El aroma intenso del azahar, a lado y lado de la carretera que conduce a Sagunto (Valencia), anuncia que incluso después del más duro de los inviernos, siempre llega la primavera, y no hay momento más inspirador para visitar estas tierras. Es una delicia pasear sin prisas por ese barrio antiguo desgreñado y acogedor. Sagunto, la elegida para instalar una gran planta de baterías de automóvil, fue antes la ciudad industrial de los altos hornos, y mucho antes la ciudad que buscaba la protección romana, que no llegaría, cuando el ejército cartaginés de í irrumpió con toda su furia, provocando la segunda Guerra Púnica… la ciudad que, dicen, prefería morir que rendirse.

El restaurante ocupa una antiguas caballerizas
Vale la pena aprovechar el atardecer, ahora que los días se alargan, para encaramarse al inmenso castillo por ese camino empinado que pasa por el antiguo anfiteatro romano, y otear desde allí esa mezcla de todos los Saguntos que acumula la historia. Antes de llegar a la cuesta, en un recodo, hay un portalón que da acceso a unas antiguas caballerizas. Es el lugar donde Vicky Sevilla (Cuart de les Valls, 1992) regenta su restaurante Arrels (Castell, 18).
Las bóvedas intactas, el espacio amplio, las mesas de madera desnudas y el equipo de sala listo y sonriente para recibir a los comensales. Vicky Sevilla transmite franqueza y normalidad. “He sido muy autodidacta y cuando empecé con 17 años en la cocina no sabía ni quién era Ferran Adrià”. Lanza la piedra de entrada, como quien suelta alguna culpa. El cocinero de El Bulli y ella se llevan justo 30 años. Y ambos dieron sus primeros pasos en las cocinas de las Pitiusas –él en Eivissa, ella en Formentera–, donde uno y otra buscaron eso a lo que llaman un trabajo alimenticio. Sevilla también cocinó en Castelló, adonde volvía, cuando acababa la temporada alta en la isla. Hizo prácticas en La Finca (Elx) de Susi Díaz y pasó por el Saití (Valencia) de Vicente Patiño.
La apuesta joven
Con 25 años y más capacidad de trabajo que ansia de triunfar, decidió emprender
Con 25 años y más capacidad de trabajo que ansia de triunfar, decidió emprender. En el primer Arrels ofrecía un menú de 15 euros (con pescado del día), uno de 27 y uno de 37 euros. Hoy los más extensos cuestan 110 y 138 euros. Ahora tiene estrella Michelin y sol Repsol. Además, el ranking francés La Liste la proclamó Nuevo Talento del Año 2023. Nada de eso ha perturbado su naturalidad ni la forma de trabajar, con solidez, y agradecida a un equipo implicado y muy capaz. Sevilla no ha dejado de tocar con los pies al suelo, como aprendió de la madre, que preparaba desayunos en un bar de pueblo. “No sé si fui valiente o más bien inconsciente cuando abrí en 2017. No tengo socios: somos el banco y yo”.
Sus platos son sabrosos y bellos. Inicia el círculo un corte circular a base de cebolla caramelizada –la cebolla es uno de sus ingredientes favoritos- y ajo. Lo cierra otro corte, este cuadrado, de turrón de lima. Todo encaja y todo tiene sentido.

El primer bocado del menú, el corte de cebolla caramelizada
El helado de espárrago blanco y guisantes nos recuerda, como los naranjos en flor, que es primavera. La ensalada César se ha reinterpretado en diversas ocasiones. La versión de Sevilla, con una muselina de anchoas, con cogollos frescos, limón encurtido en la casa (un año ha estado, con sal y azúcar) y polvo helado de la propia lechuga, es un interesante juego de los sabores que identificamos.
Le sigue el atún rojo de la almadraba con sofrito de tomate, piñones y la salsa del tomate ligada con las cabezas de la merluza, un toque de vino y mozzarella. La acompaña un pan de cristal con obulato, al estilo de Disfrutar. De apariencia mucho más simple, un delicioso buñuelo tradicional relleno de quisquillas y acelgas. Al igual que la cebolla, el espárrago o las acelgas son ingredientes fundamentales en la cocina de Sevilla.
Los productos
Esta cocinera trabaja productos que quisiéramos ver más a menudo, como el conejo
Esta cocinera trabaja productos que quisiéramos ver más en las cocinas: el ravioli de conejo de bosque con hierbas y algas es un acierto. Hay ostras, pero no llegan de Francia sino del puerto de Valencia. Es la ostra perla, que reboza y fríe para combinarla con una salsa de callos en el segundo mar y montaña.
También cocina la anguila, primero a baja temperatura y la termina con un golpe de brasas y una holandesa de estragón, con ciruelas japonesas, blanquet y un fumet de las espinas de la cabeza del pescado. Si como primera carne ha elegido el conejo, como segunda llegan unas delicadas mollejas de vaca con tupinambo. Un paréntesis para el cremoso de queso de Catí que sirve la propia cocinera en otro espacio del restaurante al que los comensales se desplazan e interactúan con ella. Aún en la transición entre el salado y el dulce, una interesante berenjena con tomillo, para acabar con el turrón de lima.
Arrels Restaurant
ٱ鷡ѱC/ del Castell, 18, 46500 Sagunt, Valencia
606 75 40 76
En las copas, el brut nature de Les Margannes; el Vidonia V.P. del 2022, el Gravner 2015 de la Toscana y Casa Castillo Las Gravas. El sumiller Yelko Suárez ama su oficio y atiende la sala con el mismo acierto que sus compañeros David Muñoz y Angel Gomis. En la cocina, con Vicky Sevilla, Paul Rojas, Rita Arrieta, Johao Chávez, Andrea Griñán, Diana Vargas, Claudia Blajan y Ana Campos.