La repentina salida del consejero delegado de Seat, Wayne Griffiths, cogió ayer por sorpresa a la mayoría del equipo de la primera automovilística de España. Si bien es casi una tradición que los primeros ejecutivos de la filial del grupo alemán Volkswagen tengan un mandato corto, en el caso de Griffiths llevaba varios años de buenos resultados. Se enfrentaba, sin embargo, a un 2025 muy incierto por la crisis de los aranceles, que pueden devolver la empresa a los números rojos y amenazar la estabilidad de la plantilla.
Aunque no están claras las razones de la salida, fuentes del sector apuntan a algunas decisiones controvertidas. En el comunicado publicado ayer, la empresa asegura, no obstante, que la salida de Griffiths se produce “a petición propia con efecto inmediato para emprender nuevos retos”.
Fuentes consultadas explican que Griffiths tomaba decisiones que no siempre eran compartidas por el resto de la empresa. Se va, sin embargo, cuando ha conseguido colocar a la compañía en beneficios de manera sostenida.
El ya ex consejero delegado era el responsable de Cupra cuando se tomó en el 2019 la decisión de fabricar el Tasvascan en China. Herbert Diess era el consejero delegado del grupo Volkswagen y Luca de Meo, el del grupo Seat. Los tres están ya fuera de la organización. Fuentes de la empresa señalaron ayer que esas decisiones sobre dónde fabricar un modelo siempre son responsabilidad del grupo y que se toman en función de dónde hay capacidad para ensamblar. La producción del modelo en China es la principal amenaza para Seat por los aranceles impuestos por la UE a China. El problema es de tal magnitud que ya ha empezado a afectar a las cuentas del 2024 y amenaza con implicar un recorte de producción y empleo en la planta de Martorell. La comercialización del modelo Tavascan, al ser 100% eléctrico, permite a la marca cumplir con la normativa europea y poder así ensamblar un determinados número de coches de combustión. Si se deja de producir el Tavascan en China, deberá dejarse de fabricar coches “tradicionales” en Catalunya. Griffiths ha advertido sobre ello y ha llegado a calcular que estaban en riesgo hasta 1.500 empleos en la factoría de Martorell.
Aunque deja la empresa en beneficios, arrecia la amenaza de recortes de empleo por China
Es el principal problema con que se encontrará ahora su sustituto. Por el momento, la empresa ha optado por el vicepresidente de producción y logística de Seat, Markus Haupt, para que asuma la dirección interina hasta que se designe un sucesor para el cargo de consejero delegado. El presidente del consejo de administración de Seat, Thomas Schäfer, se mantiene en el puesto.
Cuando Griffiths tomó las riendas de Seat, se tardó ocho meses en nombrarlo como sucesor. Ahora, la empresa confía en acortar esos plazos, según las fuentes consultadas.
Por parte de los trabajadores, el presidente del comité de empresa de Seat, Matías Carnero, dijo ayer que “le deseamos lo mejor y le agrademos el tiempo que ha estado”. Griffiths mantuvo la paz social en el seno de la plantilla durante su mandato.
Durante los cinco años que ha estado al frente de la compañía, Griffithes ha impulsado el desarrollo de la marca Cupra, que se ha convertido en el principal vector para mejorar los resultados de la empresa.
El grupo Volkswagen busca cómo dar continuidad al éxito de Cupra con una nueva dirección
Thomas Schäfer, que es también miembro del comité ejecutivo de Volkswagen AG, declaró ayer por medio de un comunicado que “Wayne Griffiths ha hecho un gran trabajo en el desarrollo de la marca Cupra y en la reestructuración de la empresa. Su comprensión de la marca es impresionante. Es, en el mejor de los sentidos, un verdadero amante de los coches. Le agradecemos su excelente contribución y le deseamos todo lo mejor para el futuro”.
El hasta hoy consejero delegado accedió al cargo hace cinco años sustituyendo a Luca de Meo cuando este dio el salto a Renault. Griffiths –nacido en Dukinfield (Reino Unido) en 1966– es uno de los directivos de automoción en España que más criticó la gestión de las administraciones públicas en la implantación del coche eléctrico, lo que le llevó a dimitir de la presidencia de la patronal Anfac hace unos meses.
Siete ejecutivos distintos en 16 años
El grupo Volkswagen no suele dejar demasiado tiempo en el cargo a los responsables de Seat. Contando con el futuro de sucesor de Griffiths, Seat habrá tenido siete consejeros delegados desde el 2009. Aquel año era Eric Schmitt quien fue sustituido por James Muir, que se mantuvo en el cargo hasta el 2013, cuando se jubiló. Fue relevado por Jürgen Stackman, que lideró la compañía hasta la llegada del italiano Luca de Meo en el 2015. Tras salir de Seat, Stackman accedió a un puesto en el grupo. De Meo se mantuvo unos cinco años en el cargo, hasta que marchó a la dirección de Renault. Su salida fue también inesperada, como en el caso de Griffiths, y por eso no hubo un sustituto hasta ocho meses después. Ese periodo de interinidad es el que cubrió Carsten Isensee. Al final el elegido fue Wayne Griffiths, que ha pilotado la nave hasta ayer. Por el momento, la multinacional alemana ha elegido a Markus Haupt como la persona que ahora desarrollará la labor de manera interina. Haupt se formó en gestión empresarial en Barcelona y cuenta con más de 20 años de experiencia internacional en el Grupo Volkswagen, donde comenzó su trayectoria profesional en el 2001.