El Papa Francisco descansa ya en la Basílica de Santa María la Mayor, donde están inhumados otros siete papas, después de que su féretro haya sido enterrado, como era su deseo, en este templo romano, según ha informado la Santa Sede y recoge Vatican News. El cortejo fúnebre con los restos del Pontífice llegó al templo alrededor de las 13 h tras la misa exequial celebrada en el Vaticano este sábado 26 de abril.
Cerca de 400.000 personas despidieron al Papa en el Vaticano y por las calles de Roma, según avanzó tanto el Vaticano como el Ejecutivo de Georgia Meloni.

Decenas de miles de personas esperaban el inicio de la misa funeral del Papa Francisco en la Plaza de San Pedro
“Entre los presentes en la Plaza de San Pedro y los que se encuentran a lo largo del recorrido, estimamos no menos de 400.000 personas”, aseguró el ministro del Interior italiano, Matteo Piantedosi, a la cadena Tg5.
Por su parte, la Santa Sede precisó que, a lo largo del recorrido por toda la ciudad -desde el Vaticano hasta la Basílica de Santa María la Mayor, donde ha sido enterrado-, las autoridades competentes calcularon que unas 150.000 personas estuvieron presentes en el último adiós al Papa. Además, añadieron que más de 250.000 personas acudieron a la Plaza de San Pedro y las áreas adyacentes para asistir al funeral.

Personas congregadas en la calle cerca del Coliseo mientras el féretro del papa Francisco es trasladado desde la Basílica de San Pedro a la Basílica de Santa María la Mayor
Presidentes, miembros de la realeza y una multitud de fieles despidieron al papa Francisco en una solemne ceremonia fúnebre, donde un cardenal afirmó que el legado del pontífice de cuidar a los migrantes, los oprimidos y el medio ambiente no debe morir con él.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que se había enfrentado al Papa por esos temas, se sentó con las filas de dignatarios extranjeros a un lado del ataúd de Francisco en la enorme plaza de San Pedro. Al otro lado se sentaron los cardenales que deben decidir si debe continuar con su impulso por una Iglesia más abierta o ceder ante los conservadores que quieren volver a un papado más tradicional.
“Rico en calidez humana y profundamente sensible a los desafíos actuales, el papa Francisco compartió verdaderamente las ansiedades, los sufrimientos y las esperanzas de este tiempo”, dijo el cardenal italiano Giovanni Battista Re, quien presidió la misa funeral. La multitud, que abarrotaba la plaza y las calles de los alrededores, rompió en aplausos cuando Re habló del apoyo de Francisco a los inmigrantes, sus constantes llamamientos a la paz, la necesidad de negociar para poner fin a las guerras y la importancia de abordar el cambio climático.
Volvieron a aplaudir con fuerza al final de la misa, cuando los portadores levantaron el ataúd y lo inclinaron ligeramente para que más gente pudiera verlo.

Miles de personas durante el funeral del Papa, en la plaza de San Pedro
Las vistas aéreas del Vaticano durante el funeral mostraban un mosaico de colores: el negro de las vestimentas de los líderes internacionales, el rojo de las vestiduras de unos 250 cardenales, el morado de algunos de los 400 obispos y el blanco de los 4.000 sacerdotes asistentes.
Después del funeral, mientras las grandes campanas de la Basílica de San Pedro doblaban en señal de luto, el ataúd fue colocado en un papamóvil descubierto y conducido a través del corazón de Roma hasta la Basílica de Santa María la Mayor.

Vista del ataúd del papa Francisco durante su funeral en la Plaza de San Pedro
Francisco, que evitó gran parte de la pompa y el privilegio durante su papado de 12 años, había pedido ser enterrado allí en lugar de en la cripta de San Pedro, que es el lugar de descanso tradicional para los papas.
El papamóvil salió del Vaticano por una entrada lateral a pocos metros de la casa de huéspedes Santa Marta, donde Francisco había elegido vivir, en lugar de los ornamentados apartamentos renacentistas del palacio papal.

Momento en el cortejo fúnebre con los restos del papa Francisco pasa junto al Coliseo
Unas 150.000 personas, según las estimaciones de la policía, recorrieron los 5,5 kilómetros de la ruta hacia Santa María la Mayor.
Algunos agitaban pancartas y otros arrojaban flores hacia el féretro. Gritaron “viva el papa” y “adiós, Francisco” mientras la procesión recorría los monumentos antiguos de Roma, incluido el Coliseo.

Trump habla con Zelenski y Von der Leyen antes de la misa por el papa Francisco
El funeral brindó a Trump la oportunidad de reunirse con el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, en un momento en el que Trump está presionando para lograr un acuerdo que ponga fin a la guerra en Ucrania.
En una fotografía del encuentro difundida por la oficina de Zelenski, los dos hombres aparecen sentados en sillas de respaldo rojo e inclinados el uno hacia el otro en una conversación.

Jóvenes, en el funeral del Papa
Un responsable de la Casa Blanca dijo que tuvieron una “discusión muy productiva”. Entre los demás jefes de Estado que asistieron al funeral se encontraba el presidente de Argentina, Javier Milei, además de los mandatarios de Alemania, Filipinas, Francia, Gabón y Polonia, así como los primeros ministros de Reino Unido y Nueva Zelanda y numerosos miembros de la realeza, incluidos los reyes de España.
La muerte de Francisco dio paso a un periodo de transición meticulosamente planificado, marcado por rituales ancestrales, pompa y luto. En los últimos tres días, unas 250.000 personas han pasado junto a su cuerpo, depositado ante el altar de la cavernosa basílica.

Cientos de fieles esperaban en las inmediaciones de la basílica de Santa María la Mayor, donde ha sido enterrado el Papa
En el funeral, los coros entonaron himnos en latín y las oraciones se recitaron en varios idiomas, como italiano, español, chino, portugués y árabe, reflejando el alcance mundial de la Iglesia católica romana, que cuenta con 1.400 millones de miembros.
Los fieles se apresuraron a llegar al Vaticano desde primera hora, mientras que muchos acamparon para intentar asegurarse un sitio en primera fila.
“Cuando llegué a la plaza, se me saltaron las lágrimas de tristeza y también de alegría. Creo que realmente me he dado cuenta de que el papa Francisco nos ha dejado y, al mismo tiempo, hay alegría por todo lo que ha hecho por la Iglesia”, dijo una peregrina francesa, Aurélie André.
En contraste con la ceremonia fúnebre, que presenciaron líderes de todo el mundo y decenas de miles de fieles, el entierro -una ceremonia privada- contó con la presencia de cardenales y obispos, acompañados de los portadores del féretro y algunos religiosos.
Antes de entrar al templo, un grupo de unas 40 personas -compuesto por pobres, presos, transexuales, sin techo y migrantes- esperaba el ataúd en la escalinata de acceso a la Basílica Papal de Santa María La Mayor. Cada uno llevaba una rosa blanca en la mano.
A su entrada en la Basílica, se colocó la cabeza de Francisco en dirección a la imagen de la Virgen como señal de respeto. Además, unos niños llevaron al altar de la capilla cestas con flores blancas.
El entierro estuvo presidido por el camarlengo, Kevin Farrell, y a la inhumación solo asistieron familiares y su círculo más cercano, además del grupo elegido por el Pontífice.
Francisco ya manifestó su deseo de ser enterrado en la Basílica Santa María Mayor y no en el Vaticano, tal y como avanzó en diciembre del 2023, en una entrevista a N+ de México, en la que aseguró que ya estaba “preparado” el lugar donde sería enterrado, cuando falleciera, en la Basílica Santa María Mayor de Roma, es decir, fuera del Vaticano.
“Como siempre le prometí a la Virgen, ya está preparado el lugar. Quiero ser enterrado en Santa María Mayor”, precisó. De este modo, Francisco es el primer pontífice en 120 años que no descansa en el Vaticano, que se encuentra a seis kilómetros.

Una imagen proporcionada por los medios de comunicación del Vaticano muestra al cardenal Giovanni Battista bendiciendo el féretro durante la ceremonia fúnebre del Papa
Sobre los motivos por los que quería ser enterrado en esta basílica mariana, una de las cuatro basílicas mayores de Roma, el Pontífice explicó que es por su “gran devoción”. “Sí, porque es mi gran devoción, mi gran devoción. Y antes, ya cuando venía, siempre iba ahí el domingo en la mañana que estaba en Roma, me iba un rato allí. Hay una ligazón muy grande”, destacó.
De hecho, al día siguiente de ser elegido, el Papa Francisco se dirigió a esta basílica a rezar, a primera hora de la mañana y también ha acudido allí a meditar antes y después de cada viaje apostólico.
La Basílica Papal de Santa María la Mayor, que domina la ciudad de Roma desde hace 16 siglos, situada en la cima del monte Esquilino, es una de las cuatro basílicas papales de Roma.
Según la web del templo, la tradición cuenta que la Virgen, pareciéndose en sueños al patricio Juan y al Papa Liberio, pidió la construcción de una iglesia en su honor, en un lugar que indicaría milagrosamente. El 5 de agosto de cada año se conmemora el Milagro de la Nieve mediante una celebración solemne y durante la liturgia una cascada de pétalos blancos desciende del techo.

El féretro del Papa ha recorrido las calles de Roma en dirección a la Basílica de Santa María la Mayor, donde ha sido enterrado
En la Basílica están enterrados siete Papas y el templo alberga el icono mariano más importante, la Salus Populi Romani, y reliquias como la Sagrada Cuna, el pesebre del niño Jesús, y los restos de San Matías y San Jerónimo. También se encuentra allí la tumba de Bernini.
Sobre el féretro del Papa Francisco se imprimieron los sellos del Cardenal Camarlengo de la Santa Iglesia Romana, Kevin Joseph Farrell, de la Prefectura de la Casa Pontificia, de la Oficina de las Celebraciones Litúrgicas del Romano Pontífice y del Capítulo Liberiano. A continuación, se colocó el féretro en el sepulcro y se roció con agua bendita, en una ceremonia privada.
Finalmente, el notario del Capítulo Liberiano redactó el acta auténtica que certifica el entierro y se lee a los presentes, para ser firmada por el cardenal camarlengo, el regente de la Casa Pontificia, Leonardo Sapienza, el maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias, Diego Ravelli y el notario.
Nueve días de luto
El Vaticano ha decretado nueve días consecutivos de luto por la muerte del papa Francisco a partir de este sábado, periodo durante el cual se celebrarán misas solemnes en la Basílica de San Pedro hasta el 4 de mayo.
La Santa Sede ha indicado que los eventos tendrán lugar después de que este sábado se haya celebrado la misa funeral del Pontífice. Este domingo a las 10.30 h el secretario de Estado, Pietro Parolin, presidirá una concelebración en la escalinata de la Basílica, que contará con la presencia de empleados y fieles.
El lunes, a las 17 h, el vicario general para la Diócesis de Roma, Baldassare Reina, encabezará una misa en la Iglesia de Roma, mientras que el martes a la misma hora el arcipreste de la Basílica Papal de San Pedro, Mauro Gambetti, dirigirá una ceremonia en la que participará el Capítulo de las Basílicas Papales.
El miércoles el vicedecano del Colegio Cardenalicio, Leonardo Sandri, presidirá una misa en la Capilla Papal, y el jueves el camarlengo, Kevin Joseph Farrell, dirigirá otra junto a la Curia. El viernes, el prefecto del Dicasterio para las Iglesias Orientales, Claudio Gugerotti, encabezará una nueva ceremonia; y el sábado, el cardenal Ángel Fernández Artime, presidirá otra junto a los miembros de los Institutos de la Vida Consagrada y de las Sociedades de Vida Apostólica.
La última misa del periodo de luto tendrá lugar el domingo, 4 de mayo, a las 17 h, y estará dirigida por el cardenal Dominique Mamberti, en la Capilla Papal, según reza un comunicado publicado por la Santa Sede.
Tras este periodo, se podrá convocar el cónclave de cardenales para elegir al sucesor de Francisco, en un plazo que no podrá superar los 20 días desde su muerte.