Walter Riso, eminencia mundial de la psicología y las 3 caras de la felicidad: “Es una vida con significado”
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“Cuando esas tres cosas están juntas —la vida espiritual, la autorrealización y el no tener miedo al placer— estás cerca de una vida relativamente estable”, asegura Walter Riso.

Walter Riso, en una imagen promocional

¿Qué es la felicidad? Esta pregunta, que ha acompañado al ser humano desde sus inicios, sigue resonando en la actualidad con fuerza. Para el psicólogo Walter Riso, referente internacional en terapia cognitiva y autor de numerosos libros sobre bienestar emocional, la respuesta no es sencilla. “No creo mucho en la felicidad, creo más en la alegría”, afirma con claridad. Sin embargo, a pesar de su escepticismo hacia el concepto de felicidad absoluta, sí defiende que existen caminos para alcanzar una vida más plena.
Desde su experiencia y su formación en psicología positiva —inspirada en el trabajo de Martin Seligman—, Riso identifica tres pilares fundamentales que conforman lo más parecido a la felicidad: el placer, la autorrealización y la espiritualidad.
1. El placer sin culpa
Inspirado por el pensamiento de Epicuro, Riso sostiene que una parte de la felicidad reside en aprender a disfrutar del presente. No se trata de acumular lujos, sino de reconectar con lo sencillo: una conversación, una comida que gusta, una caminata sin prisas. “El hedonismo es la capacidad de sentir placer, de disfrutar de las cosas que tú haces, de la vida sencilla”, explica. Para él, el secreto está en no tener miedo al placer ni sentirse culpable por experimentarlo.

Esta cara de la felicidad se centra en el “aquí y ahora”, en la gratitud y en el goce de lo cotidiano. Y, como señalan numerosos estudios en psicología contemporánea, cultivar estos momentos puede marcar una gran diferencia en nuestro bienestar emocional.
2. La autorrealización como vocación
Más allá del disfrute inmediato, Walter Riso recuerda que la verdadera satisfacción suele venir de procesos más largos y profundos. “La felicidad que otorga la virtud”, como la llamaba óٱ, se transforma en lo que él describe como “la posibilidad de desarrollar esas habilidades que tienes en la vocación”.

Es decir, esa felicidad que surge de dedicar tu energía a aquello que realmente te importa y te conecta contigo mismo. Esta vía requiere conocerse, identificar las propias fortalezas y avanzar, paso a paso, en el desarrollo personal. Riso la define como “la satisfacción a largo plazo”, un tipo de bienestar duradero que solo aparece cuando uno está en coherencia con sus propios valores y metas.
3. La espiritualidad y el sentido vital
El tercer elemento que completa esta visión es el sentido. “El tercer elemento es una vida con significado”, señala el psicólogo. Para Riso, esta dimensión va más allá de la autorrealización. Está ligada a lo trascendente, a lo que da dirección a nuestra existencia. No tiene por qué ser necesariamente religioso. Puede tratarse de una causa, una entrega, una pasión.
“La espiritualidad es como la búsqueda de lo sagrado”, reflexiona. Ese “algo más” que muchas personas necesitan para sentirse completas. Un propósito que da sentido a las acciones diarias y que nos conecta con algo superior a nosotros mismos, ya sea una comunidad, una filosofía o una visión de vida.

El equilibrio de los tres pilares. Walter Riso no promete recetas mágicas. De hecho, es claro al afirmar que “no hay alegría eterna”. Pero sí defiende que, al integrar estos tres elementos —placer, crecimiento personal y sentido— podemos acercarnos a una vida más estable y satisfactoria. “Cuando esas tres cosas están juntas estás cerca de lo que podríamos llamar una vida relativamente estable”, concluye.
Así, su mensaje no busca alimentar una fantasía de felicidad permanente, sino ofrecer herramientas reales para construir una vida con significado, disfrute y autenticidad.