bet365

Un año decisivo para los fármacos del alzhéimer

Los desafíos del 2025

Los nuevos anticuerpos contra el péptido beta-amiloide obliga a los sistemas sanitarios a adaptarse para que el tratamiento llegue a los pacientes

Placas de proteína beta-amiloide en el exterior de las neuronas (en rojo) y de proteína tau en el interior (morado) en una imagen virtual de tejido cerebral con alzheimer

Placas de proteína beta-amiloide en el exterior de las neuronas (en rojo) y de proteína tau en el interior (morado) en una imagen virtual de tejido cerebral con alzheimer

Getty Images/Science Photo Library

Después de que la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) diera luz verde el 14 de noviembre al fármaco lecanemab para el tratamiento del alzhéimer, los próximos meses van a ser decisivos para que los pacientes puedan acceder al tratamiento.

El lecanemab es el primero de una nueva generación de anticuerpos contra el péptido beta-amiloide, que se acumula en el cerebro de personas con alzhéimer. Los ensayos clínicos han mostrado que 18 meses de tratamiento reducen la progresión de la neurodegeneración un 27% en pacientes con síntomas incipientes de la enfermedad. Se espera que, si el tratamiento se mantiene a largo plazo, la progresión del alzhéimer se frene lo suficiente para que los afectados no lleguen a un estado de demencia ni de discapacidad.

Conseguir que el lecanemab llegue a los pacientes para los que está indicado -los que se encuentran en fases iniciales del alzhéimer, no los que tienen enfermedad avanzada- supone un reto logístico y económico para los sistemas sanitarios europeos, advierte Albero Lleó, jefe del servicio de neurología del hospital de Sant Pau en Barcelona, que ha participado en el desarrollo clínico del lecanemab.

Los fármacos están indicados para fases iniciales de alzhéimer y obligan a mejorar el diagnóstico precoz de la enfermedad

Un reto logístico porque obliga a poner en marcha programas de diagnóstico precoz del alzhéimer para identificar a las personas que pueden beneficiarse de los anticuerpos contra el beta-amiloide. Además, porque un posible efecto secundario del tratamiento son pequeños edemas o hemorragias cerebrales que los pacientes no advierten pero que se detectan con técnicas de imagen. Por ello, convendrá realizar cuatro resonancias magnéticas a los pacientes en los primeros meses del tratamiento, lo que supondrá una demanda extra para los servicios de diagnóstico por imagen.

Y un reto económico porque el fármaco es caro y hay más de 100.000 personas en España para las que el tratamiento está indicado. El precio que tendrá el lecanemab aún se desconoce, ya que la compañía farmacéutica Eisai lo está negociando con cada gobierno europeo. Se espera que en España se acuerde un precio más bajo que en Estados Unidos, donde el fármaco ya está disponible por un importe de 26.500 dólares anuales por paciente (unos 25.400 euros).

Lee también

Nuevos fármacos abren una nueva era en el tratamiento del alzheimer

Josep Corbella
FUNDACIÓN MARAGALL. ENTREVISTA A CRISTINA MARAGALL, HIJA DEL EXPRESIDENT PASCUAL MARAGALL

A la espera de que termine la negociación del precio, paso previo necesario para que el lecanemab esté disponible en España, el sistema sanitario dispone de los próximos meses para adaptarse. Los neurólogos especialistas en alzhéimer esperan que los pacientes puedan tener acceso al tratamiento en la segunda mitad de 2025.

También esperan que la EMA apruebe en el primer trimestre del año el donanemab, otro anticuerpo contra el beta-amiloide de la compañía Eli Lilly, ya disponible en Estados Unidos. Tiene la ventaja de que se administra una vez al mes por vía endovenosa, y no cada dos semanas como el lecanemab, y el inconveniente de ser más caro (32.000 dólares al año por paciente en EE.UU., unos 30.700 euros).

El elevado coste del tratamiento puede limitar su uso a gran escala

Por otro lado, en 2025 se podrían conocer los primeros resultados de la semaglutida en personas con síntomas incipientes de alzhéimer. Este fármaco actúa de manera diferente a los anticuerpos contra el beta-amiloide y ya está aprobado para el tratamiento de la diabetes y la obesidad con los nombres comerciales Ozempic y Wegovy. La compañía Novo Nordisk, que se ha convertido en la más valiosa de Europa gracias a la semaglutida, ha empezado a explorar su potencial para el alzhéimer, el parkinson y algunas adicciones.

En la misma línea está investigando Eli Lilly, que ha comercializado la tirzepatida para la diabetes y la obesidad y que tiene ensayos clinicos en curso para evaluar su potencial contra el alcoholismo y la adicción a opiáceos, aunque en su caso todavía no se esperan resultados en 2025.

Los fármacos de la obesidad podrían mejorar el tratamiento del alzhéimer

Semaglutida y tirzepatida, que actúan de manera similar sobre el receptor GLP-1, serán los dos fármacos con mayor volumen de negocio en el mundo en 2025, según una estimación publicada en Nature Reviews Drug Discovery. Combinando los tratamientos para diabetes y para obesidad, las ventas ascenderán a 35.610 millones de dólares para el fármaco de Novo Nordisk y 31.100 millones para el de Eli Lily. En tercer lugar se situará el pembrolizumab de Merck para la inmunoterapia del cáncer.

Esta situación ha llevado a Novo Nordisk y a Eli Lilly a desarrollar fármacos mejorados que actúan sobre el receptor GLP-1, para que sean más eficaces, más baratos de producir y con menos efectos adversos. Hay ensayos clínicos en curso de estos fármacos más avanzados, con resultados esperados en 2025.

Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...