Diezmado, el equipo revelación de la última temporada empezó el curso 24-25 de la misma forma que lo hizo la campaña pasada: con un empate a domicilio. Entonces fue en San Sebastián y esta vez en el Benito Villamarín, un escenario nada propicio para el Girona, cuya única victoria en Heliópolis se remonta al año 2010, en Segunda (0-1). Desde entonces ya son siete visitas sin triunfo.
Las tablas en el primer partido oficial dio por finalizada una pretemporada difícil para los de Míchel, que solo habían ganado uno de siete amistosos, se han quedado sin piezas indispensables como Yan Couto, Aleix García, Savinho y Dovbyk y hasta han sufrido un brote de salmonelosis que hizo reaparecer las mascarillas en el viaje a Sevilla para evitar contagios. Tsygankov, otro de los fijos, ya no pudo volar con el grupo.
De Anoeta al Villamarín
El equipo revelación de la última temporada empezó el curso 24-25 de la misma forma que la campaña pasada: con un empate a domicilio
Ese mal fario tuvo continuidad en el primer córner que les lanzaban en el campeonato, cuando se cumplía el minuto 6, encajaban un gol a pelota parada. Fekir puso el centro y Marc Bartra cabeceó tras adelantarse a Abel Ruiz. Un gol especial para el central de Sant Jaume dels Domenys (33) después de pasarse casi un año en blanco tras romperse el tendón de Aquiles. Un tanto que hizo que el Girona fuese a remolque desde muy pronto.