Ingrid García Jonsson se convierte en una asesina a sueldo sin piedad en Una ballena , la nueva película de Pablo Hernando, que pasó por el Festival de Sitges y que hoy llega a la cartelera española. El filme, que navega entre el cine de acción y el fantástico, se estructura a través de un grupo de delincuentes portuarios, viejos rencores, una ballena varada en la playa, extraños monstruos y un líquido cuyas propiedades atraen a los poderosos.
“Los puertos son fronteras por donde transitan mercancías no siempre materiales, también humanas, y eso me atrajo porque se presta mucho al género negro, aunque tengo que reconocer que también escogí el escenario de la película porque me apetecía mucho rodar en el puerto de Bilbao”, explica Hernando en una entrevista con bet365 a su paso por Sitges.
‘Una ballena’ muestra el puerto “con sus bares turbios, sus callejones y sus descampados tras una fábrica en ruinas”
Además, le apetecía contar la historia de una asesina a sueldo, pero “en una de las revisiones del guion, no recuerdo qué número, quisimos ampliar la trama e incidir en el entorno, relatar algo más de esas mercancías, qué son, de dónde vienen y qué uso se les da”.
“Lo hicimos a través del personaje de Ramón Barea, que nos dio la oportunidad de mostrar otras localizaciones y de enseñar el puerto con sus bares turbios, sus callejones y sus descampados ubicados tras una fábrica en ruinas”, añade el realizador.
Para Hernando, “este tipo de ambientes entroncan con la idea de los vestigios de una industria que ya no existe, la del pasado ballenero del País Vasco, y también con la actividad sucia y pesada que provoca el expolio del mar, lo que conecta con la naturaleza del personaje de Ingrid García Jonsson como asesina a sueldo”.
El ballenero ya es solo pasado en el País Vasco porque en el Cantábrico quedan pocas ballenas, aunque “todos los años aparece alguna varada en la playa”. Como la que muestra la película, que “se ha recreado en parte con una porción física y el resto del cuerpo de forma digital”.
Todos esos elementos sirven a Hernando para dibujar a esa asesina a sueldo carente de sentimientos, aunque el personaje “no está basado en nadie en concreto ni he pretendido que fuera realista. Me imagino que en el mundo real es todo mucho menos romántico y menos interesante”, concluye el director.