El Barcelona sigue interpretando el juego que quiere que se realice su entrenador. Y aunque continúan siendo muy superiores al resto, es importante si quieren ganar la Champions tratar de aprender incluso de los grandes partidos disputados. Ayer queriendo ofrecer lo mejor de su fútbol, cierta confusión les llevó a hacer al Dortmund más peligroso de lo que era. En el fútbol se dan ciertas paradojas y lo que muchos consideran que es una prioridad luego resulta que es otra. Por ejemplo, hay aficionados que creen que la clave del buen arte de defender reside en la intensidad y agresividad. Pero hay un valor más importante, que reside en algo tan antagónico a los dos conceptos nombrados, como es la serenidad. El valor más importante para defender es el orden y este solo nace de cierta serenidad que en ningún caso quiere decir relajación.
Lo mismo sucede con lo que un aficionado podría pensar que es lo fundamental para ganar un encuentro. Se cree que el valor que te conduce a la victoria es la iniciativa. Y es cierto que en determinadas acciones así mostrarás tu superioridad. Pero el valor para convertirte en un campeón, es tener el control de la situación, otra actitud que se sostiene en la serenidad. Durante una fase avanzada de la primera mitad y animado por su buen juego, el Barça cayó en la tentación de querer ir a por el gol lo más rápido posible. Cada vez que robaban la pelota en su propio campo, salían como balas hacia la portería rival. Y esa actitud fue lo que hizo que los alemanes mostraran un imagen que quizás por si solos no hubieran sido capaces de mostrar. Cuando el Barcelona salía como un poseso hacia el área rival, muchos jugadores azulgrana quedaban a excesiva distancia de sus compañeros. La línea de defensa a una altura, los centrocampistas muy lejos y los delanteros en el más allá. Unas distancias que jamás te permitirán poder ejercer la presión adecuadamente, cuando esa era la actitud que asfixiaba a los alemanes.
Fermín me tiene robado el corazón y le veo actitudes de una madurez personal importante
Fermín me tiene robado el corazón y le veo actitudes de una madurez personal importante. Ayer que recuperaba la titularidad tuvo un gesto que admiro. Sobre el minuto 10 Raphinha ganó la banda. Fermín llegaba al área como punta más avanzado y en una posición inmejorable. Un gol ayer le podía dar muchas cosas. Pues prefirió hacer un movimiento hacia los dos centrales y arrastrarlos, para conseguir un aclarado para Lewandosky. Acciones que muy pocos ven y por lo tanto muy pocos valoran, pero tengo claro que Flick sí que lo observa. Actitudes que construyen equipos.