afirmó el consejero vasco.
Precisamente, en Euskadi se encuentra Tecnalia, un centro de investigación privado que ha diseñado unos balcones prefabricados concebidos para instalarse en viviendas de promociones públicas. Según señala Itxaso, “sin industrialización corremos el riesgo de perder a largo plazo el lugar que tradicionalmente hemos ocupado en el sector de la construcción”.
Las propuestas del sector constructor
El Perte presentado por el Gobierno es una buena noticia para el sector de la construcción industrializada, pero se queda lejos de sus reclamaciones. El Clúster de la Edificación y Analistas Financieros Internacionales (AFI) presentó hace un mes un plan para que las instituciones públicas apoyen con hasta 4.600 millones de euros el impulso de la industrialización. Entre otras medidas, proponen crear un instrumento financiero para la capitalización de la construcción industrializada con un volumen total de entre 300 y 600 millones, que estará dirigido a pequeñas y medianas empresas. Esta financiación podría cubrir hasta el 90% de la financiación del proyecto, con un máximo de 15 millones de euros. Otra iniciativa es la creación de otro instrumento financiero, en este caso para el circulante, cuya finalidad es servir de apoyo a la financiación de los fabricantes del sector. La herramienta podría emplearse para la compra de materiales, la fabricación de componentes estandarizados o de proyectos contratados, además de otros gastos generales. El estudio prevé que el instrumento cubra entre 3.000 millones y 4.000 millones de euros para facilitar el accesos a materias primas y producción de componentes.