Con más emoción de lo esperado, Marc Márquez se ha impuesto en la carrera dominical del GP de Tailandia como ha querido y cuando ha querido. No arrasó como en la Sprint del sábado, sino que esta vez tuvo que recurrir a su inteligencia para gestionar el neumático delantero cediendo el liderato a su hermano durante 16 vueltas.
El motivo era subir la presión del neumático para evitar una sanción que le arruinase el triunfo. Cuando le vino bien, dejó atrás a Àlex y se lanzó a por la victoria que le catapulta al liderato del Mundial, de nuevo en su mano 93 GP después, 1.932 días de la última vez, en Valencia 2019.