¿Por qué Manuel de Pedrolo (1918-1990) casi renegaba de su obra más popular, el ? Según la escritora y filóloga Núria Perpinyà (Lleida, 1961), más allá de la voluntad de ser reconocido por el resto de sus libros para adultos –igual que Josep Vallverdú o Hans Christian Andersen, de hecho–, porque creía que el foco en esa obra hacía menospreciar el resto, es posible que no se sintiera totalmente su autor. Perpinyà plantea una hipótesis rompedora: Pedrolo se inspiró directamente en la novela de M.P. de Ladebat El pueblo olvidado (Molino, 1966), como explica en un artículo publicado en la revista literaria Els Marges.
Manuel de Pedrolo ha sido uno de los escritores más prolíficos de la literatura catalana, sino lo que más, sin embargo, a su pesar, es sobre todo conocido como autor del Mecanoscrit del segon origen, una novela apocalíptica publicada hace más de cincuenta años de la cual se han vendido más de un millón de ejemplares, y traducida a una decena de lenguas y que ha sido adaptada a la radio, a la televisión, al cine y al cómic.
El artículo, de carácter académico, inserta la novela de Pedrolo, y eso también es una novedad, en el corpus de obras derivadas de Robinson Crusoe de Daniel Defoe, hecho que le hace preguntarse si las similitudes entre las ambas obras pueden deberse tan solo a su aspecto robinsoniano, de modo que serían más bien hermanas, aunque la autora no extrae ninguna conclusión cerrada.
Es difícil que alguien más que Perpinyà hubiera podido llegado a esa conclusión, puesto que la novela de Ladebat no tuvo una gran repercusión, pero en cambio para ella sí fue muy importante: “Es mi libro preferido de la infancia y de la adolescencia. Yo debía tener unos doce años cuando lo leí por primera vez, lo debo haber releído mil veces y quizá incluso me he dedicado a la literatura gracias a este libro”. La enamoró la historia de Frank y Lydia, dos chicos que sobreviven a un accidente aéreo en una zona perdida en medio de los Alpes, durante dos años, y rehacen a la civilización. “ Cuando más mayorcita, hacia los 18 o 20 años, leí el Mecanoscrit... lo primero que pensé es que era el mismo libro, de otra manera. Hasta ahora no me había podido dedicar a descubrir si realmente había similitud entre los dos libros”.
La estudiosa inscribe el libro entre los descendientes de ‘Robinson Crusoe’
En su artículo “ Uns Robinsons desconeguts com a possible origen del ”, la escritora señala algunos de los elementos comunes exclusivos que solo aparecen en estas dos obras de entre las otras novelas robinsonianas –como un par de libros de Jules Verne, El lago azul de Vere Stacpoole o El señor de las moscas de William Golding, además del original de Defoe–, empezando por el hecho de que sean una pareja de chico y chica: en el caso de Pedrolo son una chica blanca, Alba, y un niño negro, Dídac; en el libro de Ladebat, ella es francesa y él alemán, hecho que subraya también el hecho multicultural: la novela original, Le village aux yeux fermés, se publicó en Francia en 1962, así que cuando la escribió debió tener muy presente la Segunda Guerra Mundial.
Para Perpinyà, ambos libros retratan de forma parecida los pueblos destruidos: “La desolación es similar [...] El campanario se mantiene intacto a pesar de la iglesia en escombros [...] La sensación de soledad y desamparo”, escribe, es comparable. Además, a diferencia de la mayor parte de los robinsones, que empiezan con un naufragio, aquí casi toda la acción pasa tierra adentro. Otros elementos análogos y exclusivos serían la importancia que tienen los libros como fuente de conocimiento para la supervivencia –“y para rehacer a la civilización”, dice Perpinyà–, el inicio del libro con un resplandor en el cielo –el ataque extraterrestre en el caso de Pedrolo, el accidente aéreo en Ladebat– e incluso la aparición de un bebé: en un caso al principio con un bebé chino –la multiculturalidad reforzada– rescatado entre los restos del avión; en el Mecanoscrit..., el hijo de Alba y Dídac, que aparece como colofón. De algún modo, en su artículo Perpinyà hace que incluso estas maternidades, una más sentimental y la otra más épica, dialoguen.
Un libro desconocido lleno de sorpresas
Cuando se puso manos a la obra, lo primero que sorprendió a Núria Perpinyà fue la autoría de El pueblo olviado, medio escondida tras unas iniciales y un apellido: Monique Peyrouton de Ladebat. “El primer descubrimiento fue que mi libro favorito es de una escritora, cosa que demuestra la invisibilidad de las mujeres de escritoras”.
¿Pero por qué la autora oculta también el apellido? “Porque es la hija de Marcel Peyrouton, exgobernador general de Argelia, encarcelado por fascista y antisemita”. Debido a las circunstancias, Marcel Peyrouton fue encadenando breves altos cargos –residente general en Túnez y en Marruecos– y fue ministro del Interior del Gobierno francés de Vichy durante cinco meses, de septiembre de 1940 en febrero de 1941, cuando lo nombran embajador en Argentina durante poco más de un año, de donde vuelve para ser gobernador de Argelia, sí, pero dura poco más de cuatro meses, pues lo denuncian por antisemita y lo detienen en diciembre de 1943: estará en prisión preventiva hasta 1948, cuando lo absuelven.
“Toda Francia debía saber quién había sido su padre, y más en los años de la guerra de Argelia, aunque a nosotros su nombre no nos diga nada. Pero además, la hija no tiene ninguna culpa de los pecados del padre. Pasados los años, me parece como una broma ideológica, porque aquí el libro de Ladebat tendrá un traductor y un ilustrador que seguro que por lo menos eran comunistas”.
Ahora bien, ¿sirve todo eso para asegurar que Pedrolo tomó el libro de Ladebat como referente directo para su Mecanoscrit...? Aunque no tenga pruebas concluyentes, Perpinyà lo tiene claro: “Estoy convencida al 90%, hay muchas piezas que encajan en este rompecabezas, y para mí la definitiva es la cuestión del traductor: porque estoy casi segura, al 90%, que la tradujo él”.
El traductor es otro de los misterios. En el libro de Ladebat que ella conserva, y también en los archivos de la editorial Molino, que Perpinyà ha consultado, consta un tal Luis Álvarez del Vayo. ¿Les suena el apellido? Efectivamente, Julio Álvarez del Vayo fue ministro de Negrín durante la Guerra Civil. “Es evidente que es un seudónimo, porque es el nombre de un dirigente socialista, hermano del ministro. Entonces tendría unos 78 años y solo sale referenciado como traductor de otro libro sobre el movimiento ecuménico. ¿Quién podía haberlo usado? Solo alguien muy de izquierdas, y no sabemos si fue Pedrolo, pero es posible, porque sabemos que tradujo mucho, también al castellano, y que utilizó seudónimos. Además, comparando original y traducción se ve que el traductor tiene bastante confianza como para enmendarle la plana con cambios, como sacar adverbios y hacer las frases más cortas”, asegura Perpinyà, que recuerda que, además, Pedrolo era aficionado a “reescribir y rehacer textos que no eran suyos, como un collage”.

Núria Perpinyà con el 'Mecanoscrit del segon origen' de Manuel de Pedrolo y 'El pueblo olvidado', de M.P. de Ladebat
La obra de M.P. de Ladebat se publicó en francés en 1962, y en 1966 llega aquí con un traductor misterioso que apunta a Pedrolo
La conclusión, para la escritora, es que si existe un traductor con seudónimo de izquierdas, y años más tarde un escritor muy de izquierdas que encima es traductor y publica un libro con muchas semejanzas, y a pesar del gran éxito que tiene el libro no se acaba de sentir orgulloso... las piezas encajan: “Pedrolo mejoró la obra y la modernizó, y ahora hacemos justicia a Ladebat, que ya le toca”.