La Associació Catalana d'Universitats Públiques (ACUP) ha emitido este miércoles un manifiesto para reivindicar el papel de las instituciones académicas para preservar y fomentar las sociedades democráticas europeas. En un contexto en el que las democracias globales se encuentran enun “estado de turbulencia” y la ciudadanía se enfrenta a “incertezas crecientes”, las universidades han puesto sobre la mesael papel de las instituciones como garantes de la igualdad de oportunidades, crecimiento económico sostenible, cuidado del medio ambiente, justicia, seguridad, pluralidad política y respeto por los derechos fundamentales, entre otros.
En este escenario de inestabilidad, la ACUP recuerda que “las democracias no salieron de la nada ni son irreversibles” y, además, requieren de un “conjunto mínimo de principios” que nos vinculen y de instituciones capaces de asegurar estos mismos.
Paralelamente, las universidades públicas catalanas apelan a la ciudadanía y a su implicación activa en la defensa de sus derechos, así como los “espacios y canales adecuados” para mantener unos valores actualizados y adaptados al entorno social.
Frente a las amenazas y riesgos que se presentan, la ACUP ha expresado en su manifiesto diez principios básicos e “innegociables” que llevan a cabo y “continuarán” trabajando para la Democracia Europea del Conocimiento.
Contribuciones “innegociables” para garantizar la democracia
Las universidades desempeñan un papel esencial en la defensa y fortalecimiento de la democracia a través de múltiples ámbitos de actuación. “Somos motor de generación de conocimiento e innovación, rompiendo fronteras de conocimiento y abriendo nuevos horizontes científicos y tecnológicos”,expresan en su primer punto. A su vez, representan espacios de formación de la ciudadanía y capital humano, y una “herramienta clave” para la potencia global de los países europeos.
Favorecen también la cohesión social mediante la promoción de la igualdad de oportunidades, garantizando el acceso a la educación superior y facilitando la movilidad social. Además, son pilares del crecimiento económico y de la competitividad global europea, especialmente gracias a su papel en sectores estratégicos.
Además, “las universidades son fundamentales para garantizar la igualdad de género, la diversidad y la inclusión social” para lograr una sociedad más justa y cohesionada. Su papel en el desarrollo sostenible y en la acción climática también es activo, investigando soluciones frente a la crisis ecológica y aplicando medidas responsables en sus propias estructuras.
En cuanto a su responsabilidad social, colaboran con el entorno local para combatir desigualdades y mejorar la calidad de vida de las comunidades. Y esto lo hacen promoviendo la “colaboración internacional y la movilidad académica” para lograr un aprendizaje mutuo y una transferencia de conocimiento.
Las universidades también son espacios para la democracia y el pensamiento crítico, “esenciales para combatir la desinformación y la polarización”. Por último, son agentes culturales y creativos, garantes de la diversidad y la preservación histórica y cultural para contribuir a una “sociedad europea más abierta”.