Vanessa Salvador llevaba cinco años viviendo en Horta de Sant Joan (Terra Alta, Tarragona) cuando Domènec y Manel la llevaron a conocer su rebaño. Vanessa, de 44 años, nació en Barcelona y estudió IngenierÃa Industrial, pero ni en la ciudad ni en el trabajo lograba encontrar un sentido. “Nada de aquello era para mÃ, y decidà marcharme; vine aquà y empecé a realizar trabajos relacionados con la tierraâ€, cuenta Vanessa.
En Horta de Sant Joan, Vanessa empezó a establecer vÃnculos con las personas del pueblo, y fue entonces cuando conoció a Domènec y Manel, dos hermanos que tienen un proyecto de cabra blanca. “Ver su trabajo me dejó fascinada… Algo se creó en mà y pensé que en aquello sà que podÃa encontrar un sentido: en dedicarme al territorioâ€, y asÃ, Salvador decidió que serÃa pastora.ÌýElla se formó primero con los pastores de la zona -Domènec, Manel y Rosana-, y después de unos meses, se inscribió en l’Escola de Pastors i Pastores de Catalunya, donde conoció la existencia de los ‘espacios test agrarios’.
Espacios Test agrarios
ÌýRecursos e inversión para emprendedores

Los jóvenes que se quieren incorporar al sector primario se encuentram con muchos obstáculos económicos y burocráticos
Los espacios test agrarios forman parte de una iniciativa que tiene por objetivo facilitar el relevo generacional en las explotaciones agrÃcolas y ganaderas al proporcionar a aquellas personas que quieren incorporarse al sector una tierra en la que puedan desarrollar su actividad (además de infraestructuras, herramientas y maquinaria), asà como apoyo legal y un acompañamiento integral (tutores, técnicos…) desde el inicio.
En definitiva, “todas estas cosas que si vienes de una familia de tradición agraria ya tienes incorporadas, pero que si vienes de una familia sin tradición en el sector, pueden convertirse en barreras de entradaâ€, explica Marc González, coordinador técnico de l’Associació d'Iniciatives Rurals i MarÃtimes de Catalunya (ARCA), entidad que acompaña a los territorios en la creación de estos espacios.
La nueva 'payesia', aunque es un perfil con mucho potencial, es también el que más dificultades encuentra
González argumenta que en los últimos años se está comprobando que cada vez más personas procedentes de entornos urbanos buscan incorporarse al sector y que, “con una formación distinta, suelen proponer modelos distintos, sobre todo en cuanto a sostenibilidad y autonomÃa del mercadoâ€, y añade: “Es lo que definimos como nueva ‘payesÃa’ y, aunque es un perfil con mucho potencial, es también el que más dificultades encuentraâ€.
AsÃ, los espacios test agrarios están enfocados en facilitar el proceso de incorporación progresiva al sector, minimizando el riesgo de aquellas personas que quieren emprender al ofrecerles la oportunidad de probar su proyecto agrario durante un tiempo (entre 1 y 3 años) sin necesidad de realizar la inversión económica inicial que requerirÃa un proyecto asà por cuenta propia.
Esta metodologÃa nació en Francia y, actualmente, en Catalunya hay cinco espacios test agrarios en funcionamiento y otros cinco en planificación. El de Vanessa Salvador es uno de ellos: l’Espai Test agrari de Gandesa.
Vanessa Salvador (Gandesa)
Recuperación de la cabra catalana y del silvopastoreo para prevención de incendios

Por el momento, Salvador quiere dedicarse a afianzar vÃnculos entre las cabras, los perros y ella.Ìý
“La primera vez que me hablaron del espacio de Gandesa fue en l’Escola y pensé que estaba hecho a mi medida: habÃa sido ideado para trabajar con cabra catalana, que es la raza con la que yo querÃa trabajar, y está en la Terra Alta, que era donde yo ya vivÃa… Fui seleccionada y ahora aquà estoy, con las cabritasâ€, relata Salvador.
La descarga de ganado -93 cabras de la raza Cabra Catalana- la hicieron el 28 de junio y Vanessa cuenta que, por el momento, se está dedicando a trabajar los vÃnculos entre las cabras, los perros y ella, para que las pasturas sean más agradables; “porque yo soy nueva, pero las cabras y los perros también lo sonâ€, reconoce la pastora.ÌýDurante este tiempo, Vanessa planea vivir con los ingresos de practicar silvopastoreo (limpieza del sotobosque para prevención de incendios) y criar suficientes cabras como para “hacer rebañoâ€. Más adelante, a dos años vista, comenzará con la venta de carne.
Vanessa confiesa que jamás se hubiera planteado un proyecto de tal envergadura si no tuviera el acompañamiento que tiene, tanto desde el espacio test agrario como desde el propio pueblo. “En Catalunya, es muy difÃcil llevar proyectos de ganaderÃa extensiva (como este); solo un 10% de las fincas tienen superficies de, al menos, 100 hectáreas, y con cantidades más pequeñas, es muy difÃcil poder sacar adelante un proyecto de extensivoâ€, postula la pastora.
Para Vanessa, “el acceso a la tierra es un drama†y también una de las principales barreras que encuentran los ‘neorurales’ para emprender; pero también son importantes la barrera económica que supone realizar la inversión inicial y la “exagerada burocracia†que tiene este sector en concreto.
Para que la gente se marche a los pueblos, primero necesita saber que podrá tener un sustento allÃ
“Y al final, lo que llega es el abandono de los pueblos: las personas de origen rural se marchan a las ciudades para estudiar y trabajar, pero si los que nacen en las ciudades no hacen el mismo cambio, las montañas quedan vacÃasâ€, concluye Vanessa.
Y cierra: “Para mÃ, venirme aquà es la mejor decisión que he tomado nunca, porque ahora me levanto por las mañanas y sé que voy a trabajar en algo que tiene sentido para mÃ… Y puede que otros que viven en la ciudad quieran hacer el mismo cambio; pero para que la gente se marche a los pueblos, primero necesita saber que podrá tener un sustento allÃâ€.
Jaume Badia (Ponent)
ÌýMenos productos, pero de mayor calidad

Las fincas del 'Viver d'agricultors de Rufea' están certificadas en ecológico y disponen de riego a presión, un almacén y herramientas de uso compartido.
Jaume Badia cuenta que la suya es una buena tierra: es plana, está situada a la orilla del rÃo y su textura es muy arenosa. Badia está a cargo de l’Espai Test agrari de Ponent (Lleida), una hectárea de cultivo ecológico donde tiene plantados ajos, cebollas, remolachas, calabazas y puerros. Su caso es algo distinto al de Vanessa: él sà viene de familia ‘payesa’. Su padre y su abuelo se dedicaban a esto y, cuando su padre se jubiló, le dejó su finca, también de una hectárea y con algunos árboles frutales.
“Pero aquella finca yo querÃa ponerla en ecológico, y el proceso de concesión es de varios años. L’Espai Test, certificado en ecológico desde el primer dÃa, me permitió acelerar este tiempo y poder entrar directamente en los mercadosâ€, cuenta Badia, que actualmente combina el trabajo en las dos fincas.
El agricultor confiesa que el modelo ecológico le resulta mucho más costoso en tiempo y dinero, pero que cada uno tiene que ser fiel a lo que siente. “Y yo, lo que siento, es que tengo que hacerlo asÃ: producir de una forma más sostenible para dar como resultado productos con menos residuos y más valor nutricionalâ€. Para él ese es el sentido: “estamos alimentando a las personas, y no se trata simplemente de llenarles la barriga, sino de que se puedan nutrirâ€, alega Badia.
Por el momento, la decisión le está haciendo vivir en “economÃa de subsistenciaâ€. Su trabajo en l’Espai Test de Ponent comenzó el pasado mes de febrero, pero su primera cosecha la hará ahora (cebolla blanca para ‘calçots’). AsÃ, Badia vive con lo que saca de los frutales de la tierra heredada y con la venta de cera y miel (porque Jaume también es apicultor).
A pesar de las diferencias en la historia de ambos, Jaume y Vanessa tienen un punto en común: ninguno de los dos cree que hubiese podido sacar adelante un proyecto como el suyo de no haber sido por el espacio test agrario.Ìý
“El relevo generacional es complicado aunque vengas de familia payesa y te hayan transmitido los valores de amor por el oficioâ€, introduce Badia, “porque además de esto, necesitas que tu familia disponga de un terreno que ya funcione y sea rentable; o sino, la capacidad de realizar una inversión muy fuerteâ€, añade.
El relevo generacional es complicado aunque vengas de familia 'payesa' y tengas amor por el oficio; necesitas un terreno que funcione y que sea rentable
Aun asÃ, Jaume se siente seguro de la decisión que tomó; del oficio que escogió. “Ser agricultor, para mÃ, es una necesidad interior. Cuando has crecido conectado con el territorio, sientes la necesidad de hacer algo por él… Y en mi caso, lo que quiero hacer es conservar la tierra para las futuras generacionesâ€, confiesa Badia.
Y concluye: “Al final, lo que haces es cuidar; y a cambio, está el bienestar que supone saber que haces algo acorde a tus valores y, por supuesto, la retribución económica; aunque esa, en mi caso, aún está por venirâ€, rÃe Badia.
Abril Ibañez (Vilanova i la Geltrú)
300 hectáreas de pastura y un año en funcionamiento

Abril Ibañez, de 21 años, tomó la decisión de ser ganadera en un viaje a Francia después de terminar su bachillerato.
Abril Ibañez es la más joven de los tres: tiene 21 años, nació en Vilanova i la Geltrú y la decisión de convertirse en ramadera la tomó en una furgoneta en Francia. Por aquel entonces, Abril habÃa terminado el bachillerato (ciencias naturales) y no sabÃa qué paso dar después.
“Estuve un año parada y después conocà a mi pareja actual, con la que me fui a recorrer distintas granjas en Franciaâ€, recuerda Ibañez. “En algunas se trabajaba en huertos, pero sobre todo fuimos a granjas con cabras; y aquello me gustó mucho: el estilo de vida, tener tu propio rebaño, hacer los quesos… Asà que volvà y empecé a formarme para ser ganaderaâ€, para lo cual estudió el Ciclo de grado superior de GanaderÃa y Asistencia en Sanidad Animal de l’Escola Joviat, en Manresa.
Abril, actualmente, está a cargo de l’Espai Test agrari de Sora (Barcelona) junto con su pareja. Este fue el primer espacio test de ganaderÃa que se puso en funcionamiento en Catalunya y actualmente lleva ya un año de actividad.Ìý“Ahora mismo tenemos 39 cabras hembras, de las cuales 37 han parido. Muchas tuvieron partos gemelares y otras, solamente una crÃa; pero el caso es que hicimos muchas hembrasâ€, cuenta Ibañez.
De estas, se han quedado con 27 para hacer reposición, “porque cuarenta cabras está bien para empezar, pero no para hacer una vidaâ€, y el resto las destinaron a producción de carne ecológica. A futuro, Su idea es dedicarse a la venta de leche y a la producción de queso, pero los cabritos que tienen ahora son todavÃa pequeños y necesitan la leche para ellos.
Abril tampoco cree que hubiese podido iniciar un proyecto asà de no haber sido por l’Espai Test. Ella no es de familia ‘payesa’ y no tenÃa la tierra, el capital ni tampoco la formación. “Tienes que trabajar un tiempo antes de poder tener beneficios del proyecto; de hecho, mi pareja y yo estamos combinando esto con otros trabajos, hasta que sea lo bastante rentable como para poder dedicarnos enteramente al proyectoâ€, declara Ibañez.
Si no vienes de familia ‘payesa’, no sabes por dónde empezar; es difÃcil encontrar un lugar donde quedarte; y más aún pagar el precio que valeÌý
Para ella, la exigencia que tiene este tipo de trabajos, donde “ni te haces millonario, ni tienes vacacionesâ€, puede llevar a los jóvenes a escoger otros sectores; “pero otros jóvenes que sà quieren empezar un proyecto, encuentran muchÃsimos inconvenientes para poder hacerloâ€, argumenta la ganadera.
“Primero, si no vienes de familia ‘payesa’, no sabes por dónde empezar; después, puede ser realmente difÃcil encontrar un lugar en el que poder quedarte; y por último, es también realmente difÃcil pagar el precio que vale quedarte ahÃâ€, concluye Ibañez.
Y cierra: “En mi caso, tengo claro que asà es como quiero vivir: en la naturaleza, en un pueblo tranquilo, en el que sales y encuentras mucho verde y poco ruido… Y aunque en la ciudad pueda ser más fácil acceder a cualquier cosa (algunas tan sencillas como hacer la compra), para mà compensa, y aquà me quiero quedarâ€.