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Cuando se acerca la primavera y muchos jóvenes deben decidir su futuro académico y profesional, surgen noticias que intentan comparar los cerca de 600 grados oficiales universitarios de Cataluña. Se recurre a indicadores sobre empleo y salarios de los graduados y graduadas, notas de corte o, recientemente, como en el artículo “El ranking de los grados con más suspendidos y más aprobados de Cataluña”, al número de créditos aprobados y la tasa de abandono. Este artículo apunta que las ingenierías “frustran a muchos ingenieros” porque suspenden más que otros grados de facultades con “una visión muy inclusiva” donde casi todos los créditos se aprueban a la primera.
No engañemos. Indicadores como la nota de corte o el porcentaje de suspendidos no miden la calidad de un grado universitario. La nota de corte es un reflejo de la oferta en relación a la demanda, y cualquier comparación basada en este indicador sin considerar el número de plazas disponibles del grado resulta capciosa. Por otra parte, comparar titulaciones usando el porcentaje de aprobados sin mencionar la nota de corte de la titulación en cuestión es perverso o, cuando menos, denota un absoluto desconocimiento del sistema educativo. Aprobar a todo el mundo sería fácil; suspender a todos también. La verdadera cuestión es: ¿qué hay que esperar de un grado universitario de calidad?

Pruebas de selectividad
El objetivo fundamental de un buen grado de ingeniería es garantizar que el estudiante adquiera una base sólida de conocimientos, habilidades prácticas, y competencias analíticas que serán esenciales para su desarrollo profesional. La enseñanza universitaria de ingeniería también ha evolucionado para complementar la formación científica-técnica con resultados de aprendizaje transversales en comunicación efectiva, trabajo en equipo, sostenibilidad y compromiso social. No obstante, sólo una comprensión profunda del porqué de las cosas permitirá a los futuros ingenieros e ingenieras aplicar estos conocimientos y desarrollar soluciones tecnológicas innovadoras a los grandes retos actuales y futuros de la sociedad.
En un mundo donde se puede caer en la falsa percepción de que todo está disponible en la red o que una inteligencia artificial lo resuelve todo, el papel de un profesorado altamente cualificado es clave. La orientación académica y la capacidad de ayudar a los estudiantes a comprender los fundamentos del conocimiento y desarrollar el espíritu crítico son imprescindibles. La universidad pública no es sólo una transmisora de conocimiento, sino también una garantía de formación abierta y necesaria en una sociedad en constante transformación.
El objetivo fundamental de un buen grado de ingeniería es garantizar que se adquiera una base sólida de conocimientos, habilidades prácticas y competencias analíticas que serán esenciales para su desarrollo profesional
Uno de los indicadores realmente relevantes es la inserción laboral. En el caso de las ingenierías, los graduados y graduadas de las escuelas de Caminos, Canales y Puertos, de Industriales, y de Telecomunicaciones de la Universidad Politécnica de Cataluña son altamente demandados en todas partes. Diversos estudios recientes alertan sobre la falta de ingenieros e ingenieras. Es fundamental favorecer unas condiciones salariales competitivas y evitar la fuga de talento. Es necesario también, sumar esfuerzos para incrementar la presencia de mujeres en las ingenierías. Las jóvenes no pueden permitirse no ser protagonistas en el diseño de la tecnología que, cada vez más, conforma nuestra sociedad.
Como decía el artículo mencionado, “algunas profesiones, como la ingeniería, tienen un nivel de complejidad intrínseco más alto que otras”. Sin embargo, el progreso tecnológico, económico y social de un país depende de contar con un número suficiente de profesionales con este perfil, capaces de afrontar los grandes retos con soluciones tecnológicas sostenibles.
En definitiva, debemos reflexionar sobre el país que queremos y el talento que necesitamos. No podemos engañar a nuestra juventud sobre qué significa realmente una formación de calidad, porque ellos y ellas son nuestro futuro.