Son las 5.00 h de la madrugada. Suena el despertador. La comunidad musulmana se levanta para aprovechar las últimas horas de oscuridad para hacer la primera ingesta del día, el Suhoor . Conviene que sea una comida rica en nutrientes y mucho líquido porque ya no podrán ni comer ni beber nada hasta que se ponga el sol. Cuando amanezca recibirán el nuevo día con el Fajr , la oración del alba. Será la primera vez que se coloquen en el suelo, siempre sobre una alfombra o prenda similar, para rezar orientados hacia La Meca, una práctica que realizan cinco veces al día.
Así es el Ramadán, la festividad que recuerda la primera revelación de El Corán a Mahoma y que practican todos los musulmanes sanos que hayan pasado la pubertad. Un periodo de recogimiento y purificación espiritual sustentado en el rezo y el ayuno que siempre coincide con el noveno mes del calendario lunar, el que rige el Islam. Este 2021 comenzó el 13 de abril y finalizará el 12 de mayo. Entre esos 1.600 millones de musulmanes que hay en el mundo, hay miles de deportistas que afrontan este periodo adaptando sus creencias a su día a día como deportistas de élite. Detrás tienen a un equipo de asesores en nutrición que les acompañan y asesoran.
Hasta que se pone el sol
Cumplen con el ayuno, considerado como un método de purificación con el que logran ser más fuertes
En Barcelona es habitual ver al blaugrana Ilaix Moriba rezando antes de entrar en el campo a jugar. “Reza por todo. Por la familia, por la salud y sí, ahora también para ganar la Liga”, cuenta su padre, Mamady Moriba. El bosnio Miralem Pjanic, hijo de padres musulmanes , también practica el Ramadán adaptándose a su condición de futbolista de élite. “Miralem cumple siempre con las pautas de nutrición de los clubs donde juega para mantenerse en forma”, cuentan desde su entorno. Ousmane Dembélé es el tercer futbolista musulmán de la plantilla de Ronald Koeman que aprovecha este mes para reflexionar y leer El Corán. Los servicios médicos del FC Barcelona, en colaboración con la nutricionista Toña Lizárraga y el chef Adrián Ponce, han elaborado una serie de rutinas mínimas diarias para los tres jugadores con el fin de que puedan cumplir con los preceptos de su religión pero sin limitar su condición física.