Movimiento Sumar clausuró el pasado fin de semana su segunda asamblea estatal. Nuevos propósitos para una nueva etapa con la que se quiere dejar atrás la crisis electoral y orgánica sufrida hace casi un año y el seísmo que provocó en la formación el caso Errejón. En esta ocasión Yolanda Díaz ha hecho los deberes y se ha conjurado para enmendar y no repetir errores del pasados con el objetivo de alcanzar la reunificación del espacio político a la izquierda del PSOE. Lo tiene complicado y quizás sea demasiado tarde. La escisión será difícil de recoser en un tablero político que se mantiene con una débil estabilidad y se tambalea ante cualquier votación en el Congreso.

Yolanda Díaz en la asamblea estatal de Movimiento Sumar el pasado fin de semana
Pocos alicientes tiene Podemos para la reconciliación. Desde fuera del Gobierno se siente liberada para hacer oposición al PSOE, ya sea luciendo camisetas revindicativas o señalando a Pedro Sánchez como “señor de la guerra”, y también para atacar a Sumar a quienes reprochan ser excesivamente complacientes con las tesis socialistas.
“La gente nos está esperando, la gente quiere que caminemos juntas”, señaló Díaz que tras dar un paso al lado ahora ocupa el tercer puesto en la lista de coordinación del partido. “El Movimiento Sumar está muerto”, fue la respuesta que recibió por parte de Pablo Iglesias, quien si bien en su momento escogió a Díaz como delfín, ha tenido tiempo de arrepentirse de esa decisión y ahora ve en los principales miembros del espacio confederado futuros afiliados en las filas socialistas.
Pablo Iglesias: “El Movimiento Sumar está muerto”
A pesar de estas diferencias y de las furibundas declaraciones del núcleo duro de la formación morada, Sumar ha iniciado el camino del flirteo a Podemos para armar una nueva coalición electoral con la que concurrir juntos en las próximas elecciones generales. Tienen dos años para convencerlos, si Sánchez se mantiene hasta el 2027, y saben con certeza que con la izquierda divida en tres bloques será muy difícil volver a reeditar un Gobierno de coalición. Lo advierten en Sumar y también en el PSOE, que necesita una formación fuerte a su izquierda que no esté inmersa en pugnas constantes.
En esta amalgama de intereses Izquierda Unida ha emergido como el partido que intenta restablecer los puentes entre Sumar y Podemos. Antonio Maíllo actúa como pegamento para que en las próximas elecciones autonómicas en Ի岹ܳí concurran conjuntamente. Sería la prueba para demostrar la existencia real de este espacio electoral y político y evidenciar que sin unidad es difícil lograr grandes resultados.