El Papa que abrió una senda
Para conocer mejor quien era el papa Francisco, les invito a que lean los interesantes análisis de nuestros especialistas y algunos de los periodistas que se han sucedido en Roma como corresponsales de nuestro diario en los doce años de pontificado. De su lectura se extraen muchas conclusiones sobre lo que sido su enorme trabajo como guía de los católicos y de las dificultades que ha tenido que lidiar para superar las tendencias más conservadoras de la Iglesia. No se lo han puesto nada fácil.
El papa Francisco en una de las sesiones del Sínodo en octubre del 2018
Honestamente no me atrevo a ir más allá para hacer un juicio sobre su labor. Lo que si creo es que Francisco ha abierto un camino con una serie de reformas para modernizar la Iglesia católica que su sucesor tendrá que proseguir. El Sumo Pontífice que nos ha dejado ha dibujado algunas líneas en defensa de los más desfavorecidos, de los pobres, de los refugiados o de los migrantes, y en el terreno social ha abierto puertas como la de permitir que los sacerdotes puedan bendecir a parejas de homosexuales o la aceptación de los divorciados. No ha podido ir más lejos en darle a la mujer un papel más relevante e igualitario con el del hombre, más allá de algunos nombramientos como el de la primera mujer gobernadora del Vaticano. Y se ha mantenido obediente a la doctrina de la Iglesia en cuestiones como el aborto o la eutanasia.
Aún así, la senda que ha abierto Francisco debería ser continuada por su sucesor para adaptarse mejor a la sociedad a la que quiere servir. En cambio, hay sectores muy críticos con su gestión y que consideran que la Iglesia ha de ser fiel a si misma y no dejarse influir por estos cambios. Esta es la gran batalla que se dilucidará ahora en el cónclave que deberá designar al futuro papa.
En este sentido es importante destacar que Francisco ha nombrado a 110 cardenales de los 140 que podrán participar en esta votación, lo que puede ser decisivo. Pero la influencia y poder de los sectores conservadores que han sido muy críticos con Francisco durante su prelado es también muy grande. La Iglesia tiene que escoger en mantener la línea abierta por Jorge Mario Bergoglio o volver atrás. El cónclave elegirá algo más que el nombre de un papa.