En 1989, tras décadas de persecución humana, en la cordillera cantábrica los osos pardos se contaban con los dedos de la mano. Había sólo seis osas con crías. En el censo de 2018, el número creció a 38 osas con 64 oseznos. Se calcula que la población de esta especie supera hoy los 370 ejemplares. La construcción de una carretera con fines turísticos que pretende unir dos comarcas atravesando el corazón de la cordillera amenaza este exitoso plan de recuperación. “Es absolutamente incompatible con su conservación”, coinciden más de 250 científicos y ambientalistas de toda España.
La historia de este proyecto se remonta a la década del 90, cuando pese al interés empresarial y político quedó guardado en un cajón del escritorio del expresidente regional Juan Hormaechea. Los grupos ecologistas de la época lograron visibilizar los “irreversibles daños” para la fauna y la flora de la zona. Treinta años después, el gobierno de turno, liderado por María José Sáenz de Buruaga (PP) ha reflotado la polémica infraestructura.
Un “atentado medioambiental”
La obra, a juicio del Ejecutivo cántabro, se justifica por dos grandes razones: la conectividad de tres comarcas en la que viven 60 mil habitantes (Liébana, Saja/Nansa y Campoo-Los Valles) y el “impulso del turismo”, en crecimiento en toda la región. Por lo pronto, el proyecto se encuentra en fase de información previa al estudio de impacto ambiental , adjudicado a finales de 2024 a la empresa WSP Spain-Apia S.A.U por 420.000 euros.
De obtener la luz verde, la carretera Reinosa-Potes, con un presupuesto de casi 100 millones de euros, tendrá una longitud de 15 kilómetros con dos carriles carriles de 3,5 metros de ancho y arcenes de 1 metro. “Es una carretera de primera necesidad para muchos cántabros que se están muriendo por estar incomunicados. Va a permitir que, por ejemplo, los habitantes de estas comarcas estén a solo 20 minutos de un hospital”, ha defendido el consejero de Fomento y Medio Ambiente de Cantabria, Roberto Media.
Es una carretera de primera necesidad para muchos cántabros que se están muriendo por estar incomunicados

El oso pardo es la especie más famosa del parque nacional de Somiedo (Asturias)
SEO/BirdLife fue la primera organización que, tras analizar el expediente, denunció el ”atentado medioambiental” de una carretera que va a atravesar uno de los corredores ecológicos mejor conservados de la cordillera Cantábrica.
La infraestructura “amenaza con destruir un corredor ecológico de altísimo valor que incluye cuatro espacios de la Red Natura 2000” y dañar “entornos que albergan especies protegidas, como el oso pardo, que dependen de estos ecosistemas para su supervivencia. “Supondría una barrera insalvable que fragmentaría sus hábitats”, protestó la ONG. “El interés social y el uso que se pretende justificar para esta carretera no compensan, en modo alguno, el daño ambiental que causaría”, resumió Felipe González, delegado de SEO/BirdLife en Cantabria.
El diagnóstico es compartido por más de 250 científicos (expertos académicos, profesionales relacionados con la biodiversidad y la biología) y ambientalistas, que han adherido a un manifesto impulsado por la agrupación política Cantabristas. Entre los impactos mencionados aparece la amenaza al oso pardo, debido a que la carretera va a atravesar las áreas delimitadas por el Plan de Recuperación, aprobado por el Decreto 34/1989.
El interés social y el uso que se pretende justificar para esta carretera no compensan, en modo alguno, el daño ambiental que causaría
“Estas zonas han sido designadas específicamente para la protección y recuperación de una especie en peligro de extinción, cuyo hábitat ya se encuentra seriamente fragmentado. La afectación a una especie como el oso pardo, protegido a nivel nacional y europeo, refuerza la incompatibilidad del proyecto con la legislación vigente”, explica el manifiesto.

Un paisaje del valle de Liébana, en Cantabria
Los expertos alertan que el incremento del tráfico conlleva “riesgo por atropellos”, una de las principales causas de mortalidad no natural de la especie. Además, el ruido y la presencia humana constantes también podrían alterar el comportamiento de los osos, generando “un impacto negativo en su reproducción y en la estabilidad de la población”. “Por ello, esta infraestructura sería incompatible con los objetivos de conservación del plan actualmente en vigor”, sentencian.
bet365 ha consultado a la Fundación Oso Pardo (FOP), una ONG constituida en 1992 con el objetivo de contribuir al estudio y conservación de esta especie, para conocer la valoración del proyecto. Desde la organización han aclarado que se pronunciarán de manera formal “y con mucha contundencia” cuando se publique el informe de impacto ambiental.
Roberto Hartasánchez, socio fundador de la ONG Fondo para la Protección de los Animales Salvajes (FAPAS), recorre por su trabajo las comarcas que, supuestamente, se beneficiarían de esta obra. Cuenta que la carretera está lejos de ser una “reivindicación social” de los habitantes de estas poblaciones. Define el proyecto de “altísimo impacto y mínimo servicio”. Sobre el oso pardo, coincide que la “alteración” de una zona virgen va a repercutir en su reproducción. “Atentaría contra su recuperación”, advierte con preocupación.
Biodiversidad
Los otros impactos

Ejemplar de águila real 'Aquila chrysaetos', una de las especies amenazadas por el proyecto, según los científicos
Para los científicos que firman el manifiesto, el proyecto choca con “un contexto de cambio climático acelerado y de crisis global de biodiversidad”. “Instamos a los responsables políticos y a la sociedad civil a escuchar los argumentos de la Ciencia y a priorizar la protección de nuestros ecosistemas y de nuestros entornos naturales”, piden en el escrito.
Señalan otros tres grandes impactos. La carretera atravesaría la vertiente norte de la Sierra del Cordel y de la Sierra de Híjar, ambas incluidas en la Zona de Especial Conservación (ZEC), que forma parte de la Red Natura 2000, un conjunto de espacios protegidos por la Unión Europea (UE).
Se trata de “espacios críticos” para 16 especies de aves catalogadas de “conservación prioritaria” por Bruselas, entre las que destacan rapaces como el águila real Aquila chrysaetos, el alimoche Neophron percnopterus y la perdiz pardilla Perdix perdix.
La erosión del suelo y la contaminación de los ríos cercanos integran la amplia lista de los impactos ambientales. También preocupa la afección al Parque Natural Saja-Besaya, que alberga una diversidad de ecosistemas que incluyen extensos bosques de hayas y robles, pastizales de montaña y ríos de aguas limpias.
La obra tendría un impacto negativo significativo, alterando el equilibrio natural y poniendo en riesgo a numerosas especies de flora y fauna
“La construcción de una carretera en este entorno tendría un impacto negativo significativo, alterando el equilibrio natural y poniendo en riesgo a numerosas especies de flora y fauna”, concluyen los científicos, entre los que figuran Carlos Ibáñez Ulargui, profesor de Investigación del CSIC en la Estación Biológica de Doñana; Enrique Serrano Cañadas, catedrático de Geografía Física en la Universidad de Valladolid e investigador sobre la Cordillera Cantábrica; y José Barquín Ortiz, profesor de Hidráulica Ambiental de la Universidad de Cantabria.
“Un ejemplo más de la visión a corto plazo y de la sobreexplotación de una naturaleza valiosa”, sintetiza Fernando Valladares, científico del CSIC y Doctor en Ciencias Biológicas por la Universidad Complutense de Madrid, otro de los firmantes.