Quizá no tiene nada que ver con la entrada de Donald Trump en la Casa Blanca o quizá sí. La cuestión es que, desde que el republicano asumió el poder con una caza de brujas progresista y una agenda imperialista, antiimmigración y contraria a los derechos LGTB y de las mujeres, se nota un cambio de aires en Estados Unidos. Por ejemplo, el nuevo Spider-Man es abiertamente conservador y contrario a la diversidad.
El actor Hudson Thames, que puso voz a Peter Parker por primera vez en la serie de animación What if, para la que no contaron con Tom Holland, también se meterá en la piel del personaje en Tu amigo y vecino Spider-Man, la nueva gran apuesta de Marvel para el servicio de Disney+. ¿Y cuál era el principal temor de Thames? Que el superhéroe fuera woke, que es como el movimiento conservador etiqueta a cualquier persona con principios progresistas.
“Mi mayor miedo era que fuera irritante y woke, y no lo era, y pensé “sí, esto es genial, está muy bien escrito”, como que se sentía real”
“Mi mayor miedo era que fuera irritante y woke, y no lo era, y pensé “sí, esto es genial, está muy bien escrito”, como que se sentía real”, explicó en una entrevista a Collider con motivo del estreno de la serie esta semana en Disney+. Como tiene cuatro hermanos menores, siente que está en contacto con lo que representa hoy en día la juventud y que, en este sentido, los guiones de Tu amigo y vecino Spider-Man eran auténticos.
Estas declaraciones llaman la atención por la forma en la que Disney ha abordado la diversidad y los principios supuestamente woke en la ficción. Películas como Elemental y Wish, por ejemplo, eran cantos a la cohesión social con las personas migrantes. En Un mundo extraño se optó por un protagonista negro y homosexual. Cualquier película de Marvel protagonizada por una mujer blanca o racializada tuvo críticas del sector más reaccionario.
Y, por lo que respecta a las producciones de Lucasfilm, más de lo mismo: las actrices, especialmente si no son caucásicas, han sido víctimas del odio en las redes. Esto no impedía que el estudio, sin embargo, apostase por la diversidad en sus producciones, tanto como una herramienta para estar al día con un sector de la población americana sino para importar las producciones a otros mercados.
Cabe recordar, por ejemplo, que la actriz Gina Carano, conocida por su trabajo como Cara Dune en The Mandalorian, fue despedida por sus opiniones políticas: “La empresa ha tomado la decisión tras compartir unas polémicas imágenes que comparaban Estados Unidos con la Alemania nazi y, de hecho, equiparaba a los votantes de Trump con los ciudadanos judíos que sufrieron la persecución de las fuerzas y simpatizantes de Adolf Hitler”.

Disney está cambiando desde que Gina Carano fue despedida por decir que los votantes de Trump eran tan perseguidos como los judíos durante la Alemania nazi.
Ahora, en cambio, el contexto ha cambiado. Elon Musk, el hombre más rico del mundo y actual mano derecha de Trump, puede hacer un saludo nazi sin que haya consecuencias. En Disney argumentan que deben alejarse de la “política”, en lo que parece un movimiento conservador para caer en gracia a Trump. Y el Spider-Man televisivo, para rematarlo, simbólicamente consolida este cambio de rumbo con este alivio público porque su Peter Parker no es molesto y woke.