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“Criar a un gatito huérfano puede parecer un gesto tierno, pero el verdadero acto de amor es no separarlo de su madre y sus hermanos”: la importancia del vínculo familiar

Cuidado animal

Por qué separar a un gatito huérfano de su madre puede tener consecuencias a largo plazo

La necesidad de la madre y los hermanos en el desarrollo físico, emocional y social de los gatitos

La necesidad de la madre y los hermanos en el desarrollo físico, emocional y social de los gatitos

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La imagen de un pequeño gatito alimentado con biberón puede parecer una de las escenas más entrañables que podemos imaginar, un gesto lleno de ternura y amor. Sin embargo, detrás de esta escena idílica se esconde una realidad mucho más compleja, exigente y, sobre todo, delicada. Criar un gatito huérfano no es simplemente un acto de cariño; implica una enorme responsabilidad, tanto física como emocional, que debe ser asumida con plena conciencia.

Como especialista en bienestar y comportamiento felino, quiero compartir contigo la importancia de que los gatitos permanezcan con su madre el mayor tiempo posible y por qué separarlos prematuramente de ella debe ser una decisión tomada solo en circunstancias excepcionales, como la muerte de la madre o su completo rechazo hacia las crías. No debe ser una decisión tomada simplemente porque nos haga ilusión ser los cuidadores de un recién nacido.

Los cuidados de la madre

La leche materna es mucho más que un simple alimento: es una fuente vital de nutrientes, anticuerpos y enzimas que no solo favorecen el crecimiento físico de los gatitos, sino que fortalecen su sistema inmunológico, optimizan su digestión y promueven su desarrollo cerebral. Ninguna fórmula artificial, por más avanzada que sea, puede replicar este cóctel perfecto de vida. Es por eso que los gatitos criados con biberón suelen tener una salud más frágil, tanto durante su infancia como en su vida adulta. La falta de los nutrientes, anticuerpos y enzimas presentes en la leche materna los hace más vulnerables a enfermedades y los pone en riesgo de desarrollar complicaciones de salud a largo plazo.

Además de alimento, la gata proporciona un calor vital para los gatitos, que va más allá de ofrecer simplemente un abrigo. El calor del cuerpo de la madre es crucial para regular la temperatura de los cachorros y, sobre todo, para su bienestar emocional. La cercanía de la madre tiene un impacto directo en su desarrollo neurológico, reduciendo el estrés y promoviendo la estabilidad emocional. La separación prematura de este entorno seguro puede exponer a los cachorros a niveles de estrés que su organismo inmaduro no puede manejar, lo que podría tener consecuencias negativas en su salud a largo plazo.

Criar un gatito huérfano requiere más que cariño, es un compromiso con su bienestar integral

Criar un gatito huérfano requiere más que cariño, es un compromiso con su bienestar integral

Getty Images

La madre no solo es la encargada de alimentar y proteger a sus cachorros; ella es una figura clave en su educación emocional. A través de su presencia y su comportamiento, los gatitos aprenden, entre otras muchas cosas, a gestionar la frustración, una habilidad fundamental para la vida adulta. Durante el proceso de destete, la madre comienza a rechazar de manera gradual a sus crías, bufándoles o apartándose de ellos cuando intentan alimentarse. Este gesto, que puede parecernos un acto cruel, es en realidad una enseñanza vital: permite que los cachorros experimenten la frustración en un contexto seguro, aprendiendo a autorregularse y a entender que no todo en la vida será inmediato o fácil. Esta habilidad para gestionar la frustración es esencial para evitar problemas de comportamiento como la agresividad o la ansiedad en la vida adulta.

Los hermanos del cachorro

Además de la madre, los hermanos juegan un papel igualmente crucial. A través del juego con sus compañeros de camada, los cachorros aprenden a inhibir su mordida y arañazo. Estos juegos son fundamentales para enseñarles a medir su fuerza y a relacionarse de manera adecuada con otros gatos y, también, con las personas. Los cachorros que no tienen la oportunidad de interactuar con otros gatos o de experimentar esta “educación social” suelen tener dificultades para relacionarse con otros gatos y pueden desarrollar comportamientos más bruscos, territoriales o incluso agresivos.

, he tratado numerosos casos de gatos con comportamientos problemáticos, como la agresividad o la incapacidad para convivir con otros felinos. La causa común suele ser una etapa de socialización interrumpida o directamente inexistente, que deja a estos animales con dificultades para relacionarse de manera adecuada.

La socialización y la educación emocional que solo una madre y sus hermanos pueden ofrecer

La socialización y la educación emocional que solo una madre y sus hermanos pueden ofrecer

Getty Images/iStockphoto

La recomendación general, basada en estudios de comportamiento felino, es clara: los gatitos deben permanecer con su madre y sus hermanos hasta al menos las 8 semanas de vida, y lo ideal es que sigan con ellos entre 12 y 14 semanas. Este tiempo les permite recibir todo lo necesario para su desarrollo físico y emocional. Solo después de este periodo deberían ser adoptados por una familia humana, ya que están lo suficientemente maduros como para iniciar una nueva vida en un hogar.

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Separarlos antes de este tiempo puede tener consecuencias irreversibles, no solo en su salud física, sino también en su estabilidad emocional y social. Por eso, siempre que sea posible, debemos permitir que los gatitos se críen junto a su madre y sus hermanos, garantizando que puedan desarrollarse de la mejor manera posible. Separar a un gatito de su madre por puro capricho, sin una razón válida, es un acto cruel y egoísta, que puede privar al animal de experiencias fundamentales para su bienestar y su equilibrio emocional.

Criar un gatito con biberón debe ser la excepción

Desgraciadamente, algunos gatitos no tienen la suerte de contar con su madre y, en esos casos, lo recomendable sería adoptar a dos juntos para asegurar que no pierdan las experiencias vitales de socialización que se dan entre hermanos. Esto les da una oportunidad de crecer juntos, aprendiendo a interactuar de manera adecuada, a inhibir la mordida y a relacionarse sin agresividad.

En resumen, criar un gatito con biberón debe ser la excepción, no la norma. La madre y los hermanos son fundamentales para su desarrollo físico, emocional y social, y separarlos antes de tiempo puede tener efectos negativos a largo plazo. Puede parecer muy tierno criar a un gatito huérfano, pero el verdadero acto de amor hacia él es no separarlo de su madre y de sus hermanos. Así, tendrán la oportunidad de convertirse en adultos equilibrados y saludables. Y recuerda, al igual que en las personas, madre solo hay una.

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