La oda al trabajo bien hecho de la pasada semana no solo supuso una noche para el recuerdo, tras lograr tres puntos inesperados ante un gigante, sino que también insufló confianza al Espanyol y marcó un camino que intentó seguir hasta San Sebastián. La Liga, sin embargo, te recuerda que cada jornada es un Everest. La competición de la regularidad no te juzga por un partido. Te pone a prueba durante 38 citas, a cada cual más importante, y esta vez el esfuerzo perico, sobre todo defensivo, no se vio recompensado en el resultado ante la Real Sociedad (2-1).
Los de Manolo González soñaron con el empate, gracias a un gol de penalti de Puado, pero un postrero tanto de Brais Méndez en los últimos minutos echó por tierra el trabajo. Pese a todo, los blanquiazules tacharon una jornada más fuera del descenso.