Ana Ibáñez, neurocientífica: “Saber cuándo y cómo desconectar es una habilidad que marca la diferencia en tu bienestar y en tu rendimiento a largo plazo”
MENTE
La experta habla sobre el poder de desconectar que tiene nuestra mente y de sus múltiples beneficios
Ana Ibáñez, neurocientífica
Vivimos en una sociedad acelerada, hiperestimulada, adicta a las notificaciones. La conexión constante con el exterior ha generado una desconexión creciente con nosotros mismos. La mente no descansa, el sueño se fragmenta, la ansiedad se normaliza y el sistema nervioso permanece en un estado de alerta casi crónico. El precio de estar siempre “en línea” es mucho más alto de lo que imaginamos.
La neurocientífica Ana Ibáñez ha realizado una intervención en el podcast de Pepe García El Estoico, en la que ha ofrecido los mejores consejos que nos ayudarán a recargar nuestra energía mental.
“Es fundamental que nuestro cerebro tenga momentos de desconexión”
Entrena tu mente para parar. No todo en el día debe ser productividad; permite momentos donde el único objetivo sea descansar: “Es fundamental que nuestro cerebro tenga momentos de desconexión”, empieza diciendo.
Crea espacios libres de exigencia:. Haz actividades que no busquen un resultado y aprende a disfrutarlas sin culpa: “Desconexión real para el cerebro es hacer cosas que no tengan un objetivo definido”, comenta Ana Ibáñez.
Normaliza la pausa. Incluir pequeños ratos de desconexión diaria fortalece tu resiliencia mental y te prepara mejor para los retos.
Da valor a lo improductivo. Cuando bajas el ritmo de forma consciente, le enseñas a tu cerebro que también merece ser cuidado: “Ser improductivo es una sensación incómoda en este siglo XXI. Estos momentos de desconexión son placeres culpables. Para tu cerebro lo que es de vital importancia es que introduzcas en el día, por lo menos, 20 minutos de un placer culpable. Vas a tener la sensación de perder el tiempo. Eso es la diferencia entre que nuestro cerebro piense que no lo escuchamos o que interiorice que le estamos dejando descansar”, termina diciendo la experta.
ڱ澱ó. Desconectar no significa huir. Significa reconectar con lo esencial: el silencio, el cuerpo, la respiración, las pequeñas cosas que se pierden en medio del ruido digital. Significa recordar que no somos solo productividad, que no todo tiene que ser visible o compartido, que descansar también es construir.