Montoya tardó dos meses en llegar a la conclusión más radical de su concurso enSupervivientes: romper cualquier tipo de acuerdo comunitario. Después de un enfrentamiento con Manuel y una crisis nerviosa que le dejó fuera de juego durante varias horas, decidió que ya no seguiría compartiendo ni pescado ni recompensas. A partir de ese momento, cada cual tendría que arreglárselas como pudiera.
El andaluz, con la firmeza que le ha caracterizado durante toda la convivencia en Honduras, lo dejó claro sin rodeos: se ocuparía de su comida, de su pesca y de su supervivencia, como si el resto de Playa Furia no existiera.
Reflexión personal
Montoya decide romper con todo
Antes de llegar a este punto, Montoya reunió a sus compañeros en la arena para comunicarles su decisión. Aunque Damián, que llevaba semanas en pie de guerra con él, se negó a participar en la conversación “a no ser que sea algo de fuego, pesca o playa”, el superviviente explicó que todo venía de una reflexión más profunda sobre su salud y su paso por el concurso.