El arte g贸tico hab铆a impregnado ya de luz la bas铆lica de Saint-Denis, abanderada por el abad Suger a las afueras de 笔补谤铆蝉, cuando en la isla de la Cit茅 el obispo Mauricio de Sully concibi贸 la construcci贸n de un nuevo templo acorde con las necesidades de sus fieles.
La elecci贸n del emplazamiento no fue casual. La primera piedra de Notre Dame 鈥揺sa caliza luteciana que tantos monumentos ha modelado en la capital francesa鈥� se coloc贸, posiblemente en 1163, en un punto en el que ya se hab铆an alzado un templo rom谩nico y la primera iglesia cristiana de 笔补谤铆蝉, la bas铆lica de Saint-脡tienne, all谩 por el siglo VI.
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Hoy en d铆a, la cripta bajo el atrio, acondicionada para mostrar los hallazgos arqueol贸gicos fruto de las excavaciones realizadas entre 1965 y 1972, nos gu铆a por las distintas edades de ese solar, desde la Antig眉edad de la vieja Lutecia hasta el siglo XIX, marcado por la personalidad del bar贸n Haussmann, el prefecto que renov贸 笔补谤铆蝉.
Continente y contenido
Tras la consagraci贸n de la capilla mayor en 1182, se celebr贸 la primera misa, y, en torno a 1250, el cuerpo central ya pod铆a darse por concluido. No obstante, los trabajos prosiguieron hasta mediados del siglo XIV, con la ampliaci贸n de los ventanales, la reconstrucci贸n de los arbotantes y el a帽adido de una l铆nea de capillas, que, en conjunto, afianzaron su g贸tico esplendor. Fue, por cierto, la primera catedral g贸tica que se sirvi贸 del hierro para unir las piedras.
鈥淟a construcci贸n se ejecut贸 con gran rapidez. No hubo interrupciones significativas, y un gran n煤mero de masones [arquitectos y canteros] y escultores trabajaron en el sitio鈥�, explica la historiadora Caroline Bruzelius en 鈥淭he construction of Notre-Dame in Paris鈥�.
El Sena a su paso por Notre Dame听
Como es l贸gico, la catedral fue objeto de numerosas reformas y rehabilitaciones a lo largo del tiempo, tal como corresponde a un santuario de esas dimensiones (127 metros de largo, 40 de ancho y 33 de alto). Durante sus primeros balbuceos, cinco maestros de obras dejaron su impronta en el edificio y prepararon el terreno para los que vinieron despu茅s.
Por ejemplo, Jean de Chelles, cuyo nombre conocemos porque figura en una inscripci贸n del crucero meridional. De Chelles apost贸 por los grandes ventanales y fue el art铆fice de la portada del claustro y del portal de San Esteban que cierra el brazo sur del crucero, completado por su sucesor, Pierre de Montreuil, quien asumi贸 los trabajos hacia 1265.
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Este ampli贸 la nave, ilumin贸 el triforio con vidrieras y, ante todo, erigi贸 grandes pilares sobre los que asentar las b贸vedas de crucer铆a. Y suma y sigue: por citar otro nombre propio, en el siglo XIV, Jean Ravy se ocup贸 de renovar los antiguos arbotantes, esencia de la arquitectura g贸tica.
Entre tanto, los discursos escult贸rico y pict贸rico se fueron enriqueciendo con joyas como la an贸nima imagen de la Virgen con el Ni帽o, del siglo XIV, en el pilar sudeste del transepto; La Piedad de Nicolas Coustou, en el altar mayor; o la serie de 76 cuadros de 鈥淟os mayos鈥�, que el gremio de orfebres comision贸 a los artistas m谩s reputados del pa铆s entre 1630 y 1707.
Reyes, hogueras y peste
Desde sus or铆genes, Notre Dame fue un templo muy querido por la monarqu铆a. Luis VII, rey entre 1137 y 1180, dispens贸 doscientas libras francesas para su f谩brica, y su nuera, Isabel de Henao, primera esposa de Felipe II el Augusto y madre de Luis VIII, fue enterrada all铆 en una fecha tan temprana como 1190.
De igual modo, el f茅retro de Luis IX, el rey santo que, entre otras reliquias, se hizo con la corona de espinas de Cristo, fue depositado en el templo en 1271. Mucho m谩s adelante, en 1638, Luis XIII consagrar铆a el reino de Francia a la Virgen Mar铆a antes de acometer diversas obras en este espacio.
Luis IX de Francia
Al comp谩s de los tiempos, la catedral fue testigo de los vaivenes de la ciudad y del reino. En 1314, asisti贸 a la quema en la hoguera del 煤ltimo maestre templario, Jacques de Molay. D茅cadas despu茅s, arrostr贸 la peste negra, que diezm贸 a un tercio de la poblaci贸n de 笔补谤铆蝉 鈥揳 la saz贸n, mediados del siglo XIV, una metr贸polis de unos doscientos mil habitantes鈥�. Sobrevivi贸 a las guerras de religi贸n entre cat贸licos y hugonotes 鈥搇a matanza de San Bartolom茅 restall贸 solo unos d铆as despu茅s de que Enrique de Navarra y Margarita de Valois contrajeran matrimonio en la catedral. Y, naturalmente, fue v铆ctima de los furores revolucionarios de 1789.
Perder la cabeza
Durante ese per铆odo, Notre Dame sufri贸 su primer gran golpe con la nacionalizaci贸n de los bienes de la Iglesia, que precedi贸 al posterior saqueo del templo y a la decapitaci贸n de las veintiocho estatuas de los reyes de Judea en la fachada occidental, que los exaltados se obcecaron en identificar con los monarcas franceses.
Por si fuera poco, sus campanas sirvieron para fundir ca帽ones 鈥揳 excepci贸n de Emmanuelle, que en 1944 anunciar铆a la liberaci贸n de 笔补谤铆蝉鈥�, y en sus naves se almacenaron miles de toneles de vino para subvenir las necesidades del Ej茅rcito del Norte, mientras el culto a la Libertad y la Raz贸n reemplazaba al de Nuestra Se帽ora.
Con la firma del concordato entre la Francia revolucionaria y la Santa Sede, en 1801, la situaci贸n mejor贸 ostensiblemente. Notre Dame fue devuelta al culto cat贸lico, y el 2 de diciembre de 1804 Napole贸n fue consagrado emperador en una ceremonia bendecida por el papa P铆o VII, que Jacques-Louis David inmortaliz贸 en un c茅lebre cuadro presente en el Museo del Louvre.
'La coronaci贸n de Napole贸n'听
De Victor Hugo a Viollet Le-Duc
Ahora bien, a principios del siglo XIX, el deterioro era m谩s que evidente, y, para mayor desdoro, la arquitectura g贸tica no casaba con los presupuestos est茅ticos de la Restauraci贸n borb贸nica (1814-1830), imbuida todav铆a de la sobriedad neocl谩sica.
Gracias a la pluma de Victor Hugo, que en 1831 public贸 Nuestra Se帽ora de 笔补谤铆蝉, una novela de ambiente medieval sobre un campanero jorobado, Quasimodo, y una bella gitana, Esmeralda, volvi贸 a reivindicarse la gloria de este templo, en el que 鈥渏unto a cualquiera de sus arrugas, se ve siempre una cicatriz鈥�.
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Pero las palabras de Hugo no bastaban para rehabilitarlo. Tuvieron que transcurrir trece a帽os hasta que dos arquitectos, Eug猫ne Viollet-le-Duc y Jean-Baptiste-Antoine Lassus, ganaran el concurso para su reconstrucci贸n, convocado por el Ministerio de Justicia y de Culto. Las obras, que se extendieron hasta 1864 鈥揕assus falleci贸 en 1857鈥�, incorporaron algunos elementos neog贸ticos y afectaron tanto a la estructura como a los elementos decorativos.
As铆, la catedral hosped贸 una nueva sacrist铆a, acogi贸 el roset贸n sur y dio la bienvenida a un ej茅rcito de 54 g谩rgolas, esculpidas por Victor Pyanet, que, curiosamente, no estaban contempladas en el proyecto inicial. Seg煤n el historiador Michael Camille (The Gargoyles of Notre-Dame, 2001), simbolizaban un pasado imaginado cuya modernidad resid铆a, precisamente, en su nostalgia.
Una de las gargolas de Notre Dame听
Entre los caprichos de Viollet-le-Duc se distingu铆a una aguja de 93 metros de altura, conocida como la Flecha, que fue inaugurada en 1859. Su raz贸n de ser no era otra que suplir una aguja anterior, desmantelada a finales del siglo XVIII por su mal estado de conservaci贸n.
Como un im谩n, la Flecha de Viollet-le-Duc atra铆a las miradas de los doce millones de visitantes anuales que, de media, recib铆a este templo antes de su incendio en 2019. De ah铆 que su desplome resumiera, mejor que ninguna otra imagen, la dimensi贸n de la tragedia.
隆贵耻别驳辞!
Tras sobrevivir a la ira de la Comuna de 笔补谤铆蝉 de 1871, en la que los revolucionarios prendieron fuego a algunos de sus bancos, a la barbarie de la Gran Guerra, que se ceb贸 con su hermana de Reims, o a la orden de Hitler de destruir los monumentos parisinos en caso de que la ciudad se perdiera al t茅rmino de la guerra 鈥搗enturosamente desobedecida por su gobernador militar鈥�, la catedral vivi贸 su momento m谩s comprometido el 15 de abril de 2019.
Un incendio fortuito, posiblemente provocado por un cortocircuito o un cigarrillo mal apagado (aunque la causa oficial sigue sin dirimirse), destruy贸 el tejado, parte del capitel y los muros superiores, provocando serios da帽os en su estructura.
Lee tambi茅nDurante horas, 笔补谤铆蝉 contuvo el aliento ante la posibilidad de que su catedral, la misma en la que Napole贸n III y Eugenia de Montijo se dieron el 鈥渟铆 quiero鈥� en 1853 y en la que en 1909 fue beatificada Juana de Arco, quedara reducida a cenizas. No fue as铆, por suerte, y, un a帽o despu茅s del desastre, la campana Emmanuelle repic贸 para recordar a los parisinos que la inversi贸n y el esfuerzo colectivo volver铆an a hacer palpitar el coraz贸n g贸tico de la ciudad.
El plazo prometido fueron cinco a帽os, y, en efecto, el 7 de diciembre de 2024, la catedral de Notre Dame iniciar谩 un nuevo ciclo, otro m谩s, en su ya ajetreada biograf铆a. Una ceremonia oficial encabezada por el arzobispo de 笔补谤铆蝉, Laurent Ulrich, a la que asistir谩 el presidente franc茅s, Emmanuel Macron, se adelantar谩 a la reapertura parcial del templo un d铆a despu茅s.