“Lo país meu: un amor sés tu”
Le pido que entone una de sus canciones catalanas y su voz cargada de sentimiento rasga el aire de la tarde y sorprende a quienes la alargan en la cafetería. Pienso que me haría ilusión pasar su sombrero de fieltro entre las mesas contando que escuchan un milagro filológico de 700 años. Y que Àngel Maresca es otro de humanidad y ternura, un artista cultivado entre espumas de afeitar y tónicos capilares, que también sabría sacar una muela en caso de necesidad. Es músico a fuer de orgulloso barbero y carbonario de Mazzini. Y sigue cantando Lo país meu: “Al maití, quan a l’alba espunta el sol/ mil colors dóna a l’Alguer mia: / un amor sés tu, o terra mia...”. Va a volar esta noche a l’Alguer y mañana abrirá su barbería a las 8, porque me jura que quiere seguir afeitando, es decir cantando, hasta los 100.
¿Cómo se hizo músico y en catalán de l’Alguer?
Nací en l’Alguer, que es una isla lingüística dentro de una isla, Cerdeña. En todo el entorno de l’Alguer se habla sardo e italiano. Solo en l’Alguer se habla catalán.
¿Por qué se habla catalán en l’Alguer?
Sé que aquí lo estudian en el cole...
Pero mola que lo explique usted.
En 1354, l’Alguer era genovés y sus habitantes, sardo-genoveses. Cuando Pere IV el Cerimoniós conquistó l’Alguer los alguerenses se rebelaron. Entonces Pere IV vació completamente la ciudad que estaba fortificada i repobló l’Alguer solo con catalanes. Por eso sus descendientes aún seguimos hablando catalán.
¿Cuántos catalanoparlantes quedan?
Somos unos 3.000. Por eso se han mantenido las costumbres y usos y las canciones y músicas catalanas.
Cántenos algo, Àngel.
“A la vora de la mar n’hi ha una donzella/ que en brodava un mocador que és per la reina/ Quan en fou a mig brodar li manca seda/ gira els ulls envers la mar: veu una vela/ Veu venir un galió tot vora terra”.
¿No es un aire mallorquín?
Se parece mucho a las canciones mallorquinas de siempre, sí. Pero nuestro catalán aún es en gran parte el de hace 600 años. Y hay más...
Adelante.
“Què li donarem a la pastoreta…”.
Esa nos la sabemos todos.
“Mariner, bon mariner…”. Esa se la saben los niños en Mallorca. Pero, oiga, es un milagro que aún las cantemos en l’Alguer. Allí somos 3.000 hablando en catalán. Aquí en Barcelona son tres millones.
El Mediterráneo, al cabo, es una nación de naciones.
Bueno, los americanos se han quedado con la isla de Santo Stefano, que ya es totalmente militar.
La VI Flota hace 70 años que nos ronda.
Hasta los años 60 todos nos conocíamos por nuestros nombres en l’Alguer. Después, hubo un boom económico y empezaron a llegar trabajadores de toda Italia. Tenemos puerto, aeropuerto, universidad y otra base naval, pero solo italiana, en La Maddalena: entre Cerdeña y Córcega. Allí siempre sopla el viento.
Y en l’Alguer hay una barbería.
A los 7 años empecé a ser barbero para sacarme algún dinerillo. Me daban 250 francos. En casa mi familia era pobre.
¿ԳDz?
Es como llamábamos a la moneda en Cerdeña. Mil liras eran mil francos. De hecho, como teníamos Córcega al lado también usábamos mucho los francos franceses. Francia ocupó la isla y al irse nos dejó la moneda. Nuestra historia ha sido agitada.
¿Por qué empezó usted a cantar?
Porque en las barberías de l’Alguer los barberos siempre hemos sido músicos. Tenías una guitarra y cantabas... Y sacábamos muelas y poníamos inyecciones...
Aquí el barbero era sacamuelas.
Los pobres iban al barbero cirujano; los ricos, al médico. Los barberos nos asociamos gracias a Giuseppe Mazzini.
El gran revolucionario carbonario.
Fundó la Società Operaia di Mutuo Soccorso y luchaban por la unidad de una Italia independiente, que entonces estaba ocupada en parte por los austriacos.
¿Y en su Italia independiente pudo usted ganarse la vida cantando?
Y afeitando. Éramos 7 hermanos y trabajábamos todos para poder comer. La mutua de Mazzini nos daba una ayuda si enfermábamos; pagaban el ataúd si te morías, y mantenían a tu viuda. Y sobre todo teníamos banda musical y todos estudiábamos solfeo para tocar en la banda.
¿Usted eligió la guitarra?
Mi maestro barbero tocaba el saxo y yo también componía nuevas canciones y melodías en catalán para guitarra.
Veo que tuvo usted éxito.
En l’Alguer tenemos 3 estilos de música: el tradicional catalán, el estilo italiano y el napolitano, que nos influyó mucho por la pesca del coral. Durante unos años fui de emigrante a Alemania y me llevé la guitarra también a la barbería de allí.
¿Le dejaban cantar?
En Düsseldorf no. El dueño era muy estirado rígido y a los italianos y latinos nos consideraba inferiores.
¿Hoy vive usted de la música catalana?
Y de la pensión: coticé durante 50 años, pero sigo trabajando de autónomo; en Italia puedes cobrar y seguir trabajando, y pago mis impuestos.
¿Cómo se llama tu barbería?
Lo Barber, junto al mercado viejo de l’Alguer. Abro cada día. Vengan a verme.
¿Qué nos cantará en Lo Barber?
Alguer mia .