La DO Penedès reprocha al presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, haber creado un escenario “de inseguridad total” en las exportaciones de las bodegas a causa de los cambios constantes en los aranceles. El anuncio de congelar 90 días el aumento hasta el 20% a los vinos europeos y dejarlo momentáneamente en un 10% no ha servido para desbloquear los negocios con los importadores norteamericanos.
“¿Quién se cree ahora estos 90 días de tregua? ¿Quién garantiza que la semana que viene no anuncie otro giro de guion?”, se pregunta el presidente del Consejo Regulador de la DO Penedès, Joan Huguet, que relata a la ACN que muchas bodegas “hace meses” que no reciben encargos de los Estados Unidos “por miedo”. Asegura que la situación es “extrema”.
El importador americano no acaba de ejecutar la compra por miedo que haya un cambio de aranceles cuando el vino esté en alta mar
La DO Penedès exporta en los Estados Unidos aproximadamente un 10% de su producción anual, según indica Huguet. Unas ventas que sobre todo van a parar a las tiendas especializadas y a los restaurantes, “porque el cliente que pide vinos del Penedès es un perfil ‘gourmet’, que busca una buena comida y un buen beber”.
Cree, sin embargo, que Trump ha convertido los negocios con los EE. UU. en un “circo”. Huguet afirma que las amenazas de marzo de aplicar aranceles de hasta el 200% al vino europeo, el anuncio posterior de un 10% + 10% y la tregua actual hasta que materialice este 20% son “majaderías” que han provocado un follón internacional.
El presidente de la DO Penedès confiaba que los 90 días de margen antes de que los aranceles sean del 20% servirían para reavivar los pedidos norteamericanos, pero no ha sido así.

Desde la DO Penedès se lamenta queTrump ha convertido los negocios con los EE. UU. en un “circo”
“Enseguida tuvimos conversaciones con los importadores, pero no se fían”, lamenta en una conversación con la ACN desde Subirats (Alt Penedès), temiendo que pronto haya un nuevo cambio que incremente los impuestos a las aduanas, “porque ha dicho tantas, que ya no se sabe cuál es la definitiva y válida”.
En este sentido, dice que los anuncios en campaña electoral ya provocaron un freno en las exportaciones de vinos del Penedès. Y cada vez están más paradas. Huguet, copropietario de la bodega Can Feixes de Cabrera d’Anoia, explica que hace cuatro meses que sus clientes en los EE. UU. han congelado los pedidos. “Igual que le ocurre a muchas otras bodegas de la DO Penedès”, asegura.
Otras bodegas han mantenido los negocios durante el primer trimestre, pero también se han retardado a medida que ha escalado la vorágine arancelaria. Quien no tiene un contenedor lleno de botellas parado en el puerto de Barcelona, tiene el almacén con palés esperando la recogida del transportista, “que no hay manera que venga porque el importador americano no acaba de ejecutar la compra por miedo que haya un cambio de aranceles cuando el vino esté en alta mar”.

Desde la DO Penedès se cuestiona que los aranceles a los productos europeos puedan servir para revalorar los vinos americanos
“Alguien le tendría que hacer ver a Trump que este proteccionismo es negativo para los Estados Unidos, porque la globalización actual hace que sea necesaria la interacción de todos los mercados”, resalta Huguet, que cuestiona que los aranceles a los productos europeos puedan servir para revalorar los vinos americanos.
A la espera que se desencalle esta “incertidumbre absoluta”, el presidente de la DO Penedès apunta que algunos importadores norteamericanos están intentando articular un ‘lobby’ de clientes de confianza con quien cerrar un mecanismo que garantice la posterior distribución y consumo de vinos. Confía que esta posibilidad acabe siendo la solución para vender todas las botellas de vino y espumoso clásico que ya están etiquetadas con la normativa americana. La opción de redirigirlas a otros mercados asegura que es mucho más compleja y lenta.