Som y serem gent catalana se escuchó por primera vez en el teatro Principal de Barcelona el 19 de enero del año 1907 en el estreno de La Santa Espina, de Àngel Guimerà y Enric Morera. Hoy, 9 de mayo del 2025, Día de Europa, podemos imaginarnos una nueva versión de nuestra sardana más famosa: som i serem gent europea.
Porque, tanto si se quiere como si no se quiere, somos y seremos europeos porque somos y seremos catalanes. He ahí nuestro lugar en el mundo: una comunidad humana de 450 millones de ciudadanos y ciudadanas: la Unión Europea. Tal como dijo Jean Monnet, pionero del sueño de una Europa unida: “Nosotros no unimos estados, unimos personas.”
Europa tiene que profundizar en su unión política; el camino es el federalismo
Esta unión de personas que es Europa se ha convertido en el proyecto político, económico, social y cultural más ambicioso y exitoso de la historia contemporánea. Sintámonos orgullosos de que Catalunya haya contribuido a su éxito y forme parte activa de él. En la actual incertidumbre del mostrador geopolítico, Europa es el único modelo que une la generación de prosperidad, la democracia y el Estado del bienestar.
El proyecto europeo nació con el compromiso de evitar la barbarie que asoló el continente después de las dos guerras mundiales del siglo XX. Es decir, un proyecto fundamentado en la paz y en los valores humanistas. Hoy, este modelo está amenazado. Europa se encuentra entre dos amenazas: la comercial de EE.UU. de Trump y la bélica de la Rusia de Putin.

Fachada del Ayuntamiento de Barcelona
No nos dejemos amenazar ni llevarnos por el derrotismo. Europa tiene en sus manos todo el potencial económico, industrial, científico y social necesario para proteger y mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos y ciudadanas.
Por eso Catalunya ha dado un paso adelante para asumir nuevas responsabilidades de acuerdo con su alma profundamente europea y con su potencial. Con un objetivo: fortalecer el modelo europeo de prosperidad compartida.
Catalunya ha vuelto, afirmó António Costa, presidente del Consejo Europeo, durante el encuentro que mantuvimos el martes pasado en el Palau de la Generalitat. Efectivamente, Catalunya ha vuelto a Europa a proponer soluciones y participar activamente en los órganos de decisión. Así lo expresé en el Comité de las Regiones y así se lo transmití a la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola. Queremos que nuestra voz sea escuchada en catalán. Al mismo tiempo, Catalunya vuelve a presidir la entidad de los “4 Motores de Europa”, un liderazgo que queremos transformar en nuevas oportunidades para las empresas, los emprendedores o los estudiantes.
La respuesta a los inmensos retos que tenemos por delante –el acceso a la vivienda, la lucha contra el cambio climático, la inteligencia artificial o la necesidad de garantizar nuestra seguridad– la tenemos que articular desde la dimensión europea para que sea efectiva.
Por eso, Europa tiene que ser valiente y profundizar en su unión política con la misma ambición que ha alcanzado la unión económica y monetaria. El camino es uno: el federalismo europeo. Porque el federalismo es la articulación del propio lema de la Unión Europea: unidos en la diversidad. Los grandes retos que antes he apuntado requieren un esfuerzo sin precedentes de cogobernanza y de colaboración transfronteriza, como así lo establecen los informes Letta y Draghi.
Hoy nos corresponde a nosotros estar a la altura de los millares y miles de europeos que defendieron el sueño de una Europa democrática y libre en los tiempos más oscuros de la historia. Europa es hoy nuestra causa compartida y la esperanza de millones de personas. Hago un llamamiento a toda la ciudadanía, especialmente a los jóvenes, a defender Europa por encima de ideologías y creencias. Porque es precisamente Europa la garantía de nuestra diversidad de ideas, creencias e identidades.
Habremos alcanzado el verdadero sueño europeo el día que digamos con el mismo sentimiento de orgullo y de pertenencia “soy europeo”, como hoy decimos “soy catalán”.