Fue un inicio a medio gas, pero van a cerrar por todo lo alto. El esquí afronta –con el permiso de Masella, que siempre apura hasta el final– sus últimos días de la temporada 24/25, que este año se alarga más de lo habitual por la tardía Semana Santa y porque sigue habiendo nieve en las montañas de los Pirineos.
Los complejos catalanes de esa cordillera ofertan, para estos días de fiesta, alrededor de 300 kilómetros de pistas habilitadas para la práctica del esquí. Con espesores que pasan en las cotas más altas de los 2 metros y se acercan a los 3, en el caso de Boí-Taüll.
Es la última oportunidad de esta temporada –las reservas a pie de pista empiezan a animarse– para disfrutar de la nieve. Y, aunque la cuenta atrás para el cierre de la campaña ya ha empezado, ninguna estación hace aún balance definitivo. Pero ningún complejo catalán niega a estas alturas que los resultados volverán a ser “muy positivos”.
A pesar de que las precipitaciones durante el invierno no han sido todo lo generosas que desearía el sector, el negocio del esquí demuestra un año más que con poca precipitación hoy son capaces de cerrar temporadas con “excelentes” resultados, gracias a las inversiones en producción de nieve y las destinadas al mimo de ese elemento, del que no se desaprovecha ni una gota.
Ni la sequía ni los efectos del cambio climático parecen afectar a un negocio, preparado como nunca para operar con la nieve justa
Ni la sequía, ni los evidentes efectos del cambio climático parecen afectar, de momento, a un negocio que sigue teniendo una clientela muy fiel en Catalunya. Baquiera-Beret volverá a ser, un año más, la estación del Pirineu más visitada. Su director comercial, Xavi Ubeira, aún no pasa balance, pero no niega que la cifra de forfaits vendidos esta campaña rondara el millón.
La estación aranesa se quedará a solo unos miles de esquiadores para repetir las cifras de la temporada 23/24, cuando esta estación –en uno de los inviernos más secos desde que hay registros– batió su propio récord histórico de afluencia, con 1.055.180 días de esquí vendidos. Esa cifra se habría conseguido o incluso superado, recalca Ubeira, “si hubiésemos podido arrancar con nieve el puente de la Purísima”.
Baqueira-Beret avanza que cerrarán la temporada con alrededor de un millón de forfaits vendidos
Ahora cabría pensar que con la cantidad de nieve que aún queda en esas montañas esta Semana Santa podría ser una bendición para remontar las cifras.
Pero el negocio del esquí sabe muy bien que cuando estos días festivos llegan tan tarde el chip del visitante no es el mismo que cuando arranca la temporada. Muchos han cambiado ya, a estas alturas de abril, la nieve por otros destinos, como los de playa o urbanos.

En la estación de Boí-Taüll los grosores en las cotas más altas se acercan a los tres metros
La mayoría de estaciones habrían cerrado ya el 1 de abril. Eso es más rentable para ese negocio que alargar quince días más la temporada y estar abiertas en Semana Santa, cuando esta fiesta viene marcada tan lejos en el calendario.
Por todo lo alto
Escapada blanca con mucha fiesta
Las estaciones de esquí de los Pirineos se han propuesto despedir la temporada 2024/25 por todo lo alto. Tienen nieve de sobra, en cotas altas, y ahora esperan atraer a esquiadores en esta tardía Semana Santa con el reclamo de muchas actividades. Entre las propuestas de los complejos de Ferrocarrils destacan la gincana de huevos por Pascua de La Molina y Vall de Núria; el vermut musical de Vallter o las fiestas con música y sorpresas para despedir la temporada preparadas en Espot Esquí, Port Ainé y Boí Taüll. Baqueira-Beret, que desplegarán por la estación, el próximo viernes y sábado, a dj para animar la bajada del telón. Cerler y Formigal-Panticosa, en Aragón, han programado también mucho ocio para sus clientes. Igual que Grandvalira Resorts, que añade a su oferta de ocio una gastronomía de altura
“En los Alpes la mayoría de complejos ya ha bajado el telón –indica Ubeira– pero nosotros vamos a alargar la temporada pensando en nuestros clientes más fieles y aquellos que tienen segunda residencia en el valle”. Es lo mismo que hace el resto de complejos. Todo un detalle, pues seguir operativos la primera quincena de abril supone para esas estaciones alargar el contrato a sus trabajadores.
En los Alpes se cerró ya el 1 de abril, pero en Catalunya se hace un esfuerzo para alargar campaña pensando en el cliente más fiel
El optimismo de Xavi Ubeira al comentar los resultados de esta temporada se respira también en las declaraciones de Carles Ruiz, presidente de Ferrocarrils –gestora de las estaciones públicas catalanas– al afirmar que estos complejos han recibido más visitantes que el año pasado.
Desde Ferrocarrils, gestora de las estaciones públicas, se hace también un balance “positivo” de este invierno
“Ha sido una temporada con nieve generalizada y llegamos en muy buenas condiciones a esta Semana Santa, con lo que confiamos cerrar una campaña muy satisfactoria con un incremento de visitas”, avanzó Ruiz. La Molina, Port Ainé, Espot, Boí-Taüll , Vall de Núria y Vallter ofertan a sus clientes 146 kilómetros esquiables.
Masella vuelve a alargar la temporada y será otra vez la la última en cerrar; lo hará el próximo 27 de abril
Masella volverá a ser esta temporada la última en bajar el telón. Maite Martí, portavoz de la estación de la Cerdanya, avanza que ellos van a cerrar el 27 de abril.
Con espesores cercanos al metro y medio en las cotas altas, tienen nieve suficiente para alargar la campaña, salvo un cambio muy brusco del clima.

Masella volverá a ser la última en cerrar; alargará hasta el 27 de abril
Este complejo de la Cerdanya hará más tarde balance de temporada, pero ya adelanta que este invierno, a pesar del tropiezo en el puente de la Constitución, “lo vamos a cerrar con cifras mucho mejores que las de la pasada campaña”, revela Martí. Pasarán de los 300.000 días de esquí vendidos.
También se respira optimismo en las estaciones de Aragón y Andorra, con una “generosa” oferta de nieve para esta Semana Santa y unas cifras de esquiadores también “muy satisfactorias”.