El jueves se estrenaba Adolescencia. La crítica podía esperar que una producción de Stephen Graham, el hombre detrás de The Virtues o Boiling Point, fuera interesante. Otra cosa es que su obsesión como artista, el realismo social y muy británico, fuera a resonar en la audiencia internacional de Netflix. Tenemos respuesta: sí, interesa. Con 24,3 millones de visionados a partir de 93 millones de horas vistas en sus cuatro primeros días, la plataforma tiene un éxito entre manos.
Entre las series de habla inglesa, se sitúa muy por delante de Una última jugada, que suma otros 6 millones de visionados (30,3 millones de horas vistas) en su tercera semana, y el reparto estelar de Día Cero con Roberto DeNiro, que añade 4,4 millones visionados (a partir de 22,7 millones de horas) en la cuarta. Lo significativo no es tanto la comparativa de esta semana sino cómo se mide en comparación con los respectivos estrenos.
En las dos métricas de Netflix, visionados y horas vistas, supera los estrenos recientes de 'Última jugada' o 'Día cero', con perfiles y repartos más internacionales
Por ejemplo, la comedia con Kate Hudson hizo 9,3 millones de visionados (47,2 millones de horas) en sus primeros cuatro días en la plataforma. El thriller político de DeNiro, en cambio, hizo 17,9 millones de visionados (a partir de 92,1 millones de horas) en su semana inaugural. No alcanzaron la cifra casi milagrosa de Adolescencia a pesar de tener un perfil de producción y de marketing más pensado para el público internacional.
Como curiosidad, ni tan siquiera en sus segundas semanas, cuando compitieron con los datos de consumo de los siete días de la semana, consiguieron superar esta sorpresa que proviene del Reino Unido aunque tenga participación estadounidense en la producción. Brad Pitt, desde su productora Plan B, consta como productor ejecutivo.
La propuesta de Adolescencia es insólita. Dos agentes de policía, junto con otros agentes, entran por la fuerza en un domicilio familiar a las seis de la mañana. Están allí para arrestar al principal sospechoso de un asesinato cometido la noche anterior: Jamie (Owen Cooper), el presunto asesino, es un niño de trece años. A partir de aquí, la vorágine de entrar en el sistema judicial, la inspección del instituto donde iba la víctima y el análisis psicológico de Jaime, un chaval marcado por la presión social que ejercen las redes sociales.
Si decimos que es un proyecto insólito no es por el perfil de la historia, un drama criminal, realista y social tan propio del Reino Unido (y de Graham), sino porque Graham y Jack Thorne, el otro creador, conciben los cuatro episodios como cuatro planos secuencia de planificación y ejecución prodigiosa. Sin apenas promoción, solo a partir de confiar en la crítica, el boca-oreja y el posicionamiento en el menú, Netflix ha conseguido unos datos sobresalientes.

Cada episodio, un plano secuencia.
Estas cifras de audiencia, además, llegan en el momento adecuado. De repente, como sucedió el año pasado con Mi reno de peluche, tienen un fenómeno de público y de crítica para convencer a los premios Emmy. Recordemos que la producción del entonces desconocido Richard Gadd se hizo con seis premios Emmy, incluyendo las estatuillas a la mejor miniserie, actor y guion para Gadd, y secundaria para Jessica Gunning.
Esta serie podría ser un caballo ganador para Netflix en las categorías de miniserie donde hasta el momento contaban con Monstruos: La historia de Lyle y Erik Menendez como principal baza, el true crime con Javier Bardem.
Se ha convertido en la principal baza de Netflix para las categorías de mejor miniserie o serie limitada en los Emmys
Con respecto a Mi reno de peluche, su éxito se centró más en un boca-oreja progresivo. En su primera semana se colocó en quinta posición entre los títulos de habla inglesa con 2,6 millones de visionados a partir de 10,4 millones de horas vistas entre los abonados. En la segunda, hizo otros 13,3 millones de visionados a partir de 52,8 millones de horas vistas, lo que le permitió afianzarse en primera posición. En su tercera semana, ha firmado su mejor dato hasta la fecha: 22 millones de visionados a partir de 87,4 millones de horas vistas.
Habrá que ver hasta qué punto Adolescencia se quema rápidamente en el catálogo o si se convierte en esa serie que, como ѾéDZ o El juego del calamar, han visto todos los suscriptores.