Pasan las semanas, y el proyecto de la Ryder Cup en Camiral Golf & Wellness, el resort de golf situado en Girona, que parecía prácticamente atado, no se acaba de concretar. Está todo acordado, pero falta un último paso, que la Generalitat de Catalunya firme el contrato, un apoyo al que su presidente, Salvador Illa, se había comprometido mediante una carta firmada. David Plana Viladomat (Fonteta, 1971) es el consejero delegado de Camiral, vinculado en primera persona a todas las negociaciones, y aunque el tiempo se está agotando –a final de año se podría esfumar el sueño–, sigue confiando en la palabra del president.
La gente está muy ilusionada con acoger una Ryder en casa.
El proyecto no está firmado, pero el camino ya está marcado. Tanto el Gobierno de 貹ñ, a través del Consejo Superior de Deportes (CSD), como la Federación Española de Golf (RFEG), han aprobado las medidas necesarias para garantizar un evento de esta envergadura.
¿Qué medidas?
Son muchos aspectos en los que no piensas a la hora de organizar algo como una Ryder Cup, pero requieren la firma de muchos ministerios. La declaración de interés nacional, temas de aduanas, de inmigración, transportes, policía y muchas cosas más. Todo esto ya lo tenemos y también el apoyo económico para la promoción del deporte y las competiciones de golf durante dos años. Llevamos meses negociando y viendo que es posible hacerlo.
Entonces, ¿qué falta para que se haga realidad?
Pues el acuerdo final entre las administraciones catalanas: la Generalitat, Barcelona y la Diputación de Girona.
Las comparaciones
“La Copa del América no ha tenido el retorno esperado y esto afecta al apoyo a la Ryder Cup”
¿Por qué no cristaliza?
Íbamos por el camino correcto después de un recorrido muy largo pero la Copa del América no ha tenido el retorno esperado en Barcelona, y eso provoca que de cierta manera se traslade y afecte al apoyo a la Ryder Cup, a pesar de que son dos cosas muy distintas.
¿Tanto afecta la Copa del América?
El acuerdo que tendría que haber entre las instituciones catalanas no está llegando y, hablando claro, en parte es porque Barcelona está en la resaca de lo que ha sido la Copa del América, y eso nos está perjudicando muchísimo.
¿Cómo explicaría la diferencias entre una Copa del América y una Ryder Cup?
En una Ryder Cup, la promoción a nivel mundial dura diez años, pero lo más importante es el legado que dejaría para Catalunya un acontecimiento de esta dimensión. Todos los golfistas del mundo querrían venir a jugar aquí. El mejor ejemplo lo tenemos en Valderrama, que más de 20 años después de celebrarla se sigue beneficiando. Y es que lo importante en una Ryder no es la semana de competición en este sentido, sino lo que viene luego, el gran legado.
Hay una carta de compromiso firmada por Salvador Illa para celebrar la Ryder Cup, ¿eso debería ser suficiente, no?
Sí, la hay, y se ha comprometido a dar todo el apoyo necesario para que podamos acoger este evento. Pero lo que está pasando es que el entorno no está remando a favor ahora mismo. Por eso, en estos momentos me gustaría decir que he estado personalmente con el president Illa, él ha estado en Camiral también, y confío en él, me gustaría dejarlo claro. Porque si en estos momentos no podemos confiar en el presidente del país cuando asume compromisos de manera personal su credibilidad ante los ciudadanos se comprometería. Pero, insisto, he hablado con él y confío en él.
Se le nota muy seguro...
En algunos momentos, un presidente tiene que asumir y demostrar su liderazgo si sus acciones afectan al territorio.
¿Cómo ha sido su relación con él?
Llevamos en este proceso más de dos años, y el president lo conocía antes de acceder al cargo. Además, era consciente de que ya estábamos casi fuera de tiempo con la Ryder Cup y lo primero que hizo al convertirse en presidente fue enviar una carta de compromiso dando el apoyo necesario a la celebración del evento. Pero luego se ha de trasladar a un contrato, y confío en su palabra para que se haga realidad.
Pero hay una fecha límite, el acuerdo debe cerrarse antes de final de año.
A ver, se necesita que alguien ejerza el liderazgo final porque el CSD está listo, la RFEG está lista, la Diputación de Girona está lista, Camiral ha hecho sus deberes... y ahora el president tiene que ponerse al frente para que las cosas acaben pasando. Lo tenemos muy cerca, pero este es el último tren y hay que subirse. Y no es algo que hayamos empezado a mirar ahora, de a ver si celebramos una Ryder Cup. Hay contratos que se han distribuido y se han llevado a cabo muchas negociaciones. No es que vivamos en una nube.
Cuesta de entender que un proyecto que se celebre en Catalunya cuente con todo el apoyo de las instituciones de Madrid y sean las catalanas las que lo estén retrasando. Va contra el tópico del centralismo.
Pues esta vez no podemos quejarnos, el Gobierno ha hecho los deberes. Se pueden consultar los acuerdos del Consejo de Ministros en julio del año pasado y ya se aprobaron partidas económicas y las medidas necesarias para iniciarlo todo.
Y, entonces, ¿qué pasa realmente?
Lo que intuyo es que el tipo de mayorías y minorías políticas que tenemos en Catalunya hace que cueste más que alguien ejerza el liderazgo. No se me ocurre otra cosa. Hay otros ejemplos, como el aeropuerto de Barcelona, para el que la Administración central se compromete a hacer una inversión fortísima y la pregunta es a quién se le ocurre dejar pasar algo así. Creo que la gente no lo entendería.
Las inversiones
“Queremos que la Ryder no le cueste dinero a los ciudadanos de Barcelona”
¿Los equilibrios políticos ponen en peligro la Ryder?
Los políticos reciben críticas, y son críticas que uno tiene que asumir. Siempre han existido. Ha sucedido ahora con la Copa del América, por ejemplo. Quizás es que las cosas no se han hecho del todo bien o que las expectativas que se generaron eran muy altas y están afectando para que ahora haya gente que tenga miedo de tomar decisiones.
¿Qué papel juega la ciudad de Barcelona en todo esto?
Es la capital de Catalunya y debe ejercer como tal. En este caso, las comarcas de Girona necesitan que se ponga al frente también. La inversión que se realizaría también le beneficia, pero a su vez puede ayudar a descentralizar el turismo; es una oportunidad única en la que disponemos de instalaciones fuera de Barcelona y de un inversor privado para acoger un evento de talla mundial.
¿Cuánto costaría?
Queremos que la Ryder Cup no le cueste dinero a los ciudadanos de Barcelona, y es posible conseguirlo. La inversión debe llegar de sectores como el turismo, no se puede plantear que le cueste dinero a la ciudad.
La última es obligada, ¿teme que la Ryder Cup acabe en Madrid?
El CSD ha sido claro, hace dos años que tiene aprobados los fondos para celebrarla y antes de dejarlo escapar se preguntará a otras comunidades. Y Madrid y el País Vasco ya se han posicionado. No me gustaría que esto llegara a pasar.