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Un preso de Alhaurín de la Torre se fuga del hospital donde estaba ingresado tras tragarse un móvil

En Málaga

La Guardia Civil ha puesto en marcha un dispositivo de búsqueda para dar con el paradero del reo

Imagen del centro hospitalario de Málaga donde fue atendido el preso y desde donde se fugó el pasado domingo.

Imagen del centro hospitalario de Málaga donde fue atendido el preso y desde donde se fugó el pasado domingo.

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Había ingresado en la prisión malagueña de Alhaurín de la Torre el pasado jueves por tráfico de drogas y pidió ser atendido por el personal médico, al que confesó que se había tragado un móvil. La compleja situación provocó que el reo fuese trasladado bajo custodia al Hospital Clínico Universitario de la capital de la Costa del Sol donde en el que fue ingresado. Tras tres días ingresado en el centro sanitario, donde se comprobó que tenía alojado en su cuerpo el teléfono de escasos centímetros, el pasado domingo aprovechó para darse a la fuga sorteando la vigilancia establecida. Ahora, la Guardia Civil ha interpuesto un dispositivo de búsqueda para dar con el paradero del detenido, de 45 años, si bien aún no se ha dado con su rastro.

Todo apunta a que el hombre ingresó en la cárcel con el dispositivo móvil en el estómago, por lo que en el momento del cacheo los funcionarios de prisiones no detectaron nada anómalo, tal y como apunta Málaga Hoy, periódico que adelanta también que en Alhaurín de la Torre no se cuenta con los medios necesarios para exploraciones de Rayos X.

Teléfonos de escasos centímetros

Se da la circunstancia de que esta prisión malagueña es el segundo centro penitenciario donde más móviles se han requisado en los últimos cinco años, según han denunciado la Agrupación de los Cuerpos de la Administración de Instituciones Penitenciarias (ACAIP) y UGT, sólo por detrás de la cárcel madrileña del Valdemoro y por delante de la de Almería. En total, según confirmaron estas fuentes, se han interceptado un total de 12.882 aparatos en el último lustro, 2.884 en el último año, de los cuales 161 procedían de Málaga.

Los móviles diminutos, que pueden adquirirse en el mercado por 20 euros, es un elemento muy codiciado por los reos, que podrían ofrecer grandes sumas de dinero para hacerse con uno, lo que genera “graves consecuencias para el orden interno”, advierten en un comunicado los sindicatos. Son las mismas entidades las que señalan que los dispositivos son utilizados por internos “especialmente peligrosos”, como condenados por delitos de terrorismo, violencia de género u organización criminal, y su línea abierta con el exterior les permite “eludir los controles de comunicación establecidos, facilitando la continuidad de las actividades delictivas”, y al mismo tiempo “genera conflictos internos, deudas entre presos y episodios de violencia relacionados con su control y tenencia”, apuntan.

Con más margen de eludir los controles

Además, los terminales son cada vez “más pequeños” y los materiales con los que son fabricados, cada vez más plásticos, hacen que puedan escapar “fácilmente” de los detectores de metales y se puedan esconder, lo que obliga a realizar “requisas exhaustivas” que requieren de formación especializada y más personal, insisten, por lo que ACAIP y UGT solicitan con carácter “urgente una inversión decidida en tecnología moderna de seguridad. Los inhibidores instalados hace años, basados en redes 3G, han quedado obsoletos ante el avance de las telecomunicaciones“, aducen, toda vez que reclaman una respuesta ”firme, moderna y eficaz“ para hacer frente a lo que consideran como ”una amenaza constante“”.

Por otro lado, se ha querido poner el foco en los nuevos métodos existentes para introducir este tipo de material en las prisiones, innovaciones como los drones, que sobrevuelan las instalaciones y tienen la capacidad de depositar los dispositivos con cierta precisión, dificultando aún más que los trabajadores puedan llevar un control dentro de prisión.

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